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Analogía entre pelotas y motos para dos salteños    

El camino de los hermanos Kevin y Luciano Benavides desde el plano futbolístico, para entenderlo mejor.
Miércoles, 02 de enero de 2019 01:30

Las figuras del Barcelona y el Real Madrid, Kevin y Luciano Benavides, de 29 y 23 años, ya palpitan un derby que se llevará a cabo en Perú del 6 al 17 de este mes. Surgidos de la cantera salteña, con una gran cosecha títulos locales y nacionales, más un paso indiscutido por la Selección argentina, los hermanos ya están instalados en los principales clubes de Europa. 
Kevin es uno de los emblemas del Barça y Luciano, la juvenil promesa dentro de un dream team que hace 17 años se queda con el máximo título futbolístico del mundo.
La consagración del mayor de los hermanos como el Deportista de 2018 es consentida por los salteños, debido a las alegrías que le llevó a su equipo, pese a haber terminado segundo en la competencia anual más importante del mundo. Y como le pasó en su momento al italiano Andrea Pirlo o al uruguayo Diego Forlán, poco importó que estos dos salteños no hayan surgido del “potrero”, sino de familias bien posicionadas.
Hay una analogía entre la vida que no tuvieron Kevin y Luciano Benavides como futbolistas y la que sí tienen como pilotos profesionales de rally.
Es que para el deporte motor Honda es el Barcelona y KTM, el Real Madrid. El Dakar, es un Mundial para los fanáticos de los fierros, pero al no ser un deporte popular como el balompié, pocos son conscientes sobre lo que consiguieron dos hermanos que viven y se perfeccionan en su Salta natal. 
“Llegar al Dakar es lo máximo para cualquier piloto, es como jugar un Mundial y estar en Honda o KTM es como jugar en el Barcelona o el Real Madrid. Estamos en las principales compañías”, dice el mayor, mientras intenta tirarle una gambeta a su hermano y entre risas, reflexiona: “Esto no es lo mío”. Enseguida se sube en la moto y cambia el tono de su voz. Es su lugar en el mundo.
“Además de KTM y Honda, hay otras muy buenas como Yamaha, Sherco, etc., pero somos parte de las más importantes”, añade Luciano, piloto de la marca que podrá cumplir su 18º título consecutivo si gana este Dakar. Kevin y los suyos intentarán que eso no pase.
“Siento que estoy en el Real Madrid porque realmente es el mejor equipo del mundo y mis compañeros son ganadores del Dakar”, cuenta y es muy cierto lo que dice.
 Él es cuarto piloto oficial de KTM, los otros tres son Toby Price, Sam Sunderland y Matthias Walkner, los campeones en 2016, 2017 y 2018, respectivamente.
Kevin es la esperanza principal del rival, el único equipo que no deja tranquilo a KTM. 

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Las figuras del Barcelona y el Real Madrid, Kevin y Luciano Benavides, de 29 y 23 años, ya palpitan un derby que se llevará a cabo en Perú del 6 al 17 de este mes. Surgidos de la cantera salteña, con una gran cosecha títulos locales y nacionales, más un paso indiscutido por la Selección argentina, los hermanos ya están instalados en los principales clubes de Europa. 
Kevin es uno de los emblemas del Barça y Luciano, la juvenil promesa dentro de un dream team que hace 17 años se queda con el máximo título futbolístico del mundo.
La consagración del mayor de los hermanos como el Deportista de 2018 es consentida por los salteños, debido a las alegrías que le llevó a su equipo, pese a haber terminado segundo en la competencia anual más importante del mundo. Y como le pasó en su momento al italiano Andrea Pirlo o al uruguayo Diego Forlán, poco importó que estos dos salteños no hayan surgido del “potrero”, sino de familias bien posicionadas.
Hay una analogía entre la vida que no tuvieron Kevin y Luciano Benavides como futbolistas y la que sí tienen como pilotos profesionales de rally.
Es que para el deporte motor Honda es el Barcelona y KTM, el Real Madrid. El Dakar, es un Mundial para los fanáticos de los fierros, pero al no ser un deporte popular como el balompié, pocos son conscientes sobre lo que consiguieron dos hermanos que viven y se perfeccionan en su Salta natal. 
“Llegar al Dakar es lo máximo para cualquier piloto, es como jugar un Mundial y estar en Honda o KTM es como jugar en el Barcelona o el Real Madrid. Estamos en las principales compañías”, dice el mayor, mientras intenta tirarle una gambeta a su hermano y entre risas, reflexiona: “Esto no es lo mío”. Enseguida se sube en la moto y cambia el tono de su voz. Es su lugar en el mundo.
“Además de KTM y Honda, hay otras muy buenas como Yamaha, Sherco, etc., pero somos parte de las más importantes”, añade Luciano, piloto de la marca que podrá cumplir su 18º título consecutivo si gana este Dakar. Kevin y los suyos intentarán que eso no pase.
“Siento que estoy en el Real Madrid porque realmente es el mejor equipo del mundo y mis compañeros son ganadores del Dakar”, cuenta y es muy cierto lo que dice.
 Él es cuarto piloto oficial de KTM, los otros tres son Toby Price, Sam Sunderland y Matthias Walkner, los campeones en 2016, 2017 y 2018, respectivamente.
Kevin es la esperanza principal del rival, el único equipo que no deja tranquilo a KTM. 


El mayor de los hermanos fue segundo en el Dakar pasado, algo que jamás había logrado otro sudamericano en 40 años, pero tras haber sido Deportista del año en la provincia por tercera ocasión consecutiva, aparecieron las criticas, debido a su reiterativa distinción.
“Yo trabajo cada día para ser mejor. Me gané el premio con esfuerzo por tercer año consecutivo. No estoy en contra de otras disciplinas, solo siento que me fue bastante bien en 2018 y que nosotros (con su hermano) representamos a las dos marcas más importantes del mundo”, declara a El Tribuno. Como en cada deporte, hay referentes e ídolos. En el rally el español Marc Coma y el francés Cyril Despres son palabra mayor. Entre los dos ganaron diez Rally Dakar (cinco cada uno), siempre con KTM, el equipo de Luciano. Hoy al menor le toca ponerse esa misma camiseta, la de los ídolos.
“Marc Coma es como Maradona o Messi, el número uno, porque era muy fuerte de la cabeza, quizás no tan veloz pero muy estratega”.
David Palau era mecánico personal del ídolo español y ahora le toca ser el asistente del Benavides más joven. “Me da muchos consejos y me hace sentir muy bien”. Sin embargo, siente que acá no es valorado. “Yo creo que si hubiésemos elegido otro deporte nos tendrían más en cuenta. Personalmente siento que hay una falta de valoración muy grande conmigo. Me dolió que no me reconocieran en la fiesta del Deportista del año”. 
Kevin cree que en los premios Olimpia tampoco entendieron la magnitud de su segundo puesto y ni siquiera hubo ternas en motociclismo. “Me dio mucha bronca no ser considerado, pese a haber terminado segundo en el Dakar. Creo que se debe al desconocimiento de nuestra profesión”.
Quizás si los hermanos Benavides elegían otro deporte como el fútbol, serían ovacionados por propios y ajenos.        

“No sé si ahora, pero voy a ganar el Dakar”

Kevin Benavides rompió récords en sus dos ediciones anteriores.

Competir en el desierto durante once días seguidos no es una tarea sencilla, por eso los hermanos Kevin y Luciano Benavides trabajan con dos psicólogos: Edmundo Di Lella y Gustavo Ruiz, este último trabajó con la judoka Paula Pareto, oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Desde que inició en el camino dakariano, Kevin Benavides logró superar récords. En su debut de 2016 fue el primer argentino en ganar una etapa (la 3 entre Tucumán y Jujuy). Al término de esa competencia, el salteño logró la cuarta posición y superó el mejor registro nacional hasta ese momento: el de Javier Pizzolito, en 2013.
El año pasado, tras un accidente que lo alejó del Dakar 2017, Benavides fue por más. Quedó a un paso de ganar y se convirtió en el mejor latino en la historia de esa competencia con el segundo puesto. Antes, los mejores registros fueron de los chilenos Francisco López y Pablo Quintanilla, en el tercer lugar.
Su próximo objetivo es el triunfo y está seguro que sucederá. “Quiero ganar el Dakar, no me importa lo que digan los demás. Nadie puede predecirlo y por eso no sé si ahora o más adelante, pero sé que voy a ganar el Dakar”, dijo a El Tribuno.
Respecto a cómo llega a la carrera que se disputará en Perú desde el próximo domingo, hasta el jueves 17, el piloto de Honda indicó que “es difícil decir que estás al 100% porque no te podés quedar con eso, querés mejorar. Lo que sí sé es que llego muy bien, pero el Dakar es el Dakar, impredecible”.
El piloto que cumplirá años el miércoles 9 en plena competencia, se saca la presión de encima, pero reconoce que Honda necesita conseguir el título. 
“Es verdad que nuestro equipo lo necesita y si no soy yo, que cualquiera de mis compañeros gane el Dakar. El año pasado nos faltó muy poco”. 
Benavides también se refirió al trazado de la competencia, lejos de Argentina y Bolivia, dos países que supieron decir presente en las ediciones anteriores. “Vamos a tener una competencia diferente, con casi todo el terreno de arena, muy duro. Es verdad que va a ser más corto, pero también más exigente”.
Para Kevin, los mayores rivales serán “Toby Price, Matthias Walkner y Sam Sunderland de KTM, Pablo Quintanilla (Husqvarna), Paulo Gonçalves y Joan Barreda Bort (sus compañeros de Honda), además de Adrien Van Beveren (Yamaha)”. 
“Tenemos que definir la estrategia del equipo”, finalizó.

“Quiero terminar entre los 10 primeros”

Luciano Benavides, de KTM, corre su segundo Dakar y va por la revancha.

El año pasado, Luciano Benavides cumplía un gran debut en el Rally Dakar. Era el mejor junior hasta que en la etapa 10, de Belén (Catamarca), sufrió un accidente que lo obligó a abandonar. El resultado: cinco vértebras rotas.
La recuperación fue larga y aún tiene secuelas. La semana pasada debió ir a Buenos Aires a ponerse una inyección para que los dolores en la espalda no aparezcan en este Dakar.
Después, tuvo una muy buena mitad de 2018 y KTM lo confirmó como uno de los cuatro pilotos principales.
“El balance de 2018 fue muy bueno. Maduré mucho y hoy tengo en cuenta los peligros que se corren en un Dakar. Cuando volví, tuve tres buenas carreras, especialmente en el Desafío Ruta 40 (la cuarta fecha del Mundial). Terminé siendo el mejor argentino”. 
“Después, en Marruecos no había sido muy rápido, pero venía haciendo las cosas bien y KTM confió en mí, está muy conforme. Sabe que el proyecto es largo conmigo y sería un gran error de mi parte ir a buscar los primeros puestos”.
No obstante, el menor de los hermanos tiene un objetivo personal por delante. “Terminar entre los diez primeros”.
“Intento dejar de lado las presiones, aunque no van a desaparecer porque estoy en KTM y por mi hermano. Sin embargo es una motivación más que una presión para mí”.
No correr en la Argentina es un sabor agridulce para Luciano. “Por un lado querés estar cerca de tu casa, pero por otro pasar por Salta te saca de foco. De hecho al otro día del hermoso recibimiento que tuvimos, yo sufrí el accidente. Me gustaría disfrutar de todo eso una vez que concluya el Dakar y no en plena competencia”.
KTM es la compañía principal del rally y el menor de los hermanos está muy cómodo, pese a que el otro Benavides está en el equipo rival. “Correr juntos sería muy bueno y eso va a terminar pasando. KTM quiere a Kevin, pero es un piloto que hace años está muy vinculado a Honda. Conociendo a mi hermano, hasta que no gane el Dakar no se va a querer ir y si lo gana, tampoco lo van a dejar”. ¿Entonces? “Correr juntos en autos. Uno de piloto y el otro siendo copiloto. Primero nos tenemos que poner de acuerdo quién va a soltar el volante”, se preguntó.
 

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