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Por un "pucho", lo "ensartó" a su amigo

Frase: “La violencia es el último recurso del incompetente”.
Domingo, 13 de enero de 2019 00:50

El alcohol, las drogas y otros alucinógenos son sustancias que modifican el comportamiento de las personas. Esta característica de la transformación de la personalidad conlleva a que el adicto adopte conductas temerarias y violentas, además de baja tolerancia a la frustración, celos, pérdida de autocrítica, desequilibrio emocional, angustia, ideas delirantes, etc.

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El alcohol, las drogas y otros alucinógenos son sustancias que modifican el comportamiento de las personas. Esta característica de la transformación de la personalidad conlleva a que el adicto adopte conductas temerarias y violentas, además de baja tolerancia a la frustración, celos, pérdida de autocrítica, desequilibrio emocional, angustia, ideas delirantes, etc.

En la persona que bebe alcohol en exceso todos estos síntomas se potencian y por el desequilibrio emocional que sufre muchas veces reacciona de la peor manera, sin medir consecuencias. Su baja tolerancia a la frustración no le permite controlar los impulsos y en ese estado su nivel de hostilidad no tiene límites.

Oscar Ariel, un joven oranense, se amaneció de farra con sus amigos un "viernes de soltero". Su noche de jarana empezó con un asado bien regado en la casa de un compañero de junta de la adolescencia en Caballito, un barrio pintado con letras rojas dentro mapa de la inseguridad y la delincuencia en la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán.

Al lugar llegó con su vecino e inseparable amigo "Nico", un muchacho callado, de porte fibroso y bagayero de profesión. Con varias copas encima, el grupo decidió continuar con la ingesta de vino en una bulliciosa bailanta.

Los primeros rayos del sol de la mañana encontró a los amigos sentados en los deteriorados bancos de la placita del barrio. Los pocos que podían mantenerse en pie exprimían las últimas gotas de la cajita de tetra que compraron con las pocas monedas que les quedaban. Pero Oscar Ariel quería seguir de chupa y cuando metió la mano en el bolsillo comprobó que no tenía ni un céntimo. Entonces le pidió a "Nico" que le prestara dinero y este le respondió que ya lo había bancado toda la noche y que se había quedado sin un peso.

Cansado de soportar al intolerante "colero", el muchacho también le negó un "pucho" y para evitar que lo siguiera "sangrando" se marchó a paso lento rumbo a su domicilio. Molesto por el desaire, Oscar Ariel salió tras suyo y cuando le dio alcance, cerca de su vivienda, extrajo de la cintura un cuchillo y le clavó un puntazo en la espalda al "amigo".

A pesar de estar herido, "Nico" lo encaró para amisajarlo a golpes, pero cayó desvanecido en medio de la calle. Lo trasladaron de urgencia al hospital zonal, donde, afortunadamente, los médicos que lo asistieron comprobaron que la estocada no le había afectado órganos vitales.

Cuando el caso llegó a juicio en diciembre pasado el juez le aplicó al imputado una condena de ejecución condicional. Como regla de conducta el magistrado estableció al condenado la prohibición de acercamiento a la víctima, a una distancia prudencial. Pero como ambos viven en casas separadas por una medianera el victimario tuvo que cambiar de domicilio.

 

 

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