Por un Pueblo sin Hambre es un proyecto rosarino que nació en 2015, con el objetivo de fomentar el consumo del poroto, difundir sus diversos valores nutricionales, como así también derribar viejos mitos tales como por ejemplo que su uso engorda.
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Por un Pueblo sin Hambre es un proyecto rosarino que nació en 2015, con el objetivo de fomentar el consumo del poroto, difundir sus diversos valores nutricionales, como así también derribar viejos mitos tales como por ejemplo que su uso engorda.
El proyecto fue diseñado por el ingeniero agrónomo Gustavo Sarmiento, el mismo se implementó en la Escuela Técnica N§ 3.103, en los dos últimos años de la secundaria, en tercero y cuarto del ciclo superior.
Fue tanto el éxito que tuvo, que con el paso de los años se empezaron a sumar otras instituciones para acompañar y viajar a dar disertaciones sobre las diferentes comidas que pueden realizarse con el poroto, ya que es sabido que Rosario de la Frontera es la cuna de esta legumbre.
Sin embargo, al desconocerse las bondades del poroto, el mismo se exporta en casi un cien por ciento, y su consumo es muy limitado. Afortunadamente en esta época de crisis, es una buena alternativa tanto económica como nutricional, llevarlo a la mesa mediante diferentes recetas.
Fomentar el consumo local
Gustavo Sarmiento indicó a El Tribuno: "Es un proyecto que lo hemos extendido, y se llama Por un Pueblo sin Hambre, agregando valor a la materia prima local, y nuestra prima, la principal economía regional es el poroto, y cuando investigamos nos damos con que se exporta el 95%, y a través de diferentes estudios, logramos saber que no se lo consume porque no hay un mercado interno, por eso la necesidad de este proyecto que tiene dos aristas. Por un lado la parte social, esto significa concientizar a la población para que consuma legumbres, ya que es muy nutritiva, tiene muchas propiedades y la idea es que empiecen a incorporarlo a su canasta básica familiar".
"Por otro lado, es darle un toque de valor agregado a ese producto, ya que son muchos los valores alimenticios que representa su consumo, hay diferentes tipos de platos tanto salados como dulces, y esas recetas las empezamos a implementar en las escuelas, algunas eran recetas de la abuela, otras de internet", señaló el ingeniero.
Mitos a derribar
De los diferentes estudios realizados en la Ciudad Termal, se hizo un relevamiento que dio como resultado que hay diferentes mitos alrededor de esta legumbre.
En ese sentido, Sarmiento detalló: "Fuimos a las escuelas, a los centros vecinales, al hospital y a las plazas, el 90% de la gente nos decía que sí había probado el poroto, y todos coincidían que lo comían en ensaladas, locro y escabeche, no había otra forma".
"Después, al preguntar si conocían sus propiedades nutricionales, la respuesta era la misma; lo que creían saber es que engorda o produce gases, y ahí nos dimos con ese mito, el cual es totalmente lo contrario, ya que el poroto y las legumbres en sí aportan muchas proteínas, y moldea la figura. Por eso es recomendable para todos aquellos que realizan dietas, ya que uno de los principales beneficios es que aporta para saciar el hambre, y tiene muchas fibras, lo que ayuda a regular el intestino", dijo.
"En el caso del poroto negro, es un gran antioxidante, inclusive más que el arándano, además limpia las arterias y no contiene nada de grasa", ejemplificó el ingeniero.