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“Esta situación se está haciendo cada vez más desesperante”

Entrevista con Juan Carlos Campero, esposo de la mujer desaparecida.
Sabado, 05 de octubre de 2019 00:06

Juan Carlos Campero, esposo de Mirian Carolina Chavarría, la mujer que está desaparecida desde el 26 de agosto pasado, habló de la angustia y la desesperación que rodea a la familia. Dijo que la señora de 41 años se fue de la casa sin decir una palabra y que la incertidumbre crece a medida que pasan los días debido a que nada se sabe acerca de su paradero.

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Juan Carlos Campero, esposo de Mirian Carolina Chavarría, la mujer que está desaparecida desde el 26 de agosto pasado, habló de la angustia y la desesperación que rodea a la familia. Dijo que la señora de 41 años se fue de la casa sin decir una palabra y que la incertidumbre crece a medida que pasan los días debido a que nada se sabe acerca de su paradero.

Lo único que se conoce es que aquella noche la mujer durmió en la casa de un familiar en barrio Autódromo. Luego hubo llamados de vecinos de Rosario de Lerma y Chicoana que aseguraron haberla visto en esos pueblos vallistos. Sin embargo esos datos no pudieron ser confirmados por los investigadores del caso. 

Campero y Chavarría están casados desde hace más de dos décadas y nunca vivieron una situación de esta magnitud. Tienen cuatro hijos de 22, 20, 18 años y una nena de 9. El hombre confirmó que ese día mantuvo una discusión por cuestiones económicas y que tras su desaparición, pudo confirmar Chavarría, estaba endeudada por una serie de préstamos que había solicitado en los últimos meses a bancos y usureros

Muchas son las conjeturas que comenzaron a aparecer al respecto, pero hasta hoy no hay nada concreto sobre la misteriosa desaparición de la mujer. Chavarría trabajaba como auxiliar de maestra jardinera en el Centro de Primera Infancia (CPI) Armada Argentina de barrio Castañares. 

Según Campero, al día siguiente de su partida tomó conocimiento de que su esposa había presentado la renunciado a su trabajo. Luego se corroboró que había eliminado su cuenta en la red social Facebook y que su celular estaba habilitado solo para mensaje de WhatsApp, lo que impide a los pesquisas rastrearla por este medio. El Tribuno entrevistó a Juan Carlos Campero en su casa de barrio Martín Miguel de Güemes, en la zona norte de la ciudad. Con un aspecto calmo contó lo que pasó antes de la desaparición de su esposa.

Trascendió que hubo una fuerte discusión entre ustedes por problemas económicos. ¿Esto es así?

Sí, es verdad. Discutimos porque le descubrí que había pedido préstamos y que había mandado el día anterior un mensaje a un compañero mío de trabajo, solicitándole dinero en préstamos, pero sin involucrarme a mí. 

¿En qué momento usted le preguntó a su mujer sobre lo que le había pedido a su compañero de trabajo?

Fue a la tarde, como a las 19 de ese 26 de agosto, justamente cuando estábamos tomando la merienda todos en casa. Le pregunto: ¿En qué andás vos que estás mandando mensajes a mi compañero pidiéndole plata? Ella me negó todo, dijo que no fue ella. Le insistí en que el mensaje fue enviado desde su celular, pero se siguió negando,. Es más, me acusó de inventar todo.

Después de esa discusión, ¿qué pasó?

Yo tenía que salir, entonces en ese momento se me prende la lamparita. Ella me venía diciendo que hacía como 3 o 4 meses que no le pagaban en su trabajo. Lo que hice fue llamar a la directora del CPI para preguntarle por qué no le estaban pagando el sueldo a mi señora y ella me contestó que los pagos estaban todos al día. La llamé a mi señora y le dije: Fijate bien lo que me vas a decir cuando vuelva a la casa. Le expliqué que había hablado con la directora y me dijo que estaban al día con los sueldos. No me contestó nada.

¿Y qué pasó cuando volvió a su casa?

Cuando volví ella ya no estaba en la casa y después me entero que le había mandado un mensaje a la directora diciéndole que renunciaba al CPI. Le pregunté a mis hijos por su madre y me dijeron que salió, que ya va a volver, eso fue todo. Me acosté y me levanté para ver si ya había llegado y nada; no apareció más.

¿Ud tiene alguna sospecha de dónde se habría ido?

Lo que supe fue que ese día se fue a dormir a la casa de un sobrino en barrio Autódromo, adonde llegó como a las 2 de la mañana. De ahí tomó un colectivo y no sé más nada de ella. Incluso la policía me hizo ver un video donde tipo 9.50 del día 27 la ven caminando en el barrio Autódromo. La reconocí, era ella, aunque después escuché comentarios que la habían visto en Rosario de Lerma al otro día.

¿Y qué piensa Ud. sobre esta situación?

No sé, yo pienso todos los días. Pienso que era tan grande lo que ella estaba haciendo para irse de esa manera, dejando a sus hijos. Si tenía una deuda, eso tiene arreglo, pero no tomar esa decisión de irse sin avisar nada. No le dijo a mi hijo dónde iba o ya vuelvo, es como si se iba al almacén y volvía.

En cuanto a su situación judicial, ¿como está tomando el caso?

Yo hice la denuncia en la Comisaría de Castañares y de ahí la pasaron a la Brigada de Investigaciones del barrio Unión. Yo aporté todo lo que estaba en mi conocimiento. Después comencé a averiguar en el banco. Ahí descubrí que tenía préstamos por todos lados, también encontré el celular de ella y se lo llevo a la policía. Después me tomó declaración la fiscal y de ahí me informaron que el caso pasó a Homicidios. El viernes pasado vinieron y me llevaron como si fuera un detenido al Poder Judicial. Me tomaron otra vez declaración, me secuestraron mi celular. Yo estoy dispuesto a colaborar con la Justicia porque no tengo nada que esconder. Lamentablemente tengo que seguir esperando que actúe la Justicia. Yo no puedo hacer nada.

¿Siempre discutían o hubo violencia entre ustedes?

No, jamás hubo violencia; sí tuvimos discusiones peores que ésta incluso y sin embargo nunca dormimos en camas separadas. Eran discusiones normales de pareja. De los 22 años que estamos juntos jamás le levanté la mano.

¿Qué dicen sus hijos mayores sobre esta situación?

Ellos están tan asombrados como yo. No pueden creer por qué su madre tomó esta decisión. Solo nos queda esperar, otra cosa no podemos hacer. Por mi parte yo tengo que seguir adelante con mi trabajo, por mis hijos y sobre todo por la más chiquita.

Así como está la situación, ¿en la Fiscalía habrían apuntado hacia Ud. como principal sospechoso de la desaparición de su mujer?

Si sospechan de mí están haciendo lo que corresponde, porque hoy en día al primero que apuntan es a la pareja. Pero yo tengo la conciencia tranquila, colaborando en lo que puedo.

¿Qué le diría o le pediría a su mujer en caso de que lea esta entrevista?

Le diría que si no quiere vivir conmigo y sus hijos, que venga y lo aclare. Está todo bien, no le guardo rencor, somos gente grande, tenemos que asumir las cosas como están, pero siempre yendo de frente. ¿Porqué irse así? Está preocupando a todo el mundo. Si ella se quiere ir, que diga me voy, entonces mis hijos tendrán el derecho de ir a verla donde ella esté. Por lo menos que se comunique con sus hijos si es que no quiere comunicarse conmigo, y les diga que está bien y así se termina de una vez por todas esta situación que ya se está haciendo desesperante.

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