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23 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Elecciones en una época de cambios vertiginosos

El desarrollo, la inversión tecnológica y la eficiencia del Estado, con un rol fundament al.
Domingo, 06 de octubre de 2019 00:00

Es probable que muchos salteños vayan hoy a votar con desgano. Las PASO no son motivadoras porque, en definitiva, parecen un ejercicio de descarte más bien que una elección.

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Es probable que muchos salteños vayan hoy a votar con desgano. Las PASO no son motivadoras porque, en definitiva, parecen un ejercicio de descarte más bien que una elección.

Es cierto, las elecciones primarias responden a un sistema político donde los partidos funcionan y donde los liderazgos o candidaturas refieren a un proyecto claro.

No es lo que ocurre en la Argentina.

De todos modos, aunque probablemente muy pronto se las deje de lado, las PASO están, son obligatorias y, a partir de la experiencia del 11 de agosto, es arriesgado suponer que "no se decide nada".

Desde hace 36 años, la opción por la democracia no es discutida en nuestro país, aunque muchos se resistan a incorporar el espíritu de la libertad, la tolerancia y el pluralismo.

A pesar de las peripecias de alto riesgo a que nos obliga la economía, la corrupción, la falta de seguridad y el crecimiento de la pobreza es el mejor sistema. Con los militares siempre nos fue peor.

Por eso es importante la participación ciudadana, aunque sea a regañadientes.

El nuevo milenio

Hace dos décadas, el abogado y periodista Luis Adolfo Saravia publicó "Salta, esplendores y ocasos", un ensayo en el que describió la evolución de la provincia, su organización social, sus relaciones de poder asociadas a la posesión de la tierra, la pertenencias a determinadas elites y, también, a la herencia de la cultura virreinal, la impronta altoperuana y la economía sustentada por el comercio con las regiones mineras de Bolivia. Pero señalaba que esos eran rasgos del pasado y que la Salta actual muestra dos sociedades: "una en la que todos trabajan todos los días y comen en sus mesas, y otra, la de los excluidos, los que no tienen trabajo, la sociedad de los sin esperanza".

El jurista, uno de los artífices de la Constitución provincial de 1986, invitaba a políticos e intelectuales a sumarse a una estrategia de acceso al progreso económico. Las universidades, decía, tienen un rol fundamental, a condición que desistan de concebirse a sí mismas como exclusivas formadoras de profesionales. Esperaba que alguna vez se asuman como "la manifestación más alta y organizada de la inteligencia social". Proponía construir "una sociedad de democracia participativa que estructure una economía racional dentro de la cual cada uno por sí y para sí tenga posibilidades de desarrollarse".

En las últimas décadas, las circunstancias han cambiado, pero la urgencia sigue siendo la misma.

El recurso minero. El litio abre posibilidades pero el Estado debe definir las condiciones sociales, ambientales y económicas.

El triángulo de Sábato

Hay que pensar la provincia de un mundo en plena transformación, con el aporte de la academia y la gente.

La Facultad de Ingeniería de la UNSa, asociada con la Universidad Católica, han logrado convocar a las empresas y al gobierno con un horizonte: unir al sector privado con el público para desarrollar empresas eficientes con las tecnologías que requiere esta época. Es lo que se llama "Triángulo de Sábato".

Investigadores de ambas universidades e intelectuales independientes, por otra parte, trabajan con intensidad en la producción de análisis y proyectos, y los publican.

Son muy buenas señales, unidas a esfuerzos como los encabezados por el profesor Daniel Córdoba, empeñado en popularizar el entusiasmo científico y tecnológico. Pero la modernización productiva debe estar asociada a una decisión de Estado, no de un gobierno. Y esto es dificil en Salta pero también en cada distrito del país, por prácticas políticas y temores atávicos frente a la tecnología que remontan al pasado.

Gauchos online. El agro, tecnificado y adecuado a los mercados del mundo, puede general una transformación productiva.

El proyecto productivo

Salta es escenario de un conflicto -virulento y de efectos paralizantes- entre la producción minera y agropecuaria y el movimiento ecologista,

En el medio, una sociedad con un 40% de pobreza, un nivel muy deteriorado del empleo, y un espectro muy amplio de sectores sociales que se sienten excluidos.

La minería y el campo pueden trazar un camino de salida, pero eso solo será posible si se diseña un proyecto con objetivos claros y de largo plazo, en función de los intereses de Salta y de las condiciones de la producción en este tiempo. El desarrollo económico que no respete el ambiente y la calidad de vida de los pueblos que viven en las tierras productivas no servirá para nada, porque no encontrará mercados.

La dirigencia salteña, pero también la ciudadanía, deben tomar decisiones al respecto. Porque estas cuestiones implican crear infraestructura, garantizar transporte, adecuar el sistema educativo a las exigencias del comercio internacional y, en definitiva, definir qué provincia imaginamos para las próximas cuatro décadas.

Podría suponerse que este panorama poco tiene que ver con el voto. Sin duda, al menos, tiene mucho que ver con la política. La democracia no se agota en el acto de votar.

Hoy se conocerán los nombres de los candidatos que quedan en pie para el 10 de noviembre. Hoy, en consecuencia, se inicia el tramo mas fuerte de la campaña electoral.

La esencia misma de la democracia exige que la agenda de esta campaña esté regida no tanto por la promesa de "resolver los problemas de la gente" y más bien por el compromiso de construir el futuro de la provincia.

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