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Generaciones condenadas a la pobreza o el destierro

El 80% de los jóvenes criollos emigra a las ciudades por falta de oportunidades.
Domingo, 24 de noviembre de 2019 00:51

En el departamento Rivadavia, que tiene el 81,3% de los hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI) y un 65% de pobreza infantil, el 80% de los jóvenes emigra a los centros urbanos por falta de oportunidades. Como están dadas las cosas en el extremo noreste de la provincia, si la Legislatura no separa la paja del trigo en el ordenamiento territorial de la ley de bosques, es muy probable que los ocho nietos de Héctor Maté terminen, con sus grupos familiares, en la lista de los desterrados chaqueños.

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En el departamento Rivadavia, que tiene el 81,3% de los hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI) y un 65% de pobreza infantil, el 80% de los jóvenes emigra a los centros urbanos por falta de oportunidades. Como están dadas las cosas en el extremo noreste de la provincia, si la Legislatura no separa la paja del trigo en el ordenamiento territorial de la ley de bosques, es muy probable que los ocho nietos de Héctor Maté terminen, con sus grupos familiares, en la lista de los desterrados chaqueños.

"Aquí los productores pequeños estamos condenados a desaparecer", afirmó Maté, tras preguntarse "de qué va a vivir la gente en el Chaco, si no se le permite trabajar la tierra".

Desde hace diez años, el octogenario sumariado por desarbustar sin permiso batalla contra una enfermedad terminal y un cuadro de hipertensión crónica. "Cada vez que pienso que, en vez de acompañarme, el Estado quiere dejar a mis hijos y mis nietos sin nada, la presión me estalla y me atraganto de impotencia. En la sequía de 2013 se me murieron 18 animales. Ahora, mientras otros productores criollos reclaman en la ruta desde hace un mes porque no tienen qué darle de comer a sus vacas, nosotros podemos aguantar un tiempo más porque tenemos agua y pastura", recalcó.

Maté dejó en claro que en su finca solo desbajeró para que puedan prosperar las pasturas. "Nosotros no volteamos los arboles grandes, porque los algarrobos no solo dan sombra sino también alimento para el ganado. Me hubiera gustado que los de Medio Ambiente vean lo que realmente hicimos con tanto esfuerzo, pero nunca me enteré de que habían dispuesto una inspección en la finca. El abogado de Salta sí lo sabía, pero después me dijo que nunca logró comunicarse conmigo por teléfono. Los inspectores de Medio Ambiente vinieron, encontraron la tranquera cerrada y se volvieron para Salta sin saber que mi vivienda estaba a solo diez cuadras de la tranquera. En el sumario, lamentablemente, quedó como que no quise colaborar. Ahora espero que la Fiscalía de Tartagal venga a las tierras que son desde 2013 de mis hijos Víctor Hugo y Julio César, para que vea que no existe ningún daño, sino todo lo contrario. Antes, aquí se necesitaban cinco hectáreas para criar una vaca y ahora alcanzan para alimentar 30 cabezas", precisó.

Maté, como lo hiciera en 2018 el ingeniero agrónomo que asesoró a Argemina Gutiérrez en su defensa, Fernando Cenci, aseguró que el desmalezado del monte y la implantación de pasturas equilibró la armonía vegetal que tenía el ambiente original de la zona un siglo atrás.

Planteó que el desertificado ambiente de la zona se considera en el ordenamiento de mediano valor de conservación, pero no se aclara cuál es el valor a conservar.

En los puestos criollos, el paisaje común de los espacios peridomésticos está definido hoy por grandes peladares y madrejones que cada vez tienen menos capacidad de reserva de agua, por los suelos que arrastra la erosión hídrica y se sedimentan en sus lechos. Los procesos de enlame (sedimentación) van en aumento tanto en intensidad como en superficie.

Al respecto de la situación de los grupos criollos de la región, la secretaria de Asuntos Agrarios de la Provincia, Milagros Patrón Costas, sostuvo que "el desafío es avanzar hacia un desarrollo territorial que incluya a los pequeños productores del Chaco salteño y sus grupos familiares". En este punto, señaló como objetivos prioritarios de la agenda pública la regularización dominial de las tierras chaqueñas y la incorporación de tecnología agropecuaria, genética animal y manejos ganaderos adaptativos.

Cómo era el Chaco salteño

Un siglo atrás la vegetación de la región chaqueña era un mosaico de bosques, arbustales y sabanas, y no un manto homogéneo de leñosas. El periodista y escritor metanense Federico Gauffín, quien acompañó en 1903 al cordobés Domingo Astrada en la expedición del Pilcomayo, describió la fisonomía que tenía entonces el Chaco salteño. “Cruzábamos campos abiertos de hermosos pastizales, donde disparaban tropas de avestruces. Algunas corzuelas deteniendo su carrera, nos miraban con sus grandes ojos azorados, avanzaban unos pasos y después, presintiendo el peligro, daban media vuelta y a saltos elásticos, recto el índice de la cola, se hundían en la maraña... Durante ese tiempo habían llegado cientos de pobladores y los desiertos del Pilcomayo se habían convertido un una colonia floreciente, donde pastaban más de 100.000 cabezas de ganado vacuno y gran cantidad de rebaños de cabras”, reseñó Gauffín en su renombrada obra “En tierras de Magú Pelá”. 

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