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Reconocen a Carlos Curi por impulsar la donación de médula

El montañista agradeció la mención del Concejo Deliberante y adelantó que prepara un ascenso en Alaska.
Viernes, 29 de noviembre de 2019 01:57

La mala experiencia la vivió en carne propia. La historia de salud de Carlos Curi comenzó en 2014 cuando fue diagnosticado con cáncer de piel. Con el tiempo superó dos intervenciones sin necesidad de realizar quimioterapia. Sin embargo, al mes de recibir el alta, debió afrontar una necrosis, una patología producida por un infarto óseo. Esto significa que se muere el hueso, aunque luego tiene la posibilidad de regenerarse. Pero su caso fue particular, pues esta enfermedad dañó las dos rodillas y los dos tobillos en un lapso de dos años, en los que casi no pudo caminar. Esta enfermedad implicó que el hombre fuera operado dos veces (una en cada rodilla) y que sus pies fueran inmovilizados, en un tratamiento realizado en Buenos Aires. Tras superar esta necrosis, de la que nunca se pudo saber la causa, Carlos se propuso dar un giro en su vida. Y así comenzó su camino de ascenso, pero a las montañas. El 19 de enero de 2017 culminó su expedición en Mendoza, donde alcanzó la cima del Aconcagua. Unos meses después viajó a África y escaló el monte Kilimanjaro.

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La mala experiencia la vivió en carne propia. La historia de salud de Carlos Curi comenzó en 2014 cuando fue diagnosticado con cáncer de piel. Con el tiempo superó dos intervenciones sin necesidad de realizar quimioterapia. Sin embargo, al mes de recibir el alta, debió afrontar una necrosis, una patología producida por un infarto óseo. Esto significa que se muere el hueso, aunque luego tiene la posibilidad de regenerarse. Pero su caso fue particular, pues esta enfermedad dañó las dos rodillas y los dos tobillos en un lapso de dos años, en los que casi no pudo caminar. Esta enfermedad implicó que el hombre fuera operado dos veces (una en cada rodilla) y que sus pies fueran inmovilizados, en un tratamiento realizado en Buenos Aires. Tras superar esta necrosis, de la que nunca se pudo saber la causa, Carlos se propuso dar un giro en su vida. Y así comenzó su camino de ascenso, pero a las montañas. El 19 de enero de 2017 culminó su expedición en Mendoza, donde alcanzó la cima del Aconcagua. Unos meses después viajó a África y escaló el monte Kilimanjaro.

Este miércoles fue reconocido por el Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta, por su tarea en la promoción de la donación de médula ósea. Y además adelantó que el próximo año hará una expedición a Alaska, donde también realizará una prueba más de montañismo.

En cada cumbre que Carlos alcanzó, desplegó la bandera promocionando la donación de médula. El miércoles, durante el inició de la sesión, Curi recibió una placa de reconocimiento de David Leiva.

Durante la ceremonia en el Concejo Curi agradeció el reconocimiento y recordó que lo importante es poder cambiar el mensaje. "Tenemos que recordar que el trasplante de medula ósea es un procedimiento muy particular, porque solo una persona sobre 40 mil es compatible con otra", recordó Curi.

El montañista relató que pasó por situaciones muy difíciles y que estuvo dos años sin poder caminar, y cuando pudo recuperarse, el viaje al Aconcagua fue para dar testimonio de que se puede salir adelante y que es necesario ser solidario con los demás. Curi reiteró la importancia de ser donante de médula y que con solo un pinchazo, y una muestra de sangre, ya se puede ingresar al banco de donantes.

Al cierre de la ceremonia, Curi agradeció el acompañamiento de sus padres, hermanos y amigos que lo apuntalaron en los años difíciles.

Camino a Alaska

En diálogo con El Tribuno, Curi destacó que todos los años tiene un objetivo. Para el 2020, el proyecto es poder alcanzar la cima del monte Denali en Alaska. El montañista dijo que además de llevar la bandera por la donación de médula, también sube a las cumbres cubierto por el poncho salteño y una lámina del general Martín Miguel de Gemes.

El monte Denali, anteriormente denominado monte McKinley, es la montaña más alta de América del Norte, con una altitud de 6.190 metros sobre el nivel del mar. No es uno de los más altos del mundo, pero tiene un marcado desnivel que hay que superar (unos 4.000 metros desde el campo base) y a eso suman las bajas temperaturas.

 

 

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