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La construcción de la paz y del futuro

Sabado, 23 de marzo de 2019 22:53

El 24 de marzo, un nuevo aniversario que debemos recordar, y explicar a las generaciones que no vivieron ese golpe de Estado, lo que significó para los que entonces sufrimos.

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El 24 de marzo, un nuevo aniversario que debemos recordar, y explicar a las generaciones que no vivieron ese golpe de Estado, lo que significó para los que entonces sufrimos.

Explicar que nuestra Constitución no hablaba de otra forma de gobierno que no fuera la representativa, republicana y federal. Que el golpe, devenido en dictadura, fue un atropello de quienes se consideraron los tutores de los argentinos, como si fuéramos un pueblo de incapaces de pensar y hacer.

Que fue un golpe militar fomentado, instado, acompañado, y celebrado por muchos civiles, entre ellos algunos políticos, que encontraron un camino rápido para hacerse del poder político de una manera ilegítima, un atajo, porque por las vías normales no podrían llegar.

Que curiosamente se fundamentaron en que el gobierno era ineficaz, ineficiente, corrupto. La verdad es que les molestaba que fuera popular.

El gobierno que vino fue ineficaz, ineficiente, corrupto y asesino.

Persiguieron a profesores universitarios, a estudiantes en todo el país, muchos se exiliaron, muchos otros fueron detenidos, torturados ,desaparecidos.

Endeudaron al país, como nunca antes. La vida no fue fácil.

Ahora, ¿debemos quedarnos en este recordatorio, y pensar y actuar en función de lo que pasó entonces?, Yo opino que no. Que debemos mirar el presente y el futuro, que debemos apoyar a la juventud que quiere estudiar, aprender, crecer, crear, trabajar.

Hay que comprometerse con un futuro mejor, para todos, y pienso entonces que hay que trabajar más, y comprometernos con acciones positivas por los más vulnerables, los excluidos, las mujeres, los niños, las comunidades originarias.

Me preocupa la falta de agua potable, porque los pobres no la tienen -muchas veces- en sus barrios o sus pueblitos; agua segura.

Me preocupa la violencia, de todo tipo; me preocupa que la educación tenga una terrible deuda de calidad, porque no prepara a los más postergados para acceder a trabajos de calidad, con los requerimientos de la modernidad.

Sin violencia

La Argentina sigue siendo violenta. Los barrios se han convertido en territorios del paco. Las madres no encuentran respuesta ni contención para la nueva esclavitud de sus hijos. ¿Estamos haciendo lo correcto?

Esto no es solo tema de los gobiernos, sino de todos los ciudadanos. Porque la democracia y la república nos lo exigen, nos imponen la responsabilidad del bien común. Cada uno de nosotros debe asumir ese compromiso, que es la garantía de la libertad y el antídoto de las dictaduras.

Los que hemos sufrido esa violencia del Estado ¿estamos procurando un mundo mejor?

¿Estamos transmitiendo el valor de la ética, de la cultura, de la educación, del trabajo?

Esto es lo que nos debe preocupar y ocupar, y si ya nos sentimos muy mayores, conversar, compartir, decir la historia, con la mirada de este tiempo.

Que es lo deseable hoy, para hoy y para el futuro de una generación que no se pierda en reclamos y pensamientos negativos, sino que construya un futuro de grandeza, con los mayores, o a pesar de los mayores, con los gobiernos o a pesar de los gobiernos.

Avanzar, no retroceder, aprender del pasado, pero para no cometer los mismos errores. Crecer.

Y como vivimos en un país libre, lo digo, lo pienso y lo escribo.

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