¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Planeó el “robo perfecto”, pero algo falló

Domingo, 10 de marzo de 2019 00:35

Así como “al mejor cazador se le escapa la libre”, a los ladrones también les cabe el conocido refrán cuando se enredan en su propia trampa. Producto de la audacia, el exceso de confianza o lo que fuere, todos pueden tener algún descuido. Incluso a los más expertos en la materia, muchas veces la diosa fortuna les juega en contra.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Así como “al mejor cazador se le escapa la libre”, a los ladrones también les cabe el conocido refrán cuando se enredan en su propia trampa. Producto de la audacia, el exceso de confianza o lo que fuere, todos pueden tener algún descuido. Incluso a los más expertos en la materia, muchas veces la diosa fortuna les juega en contra.

Esto es lo que pasó a comienzo de este año con “Fosforito”, un sujeto de 40 años que cometió un robo en una ferretería de barrio Castañares, de donde había sido despedido días antes. 

No se sabe si el hombre actuó por venganza por haber perdido el trabajo o porque ya era portador del gen de los ladrones. Como “Fosforito” conocía al dedillo todos los dispositivos y vericuetos del negocio pensó que el robo sería “pan comido”.

Fue así que elaboró un plan con la idea de dar el “golpe perfecto”. Sabía que el establecimiento contaba con alarma y cámaras de seguridad ubicadas en sectores estratégicos. Por eso, tras violentar la puerta de acceso, se cubrió el rostro con un pasamontañas. Lo primero que hizo fue desactivar la alarma y desconectar todo el cablerío de las máquinas filmadoras. Era a la madrugada y nadie advirtió sus audaces movimientos.

Ya dueño de la situación “Fosforito” se tomó todo el tiempo para seleccionar minuciosamente lo que iba a robar. Así fue como sustrajo un televisor, un minicomponente, dinero en efectivo y otros objetos de valor. El ladrón cargó el botín en el vehículo que se movilizaba y escapó convencido de que, efectivamente, había cometido el “robo perfecto”. 

Grande fue su sorpresa cuando pocas horas después la policía cayó a su casa y lo detuvo. En el domicilio estaban todos los objetos que había sustraído del negocio y el dinero. Estaba, incluso, con la misma ropa que vestía al momento de cometer el saqueo. Con sus brazos tatuados, lucía una remera ajustada al cuerpo para darle estilo a su musculatura. Los policías pusieron especial atención en el detalle del tatuaje y como tenían el video del robo en sus celulares, confirmaron que, efectivamente, se trataba del ladrón de la ferretería.

“Fosforito” no podía entender cómo hizo la policía para esclarecer el hecho con tanta celeridad. “O estos son magos o algo falló en el plan”, pensó mientras era conducido esposado a la Alcaidía de Tribunales en la Ciudad Judicial. 

El misterio se develó cuando en la audiencia de imputación la Fiscalía Penal 1 en feria, a cargo de Verónica Simesen, le hizo conocer los cargos. Recién entonces el desafortunado ladrón tomó conocimiento del error que había cometido.

Lo que pasó fue que “Fosforito” no advirtió que antes de cortar los cables, una de las cámaras de seguridad del local comercial había filmado el tatuaje en uno de sus brazos, en los que sobresalía la figura de un águila. Cuando el propietario de la ferretería vió el film y se reunió con el personal de la Brigada de Investigaciones orientó las pesquisas en torno a su exempleado. 

De esa manera el ladrón cayó, como quien dice, con las manos en la masa.

Temas de la nota

PUBLICIDAD