Ruta nacional 34, al norte de la provincia. El acceso a Colonia Santa Rosa, hacia la izquierda, es el punto de referencia. Hacia la derecha hay que andar dos kilómetros para llegar a Saucelito, nombre geográfico de un pueblo enclavado en la selva subtropical del territorio salteño. Aunque en los documentos catastrales figura como "Sauzalito", se trata del mismo poblado que hace un tiempo conocía la opulencia y los beneficios de una ubicación privilegiada: a poca distancia de una ruta vertebral y con un hito ferroviario del Ramal C15. Uno de los suelos más ricos de la provincia y con amplia capacidad de transporte.
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Ruta nacional 34, al norte de la provincia. El acceso a Colonia Santa Rosa, hacia la izquierda, es el punto de referencia. Hacia la derecha hay que andar dos kilómetros para llegar a Saucelito, nombre geográfico de un pueblo enclavado en la selva subtropical del territorio salteño. Aunque en los documentos catastrales figura como "Sauzalito", se trata del mismo poblado que hace un tiempo conocía la opulencia y los beneficios de una ubicación privilegiada: a poca distancia de una ruta vertebral y con un hito ferroviario del Ramal C15. Uno de los suelos más ricos de la provincia y con amplia capacidad de transporte.
Desde el punto de vista administrativo, Saucelito depende de Colonia Santa Rosa, aunque en algún momento supo pertenecer a Urundel. Sorprendió, hace unos días, que el intendente de Colonia, Mario Guerra, presente personalmente en el Concejo Deliberante de esa localidad un boleto de compra venta con acta notarial incluida, por la cual el municipio compraba a la empresa CAISA (Compañía Agroindustrial Salteña) una superficie de 6 hectáreas a un precio de 5 millones de pesos. Esa superficie comprende a las viviendas, con sus habitantes incluidos, que hoy conforman Saucelito. La operación inmobiliaria no aparece irregular bajo ningún aspecto, de no ser por un elemento clave: los vecinos de Saucelito, que viven en el lugar desde hace cuatro generaciones, aseguran que esas tierras ya fueron donadas por los anteriores dueños y que esa donación la recibió la Diócesis de Orán. Gracias a ello construyeron la escuela, la parroquia y la estación de ferrocarril.
José Villareal es un vecino del lugar. Tiene 56 años y recuerda que su papá murió a los 86. Los restos de su abuelo también descansan en el cementerio del lugar. Su familia habita ese sitio hace por lo menos 100 años.
"Saucelito es un paraje; antes era un parador que estaba en el sendero viejo nacional que después se hizo ruta nacional 34. Ese parador pasó a ser la villa de Saucelito en un pedazo de tierra que desmontaron e hicieron casas precarias, pero al poco tiempo el pueblo se fortaleció por el paso de la ruta y el ferrocarril. Antes el pueblo estaba más al este, cerca del río, pero las crecidas comieron como 4 kilómetros y la gente se vino a este lugar. Los curas ayudaron y en el año 53 se hicieron los planos. Llegó la luz, se construyó la iglesia de la Medalla Milagrosa y después se hizo la escuela. Vino más gente y en un momento llegamos a ser 600 familias las que aquí vivíamos", recuerda Villareal.
Hoy el pueblo está compuesto por unas 100 personas que desarrollan actividades agrícolas a pequeña escala. Crían animales de granja, fabrican embutidos, viven de la pesca, la leña, el carbón y la miel. Son nativos y también originarios.
El pueblo está dentro de unas 3.500 hectáreas de bosques silvestres, que pertenecen a la zona roja del mapa ambiental de la provincia. Pese a ello, aquí "siguen desmontando y nos van achicando desde el río, el desmonte y hoy quieren comprar a Saucelito con todos nosotros adentro y eso me causa vergenza", afirma Villareal.
La compra quedó suspendida
Los papeles presentados por el intendente Guerra, con la intención de que los ediles aprueben la operación inmobiliaria, fueron convalidados por la mayoría oficialista del Concejo, pero para una operación de esta naturaleza se necesitan los dos tercios legislativos. Por esta razón los concejales pasaron a comisión el tratamiento y el viernes de la semana anterior, tres de los siete ediles, acompañados por Guerra, llegaron a Salta capital para analizar el tema en el área de Asuntos Municipales de la Provincia. La compra quedó supeditada entonces a la aprobación del Concejo, donde se elevó un proyecto de resolución, cuyo autor es el concejal Facundo Domínguez, por el cual se exige toda la documentación obrante para determinar la legitimidad de la compra.
El intendente dice que “es político”
El intendente Guerra, en contacto con medios locales, responsabilizó de la polémica a los “intereses políticos” en tiempos de campaña electoral, sostuvo que la operación es legítima y a favor de los vecinos de Saucelito que “por fin podrán tener la escritura de sus viviendas y todos los servicios”.
Pero los vecinos advirtieron que con ese dinero, y siendo que los terrenos ya están en posesión de los pobladores, se podrían hacer muchas cosas por el pueblo, como por ejemplo arreglar la escuela que se está cayendo.
“Notamos que hay una desesperación por comprar estas tierras, cuando sabemos que existe documentación que confirma que estas tierras ya son del municipio”, insistieron los vecinos. Además resaltaron que no son 6, sino 22 las hectáreas donadas donde hoy viven las familias del poblado.