No podía ser de otra manera. El River de Marcelo Gallardo tenía que estar a la altura del apasionado fervor y la irrefrenable pasión con la que lo recibe el hincha salteño cada vez que pisa nuestra ciudad, incluso desde que Salta acunó en su nacimiento el ciclo más exitoso en la historia del club, el del idolatrado Muñeco, allá por julio de 2014 y también por Copa Argentina.
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No podía ser de otra manera. El River de Marcelo Gallardo tenía que estar a la altura del apasionado fervor y la irrefrenable pasión con la que lo recibe el hincha salteño cada vez que pisa nuestra ciudad, incluso desde que Salta acunó en su nacimiento el ciclo más exitoso en la historia del club, el del idolatrado Muñeco, allá por julio de 2014 y también por Copa Argentina.
Y pese a las dudas iniciales, River, tras golear 3 a 0 a Argentino de Merlo en la fresca noche del Martearena ante más de 22 mil personas, estuvo a la altura de semejante demostración de afecto de los postergados seguidores del interior, aquellos que durante todo el año solo pueden “abrazarlos” a través de un televisor.
Y hablamos de dudas porque Argentino de Merlo, el humilde y pujante equipo de la quinta categoría del fútbol argentino, fue un hueso duro de roer para el campeón de América. Y lo complicó por momentos, no solo planteándole un férreo sistema en la marca, sino también procurando jugarle de igual a igual desde el primer minuto, sin dejarle espacios a los hombres más dúctiles y generadores del último conquistador de la Copa Libertadores, caso Nacho Fernández, Enzo Pérez y Nicolás de la Cruz.
Así se diluyó el primer tiempo, con River impreciso y los de Merlo envalentonados ante el marco de adversidad y la talla del rival. Esta tendencia se mantuvo hasta pasado el primer cuarto de hora, cuando Gallardo movió el banco y los ingresos de Ezequiel Palacio (volvió oficialmente a jugar tras la fractura proximal del peroné derecho que lo marginó por dos meses) y, sobre todo, el de Rafael Santos Borré le cambiaron la cara a River y le agregaron la potencia ofensiva que no le pudo aportar Pratto hasta entonces.
Allí el tucumano le imprimió firmeza y salida al mediocampo y el colombiano se potenció cuando se asoció con Matías Suárez, que tuvo su mejor noche desde que llegó a River marcando su primer doblete. Tras los cambios, el “millo” hilvanó tres situaciones al hilo antes del gol del desahogo, que llegó a los 25’, cuando Borré capturó un rebote en el costado izquierdo del área rival y sin ángulo puso la pelota en el segundo palo del arquero Pedelacq.
Ahí sí, con más tranquilidad y espacios, los de Gallardo ejercieron un dominio absoluto hasta el final y marcaron el segundo, a los 33’, tras un centro impecable desde la derecha de Borré que conectó Suárez en el segundo palo.
Ya en el descuento llegó el broche de oro, como para deleitar a los salteños y compensar las vacilaciones iniciales: Suárez entró solo y con una prodigiosa gambeta dejó desparramado al arquero para sentenciar el 3 a 0.
- la síntesis
RIVER 3 ARG. MERLO 0
F. Armani G. Pedelacq
G. Montiel D. Achucarro
R. Rojas F. Romero
Martínez Quarta S. Ocampo
C. Mayada F. Magaldi
I. Fernández D. Glaby
B. Zuculini C. Barrios
E. Pérez M. Cuenca
De La Cruz G. Scisci
M. Suárez A. Bordón
L. Pratto A. Salvador
DT: M. Gallardo DT: Vidal-Infante
Goles: ST: 25’ Borré (RP), 33’ y 47’ Suárez (RP).
Cambios: ST: 11’ Exequiel Palacios por Zuculini (RP), 16’ Borré por Pratto (RP), 34’ Nazareno Hvala por Cuenca (AM) y Gonzalo Valenzuela por Barrios (AM), 37’ Julián Álvarez por Fernández (RP) y 43’ Martín Perelman por Ocampo (AM).
Jornada: 32avos de final
Estadio: Martearena
Árbitro: Hernán Mastrángelo