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Paloma Cabadas: "Los viajes astrales los hacemos todos, solo que algunos no lo saben”

De visita en Salta, la psicóloga y escritora española Paloma Cabadas lleva adelante, en varios países de Latinoamérica, una serie de encuentros en los que describe la forma y pensamientos que ofrecen sus libros. En esta ciudad, además de una jornada de reflexión trató el tema de su primer libro, “Muerte lúcida”, y expresó algunos de sus pensamientos sobre cómo alcanzar es estadio. 
Jueves, 18 de abril de 2019 10:48

 

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Carina Costello
El Tribuno


En una charla con El Tribuno reveló el origen de sus trabajos, sus experiencias y las decisiones que tomó en la vida. 
¿Cuándo se produce el momento de cambio en su vida que la llevan a elegir el camino que hoy recorre?
Si bien se fue expresando desde la niñez, efectivamente hay un momento en mi vida que se descorre este panorama multidimensional. Ocurrió cuando tenía casi 33 años. Ahí empiezan a activarse las visiones, la sensibilidad y voy investigando cómo seguimos en el universo después de la muerte. Nunca le temí a la muerte y eso me dejó libre para hacerme preguntas y dejar que las respuestas me llegaran. Así logré detectar lo que es cierto para mí y lo que no lo es. Lo que pensaba internamente o lo que me sonaba a un acuerdo religioso, social o de la naturaleza que fuera. Entonces me dejé fluir y así fueron llegando las respuestas de un modo muy directo, sin intermediarios, a través de salidas extracorporales, de una forma natural. No le tuve miedo, sino que me pareció algo interesante donde podía ver distintos escenarios, donde estaba la realidad post mortem. 
¿Cómo son esas salidas extracorporales?
Me dormía y luego tenía lo que la mayoría siente como un sueño, pero con una claridad y nitidez como cuando se está despierto. Estos escenarios me empezaron a ilustrar y a dar la información que necesitaba. Con ese bagaje fui ordenando mi trabajo y años después salió la publicación de mi primer libro, “Muerte lúcida”. 
Cuando comenzaron estas experiencias, ¿tenía noción de qué eran?
No tenía ni idea. Me acosté en el sofá de casa, leyendo un libro. Lo dejé en mi pecho y me dormí. Ahí empezó todo. Vi cómo mi cuerpo se salía y observé que no llevaba el libro. Lo material no te lo llevás, salís con ese cuerpo energético y se siente que tiene otras propiedades, distintas al cuerpo de materia. 
¿Existe el denominado “lazo plateado”?
Sí, es blanquecino, el color de la energía. Si estás delante de tu cuerpo se puede ver que ese hilo sale desde la frente. En realidad el hilo es la extensión del campo de energía que sigue conectado al cuerpo para que este conserve su estado vital y para que el cuerpo energético tenga todas las sensaciones y pueda volver. Esto se da con un sobresalto, que nos ha pasado a casi todos alguna vez.
¿Estas experiencias las pueden tener todos?
La pueden tener todos. Otra cosa es que te acuerdes o lo aproveches más o menos, que realmente le puedas sacar un beneficio. Hay personas que lo viven como una pesadilla. El fenómeno transcurre en cada caso de un modo particular. Es como respirar, todas las noches nos dormimos y salimos del cuerpo. Puedes quedarte a un lado o emprender el vuelo, pero no siempre nos acordamos. Me di cuenta que fue un momento de despertar, sobre todo si te has venido preguntando cosas, pero si no te preguntas nada no hay nada que buscar. Esta fue mi forma de despertar y como no he tenido miedo, y lo viví de una forma emocionante. Hubo un período muy intenso donde las salidas eran muy continuas y me fueron trayendo información valiosa.
¿Qué más fue necesario?
Busqué darle un marco teórico y me formé en psicología. Pero la psicología estudia la conducta humana, pero no se estudia la conciencia. Y este trabajo tiene su base en descubrir quiénes somos. A esto lo he denominado conciencia porque es lo que está más despejado de ideologías de cualquier tipo, y hablar de esto con el mínimo de interferencias. Lo que hago es transmitir mis respuestas. 
Puede haber otros que también se hagan sus mismas preguntas...
Sí. Observé que la gran mayoría de personas que acuden a estos encuentros me dicen: “Es como que toda la vida me he estado preguntando esto”, o “Lo sabía pero no me atrevía a plantearmelo así”. Entonces se fue convirtiendo en una investigación que busca conocer sobre nosotros mismos.
¿No tuvo planteos o cuestionamientos desde alguna religión?
No, pero hubo sacerdotes y monjas que han venido a mis charlas en Roma. Personas abiertas de mente que habían tenido experiencias personales que no podían explicar.
¿Está trabajando en otro proyecto?
El año pasado solicitaron mi trabajo en una universidad internacional y me pidieron que se acreditara en la modalidad que yo quisiera. Así que elegí el diploma, porque hay mucho material y quería hacer la prueba de poderlo elaborar. Quedó un trabajo muy intenso, de más de 600 horas, que se imparte on line en seis meses. Tengo alumnos de varios lugares del mundo, incluso de Salta y Córdoba. Así que me he planteado convocar a los educadores porque creo que tenemos un compromiso -las personas que estamos más lúcidas- con los jóvenes y niños, sosteniendo un paradigma de apertura. Hay que trabajar en la energía de amar, que nadie te lo puede contar. Es la tarea de dejar ideas y pensamiento para que los jóvenes, que vienen con sus propios códigos, por lo menos lo puedan expresar. Porque lo que nos ha pasado a nosotros y a ustedes es no saber a quién le cuento esto. 
¿Está convencida de que volvemos después de la muerte?
Sí, pero es una decisión que no la tomamos aquí, porque acá está muy cerrada la perspectiva. No tenemos la totalidad de lo que nos ocurre. Cuando vuelves a casa, entendiendo casa como un lugar vibratorio que acoge a todos los que vibran en esa sintonía en el universo, es ahí donde se hace el balance de lo que pasa. Ahí estás en condiciones de decidir si vuelves o no. 
¿Y cree que somos los únicos en el universo?
No, pero está habitado energéticamente. No hablo de planetas, porque no lo he visto. Pero creo que si hubiera planetas con linaje humano ya nos hubiéramos encontrado.
En lo personal, ¿cuál es la razón de cambiar siempre de corte y color de cabello?
He tenido corto, largo, plateado y más. El único miedo que puedo tener en la vida es al aburrimiento. Y como el pelo crece...es una forma de cambiar y simplemente lo expreso. 
¿Quién es Paloma?
Hubo un momento en el que tuve de decidir, si bien todavía no había descubierto toda esta experiencia. Estaba viviendo en pareja y tuvimos que decidir si teníamos hijos o no. Y si bien siempre le dije a esta persona que no iba a tener hijos, me confesó que creía que iba a cambiar. Ese momento fue decisivo, con mucha sinceridad y de la que no me he arrepentido. Nos separamos y esa fue otra etapa de mi vida. Comencé a vivir fuera de España, a viajar mucho, incluso en Argentina. He vivido en Brasil y luego volví a España. Mi vida es de viajes e investigación. De silencio. Valoro mucho el silencio, tanto es así que no tengo ni música en casa ni aparatos, porque para mi el silencio es importantísimo. 
 

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