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El Monumental, a la altura de una final de lujo

Más de 60 mil personas alentaron al millo este jueves por la noche en Núñez. Se vivió una verdadera fiesta. 
Jueves, 30 de mayo de 2019 22:14

El estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti volvió este jueves a vestirse de fiesta para ser testigo de una nueva final internacional tras la frustrada definición ante Boca Juniors que debió trasladarse a Madrid, España.
A seis meses de aquella final de vuelta de la Copa Libertadores de América que nunca arrancó por los lamentables hechos de violencia que se sucedieron en los alrededores del estadio, el Monumental de Núñez volvió a ser sede de una final internacional y el marco no quedó en deuda.
Más de sesenta mil hinchas millonarios colmaron todos los sectores disponibles y el único hueco que se divisó fue el pulmón de división en la tribuna Centenario Alta para los visitantes, algo así como mil quinientos brasileños que viajaron desde Curitiba para presenciar un hecho histórico para su club.
En la previa, los hinchas le dedicaron la tradicional ovación al entrenador Marcelo Gallardo y apenas por debajo en el “aplausómetro” estuvo el volante y capitán, Leonardo Ponzio.
La salida de los equipos fue con una fiesta de fuegos artificiales que, incluso, taparon el himno brasileño cuando los equipos ya estaban formados por delante de los tres trofeos Conmebol: la Recopa Sudamericana, la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana.
Los fanáticos riverplatenses eligieron para esta ocasión vestir al Monumental con los globos tubo blancos y rojos que flamearon en la fría noche de Núñez.
Luego de una página negra en la historia del fútbol argentino y sudamericano, el Monumental volvió a ser testigo de una nueva fiesta.
 

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El estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti volvió este jueves a vestirse de fiesta para ser testigo de una nueva final internacional tras la frustrada definición ante Boca Juniors que debió trasladarse a Madrid, España.
A seis meses de aquella final de vuelta de la Copa Libertadores de América que nunca arrancó por los lamentables hechos de violencia que se sucedieron en los alrededores del estadio, el Monumental de Núñez volvió a ser sede de una final internacional y el marco no quedó en deuda.
Más de sesenta mil hinchas millonarios colmaron todos los sectores disponibles y el único hueco que se divisó fue el pulmón de división en la tribuna Centenario Alta para los visitantes, algo así como mil quinientos brasileños que viajaron desde Curitiba para presenciar un hecho histórico para su club.
En la previa, los hinchas le dedicaron la tradicional ovación al entrenador Marcelo Gallardo y apenas por debajo en el “aplausómetro” estuvo el volante y capitán, Leonardo Ponzio.
La salida de los equipos fue con una fiesta de fuegos artificiales que, incluso, taparon el himno brasileño cuando los equipos ya estaban formados por delante de los tres trofeos Conmebol: la Recopa Sudamericana, la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana.
Los fanáticos riverplatenses eligieron para esta ocasión vestir al Monumental con los globos tubo blancos y rojos que flamearon en la fría noche de Núñez.
Luego de una página negra en la historia del fútbol argentino y sudamericano, el Monumental volvió a ser testigo de una nueva fiesta.
 

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