¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
20 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La odisea de abrir un negocio en la ciudad: más de seis meses para una habilitación comercial

A Martín Saab le llevó más de seis meses obtener el permiso municipal para abrir un local de comidas en el centro. Según el subsecretario de Habilitaciones Comerciales, este trámite demora 30 días.
Lunes, 06 de mayo de 2019 01:45

 El cocinero Martín Saab ya pagó la última cuota de los aparatos gastronómicos que compró hace un año para el negocio que quiere abrir, pero todavía no tuvo un solo cliente. En abril del año pasado, el hombre comenzó a hacer refacciones en un local familiar para vender comida en pleno centro salteño. El 10 de octubre inició el trámite y recién el miércoles último obtuvo la habilitación: seis meses y medio después.
Con el local listo y los requisitos al día, a principios de octubre, Saab comenzó las gestiones en la Municipalidad de Salta para obtener la habilitación comercial. El tenía esperanzas en que fueran ágiles ya que había visto en los medios de comunicación que, por iniciativa del Gobierno municipal, se pretendía garantizar y facilitar los trámites de manera digital, a través de la aplicación Salta Activa.
Al principio, fue la bronca y la indignación. Luego, se malacostumbró a tener que esperar de 15 a 20 días por cada trámite que debía hacer en el Centro Cívico Municipal (CCM). 
Lo primero, fue la localización de su negocio en el sitio gratuito Google Maps. Por hacer este trámite, tuvo que abonar 445 pesos y esperar ocho días a que corroboraran que hubiera hecho el pago 
Lo segundo fue crear un usuario en Salta Activa para seguir por ahí el contacto con el municipio. “La aplicación anda horrible porque, de acuerdo con la computadora o el teléfono en el que uno esté, faltan opciones y no llegan los reportes ni las notificaciones. Uno trata de cargar cosas y no se cargan, o lo hacen en cualquier lado. Es confusa”, evaluó. La primera notificación le llegó 16 días después. Desde octubre hasta febrero último, debió esperar a que se terminaran los primeros pasos del trámite. 
La inspección al local se demoró dos meses en llegar: “Ya no sabían qué decirme. Entonces, me pidieron disculpas por teléfono y me agendaron la inspección para la semana siguiente”. 
Después de eso, tuvo que llevar el expediente a la Secretaría de Ambiente y Servicios Públicos, donde debió esperar un par de semanas para que revisaran su legajo. A través de una notificación, le avisaron que tenía que presentar un certificado para la manipulación de desechos de aceite. 
Al parecer, los inspectores no revisaron el estudio de seguridad e higiene, que menciona que no hay freidora industrial en su negocio, porque venderá comida saludable y no realizará frituras. Para resolver esto, tuvo que presentar una nota explicando la situación. Así, pasaron 20 días más.
Saab destacó que la atención en esta oficina fue bastante ágil: “La gente de Ambiente terminó la parte suya rápido y tuvo la amabilidad de llamarme por teléfono para avisarme que ya estaba el trámite”. 
Con el certificado de aptitud ambiental municipal (CAAM) en mano y desesperado por empezar a trabajar, Saab se dispuso a pagar una habilitación provisoria. Cuando estaba por hacerlo, lo llamaron de Ambiente para decirle que en un plazo de 24 a 48 horas estaría la definitiva. Sin embargo, pasó más de un mes desde entonces, porque en la Municipalidad no encontraban el CAAM. “Es un laburito engorroso”, le dijeron. 
Con puertas cerradas y sin clientes, tuvo que fumigar tres veces el local, pagar un seguro de responsabilidad civil y renovar dos veces los certificados de salud. “Uno paga un montón de cosas y en ese tiempo nadie cubre costos ni explica por qué la demora”, evaluó. “Ojalá que lo optimicen para que esto no le pase a otra gente”, expresó.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

 El cocinero Martín Saab ya pagó la última cuota de los aparatos gastronómicos que compró hace un año para el negocio que quiere abrir, pero todavía no tuvo un solo cliente. En abril del año pasado, el hombre comenzó a hacer refacciones en un local familiar para vender comida en pleno centro salteño. El 10 de octubre inició el trámite y recién el miércoles último obtuvo la habilitación: seis meses y medio después.
Con el local listo y los requisitos al día, a principios de octubre, Saab comenzó las gestiones en la Municipalidad de Salta para obtener la habilitación comercial. El tenía esperanzas en que fueran ágiles ya que había visto en los medios de comunicación que, por iniciativa del Gobierno municipal, se pretendía garantizar y facilitar los trámites de manera digital, a través de la aplicación Salta Activa.
Al principio, fue la bronca y la indignación. Luego, se malacostumbró a tener que esperar de 15 a 20 días por cada trámite que debía hacer en el Centro Cívico Municipal (CCM). 
Lo primero, fue la localización de su negocio en el sitio gratuito Google Maps. Por hacer este trámite, tuvo que abonar 445 pesos y esperar ocho días a que corroboraran que hubiera hecho el pago 
Lo segundo fue crear un usuario en Salta Activa para seguir por ahí el contacto con el municipio. “La aplicación anda horrible porque, de acuerdo con la computadora o el teléfono en el que uno esté, faltan opciones y no llegan los reportes ni las notificaciones. Uno trata de cargar cosas y no se cargan, o lo hacen en cualquier lado. Es confusa”, evaluó. La primera notificación le llegó 16 días después. Desde octubre hasta febrero último, debió esperar a que se terminaran los primeros pasos del trámite. 
La inspección al local se demoró dos meses en llegar: “Ya no sabían qué decirme. Entonces, me pidieron disculpas por teléfono y me agendaron la inspección para la semana siguiente”. 
Después de eso, tuvo que llevar el expediente a la Secretaría de Ambiente y Servicios Públicos, donde debió esperar un par de semanas para que revisaran su legajo. A través de una notificación, le avisaron que tenía que presentar un certificado para la manipulación de desechos de aceite. 
Al parecer, los inspectores no revisaron el estudio de seguridad e higiene, que menciona que no hay freidora industrial en su negocio, porque venderá comida saludable y no realizará frituras. Para resolver esto, tuvo que presentar una nota explicando la situación. Así, pasaron 20 días más.
Saab destacó que la atención en esta oficina fue bastante ágil: “La gente de Ambiente terminó la parte suya rápido y tuvo la amabilidad de llamarme por teléfono para avisarme que ya estaba el trámite”. 
Con el certificado de aptitud ambiental municipal (CAAM) en mano y desesperado por empezar a trabajar, Saab se dispuso a pagar una habilitación provisoria. Cuando estaba por hacerlo, lo llamaron de Ambiente para decirle que en un plazo de 24 a 48 horas estaría la definitiva. Sin embargo, pasó más de un mes desde entonces, porque en la Municipalidad no encontraban el CAAM. “Es un laburito engorroso”, le dijeron. 
Con puertas cerradas y sin clientes, tuvo que fumigar tres veces el local, pagar un seguro de responsabilidad civil y renovar dos veces los certificados de salud. “Uno paga un montón de cosas y en ese tiempo nadie cubre costos ni explica por qué la demora”, evaluó. “Ojalá que lo optimicen para que esto no le pase a otra gente”, expresó.

 Abrir, con riesgos
Saab observó que otros emprendedores, que pasaron por la misma situación, optaron por empezar a trabajar sin la habilitación definitiva: “En la realidad actual, que uno ve cada vez más locales cerrando que abriendo, no me explico cómo complican tanto la posibilidad de que una persona abra un negocio, le dé trabajo a otra persona y pague los impuestos como corresponde”.
“Se vuelve todo engorroso sin ningún sentido -expresó-. Por todos lados hay demoras. Conozco gente que fue a renovar la habilitación, que es anual, y, después de entre seis y ocho meses, sigue con el trámite. Trabajan como pueden porque no les queda otra”.
Saab decidió no abrir antes, porque, si es tan difícil habilitar un local, no quiere imaginarse lo que cuesta levantar una clausura. “Se supone que uno inicia otra actividad y trata de desarrollar el trabajo para estar mejor, no para generarse más preocupaciones y problemas”, consideró.
Otro inconveniente que tuvo es la obra del canal España, que lleva más de dos meses de ejecución en la calle Deán Funes, entre España y Belgrano, donde está ubicado su local.

Impuestos y más
Saab mencionó lo complicado que es ser comerciante en Salta, sobre todo por impuestos como Ingresos Brutos, que se cobran por adelantado con los movimientos bancarios y que implican el 5 por ciento de lo facturado.
“Llevo perdido medio año. A eso, se suma la temporada baja, el arreglo de la calle y un montón de cosas que, a la larga, se complican peor. A fin de mes, uno no puede decirle a Edesa que no va a pagar la factura de luz porque no puede trabajar en el local. La paga igual y gran parte de esa factura, aunque venga sin consumo, son impuestos. Lo mismo, con el banco y con la tarjeta de crédito”, evaluó.
“Yo sé dónde trabajo y a lo que me tengo que atener con respecto a los impuestos. Uno no debería hablar de esto como algo que asusta, pero lamentablemente asusta”, advirtió. “Si saco el costo de un plato de comida que vendo en la mesa, el 57 por ciento corresponde a impuestos. A eso, se suma la materia prima, la mano de obra y el pequeño margen que queda para competir y uno se da cuenta de que no tira manteca al techo. Uno trabaja para otros, porque tengo un socio, que me saca el 57 por ciento”.

La voz oficial
Claudio Mohr, subsecretario de Habilitaciones Comerciales de la Municipalidad, consultado por El Tribuno, mencionó que habilitar un local como el de Martín Saab debería demorar 30 días, “si tiene todo correcto y en condiciones”. Para locales de hasta 25 metros cuadrados, que no estén ubicados en el micro ni en parte del macrocentro, en centros comerciales ni en zonas como la del monumento a Güemes, el trámite debería durar entre 7 y 10 días.
El funcionario adujo que la demora suele deberse al incumplimiento de requisitos por parte de los interesados y que puede haber “errores humanos” por parte del municipio. “Es muy raro que la gente nos acerque toda la documentación correcta. Hay errores humanos y posibilidades de que pase algo dentro del área y que se demore, pero lo general es que no tengamos el requisito que le pedimos a la gente”.
Sobre la aplicación Salta Activa, dijo: “Hay errores u omisiones de carácter humano. Es una herramienta operada por personas y hacemos revisiones para mejorar procedimientos”.

 Burocracia insoportable
Entre algunas situaciones insólitas que suceden en el CCM, Saab contó que, “aunque digan que el horario de atención es de 8 a 20, si uno no llama a las 9, ya no atienden más el teléfono”. “Ellos mismos dicen que después de cierto horario no atienden el teléfono para no complicarse. Es tanta la gente que se demora por la misma inoperancia, que llega un punto en que no quieren o no pueden atender el teléfono para no generar más reclamos por trámites que siguen atrasados durante meses”, relató. 
Varias veces fue a buscar a determinadas personas al CCM, que no estaban en sus puestos de trabajo. “‘Está en reunión con el jefe, se fue a desayunar, se fue al banco o a algún lado’... Me dieron cualquier cantidad de excusas. Nunca hay un horario”. 
“Los empleados les dan más importancia a la factura o al bollo del desayuno que a la persona que paga los impuestos, de los que sale el sueldo de cada uno de ellos”, lamentó.
Saab dijo que hay un sistema de turnos “on line”, que a veces funciona y a veces no, porque se cae el wifi o el sistema. Entonces, cuando llega el horario que le asignaron por Internet, en la ventanilla del CCM le ofrecen un número manual y tiene que sentarse a esperar.
Comentó que nunca coincide lo que llega en las notificaciones de Salta Activa con lo que dicen en el mostrador y que algunos no saben cómo sigue el trámite. “Allá, salvo que tengas captura de pantalla de la aplicación, no podés mostrarlo, porque no se puede entrar desde el celular a la aplicación. Una vez, ni siquiera la empleada sabía cómo ingresar y me dio el teclado para que lo gestionara yo solo”, advirtió.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD