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Delfina Pignatiello, la chica dorada del deporte argentino

Es la primera atleta argentina en ganar tres oros en un mismo juego.
Lunes, 12 de agosto de 2019 03:30

A sus 19 años, Delfina Pignatiello ya se ha ganado el título de mejor nadadora en la historia del deporte argentino. Es la historia de una adolescente, fanática de Independiente y cuando no está en la pileta, sin objetivos cercanos, se divierte con su familia y amigos. Pero cuando se trata de competir y poner a la natación argentina en alto se llena de sacrificios y logra su objetivos.
Pignatiello es presente y futuro en el deporte argentino. Las tres medallas de oro que ganó en los reciente Juegos Panamericanos de Lima 2019 dan prueba de su enorme capacidad y talento. Todo ese esfuerzo la llevaron a convertirse en la primera atleta argentina en ganar tres preseas doradas en un mismo Panamericano.
Delfina comenzó su registro histórico ganado la prueba de 400 metros con un tiempo de 4m10s86; después llegó el turno de los 800 metros donde volvió a mostrar su solvencia y ya a mitad de carrera se sabía que nadie iba a quitarle la medalla de oro. La ganó en 8m29s42 dejando al estadounidense Mariah Denigan en segundo lugar. 
Si esos dos oros no eran suficientes en el penúltimo día de los juegos llegó el tercero. En la larguísima prueba de los 1.500 metros tuvo una dura lucha por el primer lugar con la chilena Kristel Kobrich Schimpl, otra de la candidatas. La trasandina estuvo al frente casi toda la prueba, pero con Delfina distancia apenas por centésimas. En los últimos 300 metros Delfina incrementó las brazadas para ponerse al frente y de ahí no hubo obstáculos conquistar su tercer oro con un tiempo de 16m16s54. 
Lo curioso de esta última prueba es que Delfina tuvo deseos de no correrla. El día previo tuvo fiebre, se la veía nerviosa y hasta llegó a decirle a Paula, su mamá, que no tenía ganas de participar en los 1.500 metros. 
“Me acosté sintiéndome bastante mal, pero hay veces que la cabeza manda más que cualquier sensación corporal. Dije basta, vamos a dormir y a descansar”, explicó después de la infartante carrera que protagonizó en el Centro Acuático de la Videna. “Delfi, hoy es el día, hay que darlo todo. Te entrenaste todo el año para esto”, se convenció para sí misma y comenzó la jornada histórica que la llevó a la cima del continente.
Pignatiello nació el 19 de abril del 2000 en San Isidro, provincia de Buenos Aires. A los 12 años y después de incursionar por varios deportes, le dijo a su mamá (profesora de natación) que estaba decidida a competir en esa misma disciplina, y dos años más tarde participó de su primer torneo nacional.
El camino que la llevó a convertirse en la mejor nadadora argentina estuvo lleno de sacrificios. Su rutina en los últimos años de secundaría era levantarse a las 5 de la mañana para entrenar en la pileta del municipio de San Isidro, después asistía al colegio hasta el mediodía y a las 16 comenzaba su segundo turno de entrenamiento por tres horas. Regresaba a la casa para hacer la tarea y a las 21 estaba en cama lista para que el despertador vuelva a sonar a las 5.
Todo ese esfuerzo dio sus frutos. Fue bicampeona mundial juvenil en 800 y 1.500 metros en Indianápolis; en los Odesur de ese mismo año, en Santiago de Chile, ganó tres medallas de oro, tres de plata y dos de bronce. 
En los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 fue medalla de plata en 400 y 800 metros libres. En los Panamericanos de Lima volvió a brillar tanto como los oro que ya forman parte de su rico historial deportivo. 
 

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A sus 19 años, Delfina Pignatiello ya se ha ganado el título de mejor nadadora en la historia del deporte argentino. Es la historia de una adolescente, fanática de Independiente y cuando no está en la pileta, sin objetivos cercanos, se divierte con su familia y amigos. Pero cuando se trata de competir y poner a la natación argentina en alto se llena de sacrificios y logra su objetivos.
Pignatiello es presente y futuro en el deporte argentino. Las tres medallas de oro que ganó en los reciente Juegos Panamericanos de Lima 2019 dan prueba de su enorme capacidad y talento. Todo ese esfuerzo la llevaron a convertirse en la primera atleta argentina en ganar tres preseas doradas en un mismo Panamericano.
Delfina comenzó su registro histórico ganado la prueba de 400 metros con un tiempo de 4m10s86; después llegó el turno de los 800 metros donde volvió a mostrar su solvencia y ya a mitad de carrera se sabía que nadie iba a quitarle la medalla de oro. La ganó en 8m29s42 dejando al estadounidense Mariah Denigan en segundo lugar. 
Si esos dos oros no eran suficientes en el penúltimo día de los juegos llegó el tercero. En la larguísima prueba de los 1.500 metros tuvo una dura lucha por el primer lugar con la chilena Kristel Kobrich Schimpl, otra de la candidatas. La trasandina estuvo al frente casi toda la prueba, pero con Delfina distancia apenas por centésimas. En los últimos 300 metros Delfina incrementó las brazadas para ponerse al frente y de ahí no hubo obstáculos conquistar su tercer oro con un tiempo de 16m16s54. 
Lo curioso de esta última prueba es que Delfina tuvo deseos de no correrla. El día previo tuvo fiebre, se la veía nerviosa y hasta llegó a decirle a Paula, su mamá, que no tenía ganas de participar en los 1.500 metros. 
“Me acosté sintiéndome bastante mal, pero hay veces que la cabeza manda más que cualquier sensación corporal. Dije basta, vamos a dormir y a descansar”, explicó después de la infartante carrera que protagonizó en el Centro Acuático de la Videna. “Delfi, hoy es el día, hay que darlo todo. Te entrenaste todo el año para esto”, se convenció para sí misma y comenzó la jornada histórica que la llevó a la cima del continente.
Pignatiello nació el 19 de abril del 2000 en San Isidro, provincia de Buenos Aires. A los 12 años y después de incursionar por varios deportes, le dijo a su mamá (profesora de natación) que estaba decidida a competir en esa misma disciplina, y dos años más tarde participó de su primer torneo nacional.
El camino que la llevó a convertirse en la mejor nadadora argentina estuvo lleno de sacrificios. Su rutina en los últimos años de secundaría era levantarse a las 5 de la mañana para entrenar en la pileta del municipio de San Isidro, después asistía al colegio hasta el mediodía y a las 16 comenzaba su segundo turno de entrenamiento por tres horas. Regresaba a la casa para hacer la tarea y a las 21 estaba en cama lista para que el despertador vuelva a sonar a las 5.
Todo ese esfuerzo dio sus frutos. Fue bicampeona mundial juvenil en 800 y 1.500 metros en Indianápolis; en los Odesur de ese mismo año, en Santiago de Chile, ganó tres medallas de oro, tres de plata y dos de bronce. 
En los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 fue medalla de plata en 400 y 800 metros libres. En los Panamericanos de Lima volvió a brillar tanto como los oro que ya forman parte de su rico historial deportivo. 
 

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