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Saquean una pollería y dejan pérdidas por más de $1.000.000

La empresa había convocado a comedores para donar mercadería que el Senasa iba a destruir. Se llevaron 400 cajas de pollo decomisadas y otras 370 que tenían permiso de comercialización.
Sabado, 24 de agosto de 2019 00:49

Una dramática situación se vivió ayer en una empresa de venta de pollos del macrocentro salteño, que resultó saqueada luego de convocar a titulares de comedores para regalarles cajas de pollo que el Senasa les iba a secuestrar por carecer de documentación.

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Una dramática situación se vivió ayer en una empresa de venta de pollos del macrocentro salteño, que resultó saqueada luego de convocar a titulares de comedores para regalarles cajas de pollo que el Senasa les iba a secuestrar por carecer de documentación.

Cerca del mediodía de ayer apareció en las redes sociales una publicación de la empresa en la que podía leerse: "URGENTE!! Aquellas personas que tengan comedores o necesiten acérquense ya a nuestra empresa en Zabala 325, quieren sacarnos cajas de pollo y queremos donarlas".

Inmediatamente, cientos de personas se agolparon en el lugar para reclamar la mercadería. Pero la situación se salió de control. La gente ingresó a la empresa y se llevó 400 cajas, con 8 pollos cada una, que estaban decomisadas para ser destruidas pero que la empresa quería donar. Según el propietario del local comercial, también se llevaron otras 377 cajas más que estaban para la venta.

La situación obligó a los dueños y empleados a cerrar las puertas, incluso con personas ajenas a la empresa todavía adentro. En el lugar tuvo que hacerse presente la Policía de la Provincia e Infantería para evitar que la multitud vuelva a ingresar y para que pudieran salir quienes estaban adentro.

"Fue un saqueo. Nos rompieron las puertas de las cámaras frigoríficas y se llevaron también algunos pizarrones", lamentó el dueño de la pollería, Gustavo Castañares, en diálogo con el periodista Ignacio Miranda, que transmitía en vivo para el portal Qué Pasa Salta.

Por la tarde noche de ayer, decenas de personas aún esperaban en la puerta la apertura del local comercial para reclamar que les entreguen pollo. "Tuve que pedir prestada mercadería para cumplir con mis clientes mañana (por hoy) pero no la puedo descargar porque hay gente esperando para llevarse más pollo", manifestó Castañares anoche en diálogo con El Tribuno.

El empresario hizo un cálculo de las pérdidas sufridas por esta situación y estimó que rondan el millón de pesos. "Las cajas decomisadas tenían un valor de casi 600 mil pesos y las otras 377 que teníamos autorización para vender estaban valuadas en unos 400 mil pesos más", calculó.

Sobre el origen del decomiso, Castañares explicó que "se nos confiscó una mercadería el viernes pasado, hicimos todas las presentaciones porque había un certificado de Senasa que nos faltaba pero la mercadería venía avalada por la empresa que nos vende el pollo en Jujuy”,explicó y aclaró que “la mercadería estaba en buen estado, solo que nos faltaba un papel”.

“Fue un error involuntario, la mercadería tenía procedencia y estaban pagados los impuestos, pero los inspectores del Senasa se encapricharon en decomisarla, incluso cuando la ley dice que camión que no puede ingresar debe volver al origen, pero tampoco permitieron eso”, se quejó.

Un profesional en materia de sanidad alimenticia consultado por El Tribuno indicó que en casos como éstos, el bloqueo de la mercadería suele aplicarse cuando el camión que la transporta no está precintado o falta documentación respaldatoria. Al perder el precinto, la autoridad no puede garantizar la trazabilidad del producto y, por protocolo, está obligada a suponer un riesgo para la salud pública.

Lo que suele hacerse es dejar la mercadería en guarda en algún sitio específico durante unas horas o un par de días para dar la oportunidad al propietario de la misma a presentar la documentación faltante. En caso de que ese trámite no se complete, se procede al decomiso definitivo y posterior destrucción de los productos.

Según los dichos de Castañares “cuando el Senasa estaba mandando el camión a retirar la mercadería había unas 20 personas de comedores esperando para ver si se las regalaban. Yo me fui al banco y cuando volví no podía creer la cantidad de gente, porque en las redes sociales se decía que estábamos regalando pollo”.

“La gente nos desbordó”, admitió el propietario del local y contó que “los empleados se tuvieron que esconder, se encerraron en las oficinas. Hubo gente con crisis de nervios”.

Castañares reconoció que “nosotros pedimos que los merenderos se acerquen, pero después eso se desvirtuó. Yo no sabía la fuerza que tienen las redes sociales hoy, la verdad que yo desconozco de eso. Fue terrible, parecía una procesión ahí adentro” (de su negocio). 

“La gente sacaba de a uno o dos cajones, cuando la idea había sido repartirles por unidad, pero nunca faltan los vivos y no pudimos hacer nada”, lamentó. 

Grandes pérdidas

Alrededor de un millón de pesos en mercadería perdió ayer el propietario de la pollería, una situación que pone en peligro su empresa y a las 50 familias que dependen de ella. “Hoy un millón de pesos no se recuperan así nomás, más en este país donde todos los días sufrís el cambio de las reglas”, aseveró y expuso: “De Súper Pollo dependen unas 50 familias, 30 en forma directa y 20 en forma indirecta”.

Reveló que su empresa tiene presencia en muchos puntos de la provincia, como Santa María, Cafayate, Orán, Tartagal, Metán y Joaquín V. González. 

“Siempre hacemos donaciones pero lamentablemente no le podemos dar a todo el mundo”, señaló.

Finalmente, insistió en su reclamo contra los funcionarios a cargo del control sanitario: “Yo vi una necedad muy grande por parte de las autoridades de Senasa que se cerraron, cuando la ley dice que camión que no puede entrar a la ciudad por algún motivo tiene que volver a origen. Pero ellos nunca quisieron hacer eso”.

“Yo no tengo la culpa de que ellos no hayan revisado los papeles en Jujuy”, manifestó.

“No voy a decir que estoy contento, pero sí complacido porque no se llevaron ellos (el Senasa) la mercadería y no la quemaron y mucha gente se benefició. Lamentablemente también me llevaron mucha mercadería que era de mi negocio y que tenía autorización de vender”, cerró.

La situación se les fue de las manos

Denuncian que grupos de hombres llegaron en camionetas y se llevaron hasta 20 cajas.

Cientos de personas se llevaron pollos del local.

Al margen de la legalidad de la convocatoria a comedores para que se llevaran los pollos que estaban decomisados, la situación ayer se desbordó -según el relato de los presentes-, cuando llegaron al lugar grupos de hombres que se llevaban de a 20 cajas.

Luego de que se conoció en las redes sociales que había pollos para regalar, cientos de personas llegaron al local para buscar mercadería y rápidamente se desbordó la capacidad para atender la demanda.

Una vecina que esperaba en el lugar relató durante la transmisión de Qué Pasa Salta que estaban haciendo fila cuando llegaron hombres “que empezaron a empujar y a llevarse las cajas, iban a dar tres pollos por persona pero se generaron problemas entre las personas que empezaron a empujar y rompieron la puerta de la cámara frigorífica”.

Otra mujer relató que tiene a cargo un comedor y que, tras conocer la publicación en las redes, llamó a la pollería para verificar si era cierta: “Me dijeron que venga, pero (también) vinieron personas con trabajo que no lo necesitan (al pollo) y se llevaron varias cajas”. 

Dijo que cuando llegó, el galpón estaba desbordado de gente. “Ellos (por la empresa) tuvieron la buena voluntad de dar, pero la gente se aprovechó”, lamentó la mujer y consideró que “tendrían que haber pedido constancia de que tienen comedor”.

Otra de las mujeres que esperaba en la vereda del local dijo que hubo personas “que se llevaron 20 cajas en una camioneta”.

En el lugar además había mucha gente que ocasionalmente estaba en la zona y se enteró de lo que ocurría. Muchos se quedaron para ver si conseguían alguna caja de pollos.

El desorden era tan grande que la Policía tuvo que cortar la calle Zabala, donde está ubicada la pollería, y desviar el tránsito en arterias aledañas porque se producía un gran embotellamiento en la zona.

El nivel de violencia fue tan grande que en los videos puede verse cómo, tras la llegada de los efectivos de Infantería para despejar el sector de ingreso a la empresa, la gente que esperaba afuera le robaba los pollos a los que salían del interior del local con las cajas o bolsones que habían conseguido.

 

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