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La intensa “charla” entre Peque y Chela

El tenista argentino no encontraba respuestas en su tenis y le reclamó a su entrenador.
Miércoles, 07 de octubre de 2020 02:48

Fue verdaderamente una noche intensa para Diego Schwartzman en Roland Garros. Su triunfo ante Dominic Thiem le permitió alcanzar su primera semifinal de Grand Slam y meterse en el Top 10 por primera vez en su carrera. Pero no todo le fue fácil. Molesto, incómodo y contrariado por no poder resolver el segundo set a su favor, el Peque comenzó a “charlar” con su equipo de trabajo que estaba en una de las tribunas del estadio Philippe Chatrier. En plena transmisión del partido se pudo escuchar como el tenista argentino, enojado, les pedía a sus asistentes, el principal es Juan Ignacio Chela, que dejen de alentarlo y que por favor le digan algo que le sirva para dejar de desperdiciar oportunidades.
Fue un punto de inflexión la volea que tiró a la red Schwartzman en el segundo set con la invalorable posibilidad de ponerse en ventaja 6-5: tuvo la chance de colocarse 15-40, desde allí el argentino entró en un laberinto mental.
Ya en el game siguiente, en el 15-30 con su saque, se lo escuchó decir: “Es increíble, me quedé enganchado en esa pelota que quedó en la red”. Y en el 15-40, repitió: “Es increíble, estoy haciendo todo bien y me quedo por eso”, y se señaló la cabeza. Así fue como perdió el parcial y se le escurrió una chance inmejorable para ganar el segundo set.
En el tercer parcial, en medio de una dura batalla de largos puntos, Schwartzman continuó con algunos lamentos. “No me sale, no me sale, le pongo garra pero no me sale”. Una vez más, el Peque contó con una ocasión inmejorable: un set point para llevarse el parcial 6-4, pero siempre le dio una vida más a Thiem. Y ahí empezó la desesperación de Schwartzman en busca de respuestas e inició un diálogo con su entrenador, Juan Ignacio Chela. “No me digas más ‘vamos’. Decime algo que me sirva para el partido”.
Vale recordar que esta última acción del argentino resultó todo un riesgo, ya que en medio de su fastidio no midió que si el umpire advierte que están haciendo coaching podía advertirlo con un warning y eso podía resultar un nuevo obstáculo mental para él. Pero, finalmente, el tenista argentino logró sacar el partido adelante, se llevó los últimos dos sets y terminó cerrando una espectacular victoria por 7-6 (1), 5-7, 6-7 (6), 7-6 (5) y 6-2. 
Por otro lado, con las victorias de Nadia Podoroska y Diego Schwartzaman, el tenis argentinos volvió a los primeros planos tanto en la WTA como en la ATP.
Ambos tenistas albicelestes, los mejores de la actualidad en sus ramas, revolucionaron el estadio principal “Phillipe Chatrier”, como hace 16 años, cuando Paola Suárez, David Nalbandian, Guillermo Coria y Gastón Gaudio se ubicaron en semifinales.
Los números estadísticos, entonces, dirán que la última vez que Argentina tuvo semifinalistas en ambos cuadros, uno de ellos fue campeón, al recordar la hazaña de Gastón el “Gato“ Gaudio.
 

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Fue verdaderamente una noche intensa para Diego Schwartzman en Roland Garros. Su triunfo ante Dominic Thiem le permitió alcanzar su primera semifinal de Grand Slam y meterse en el Top 10 por primera vez en su carrera. Pero no todo le fue fácil. Molesto, incómodo y contrariado por no poder resolver el segundo set a su favor, el Peque comenzó a “charlar” con su equipo de trabajo que estaba en una de las tribunas del estadio Philippe Chatrier. En plena transmisión del partido se pudo escuchar como el tenista argentino, enojado, les pedía a sus asistentes, el principal es Juan Ignacio Chela, que dejen de alentarlo y que por favor le digan algo que le sirva para dejar de desperdiciar oportunidades.
Fue un punto de inflexión la volea que tiró a la red Schwartzman en el segundo set con la invalorable posibilidad de ponerse en ventaja 6-5: tuvo la chance de colocarse 15-40, desde allí el argentino entró en un laberinto mental.
Ya en el game siguiente, en el 15-30 con su saque, se lo escuchó decir: “Es increíble, me quedé enganchado en esa pelota que quedó en la red”. Y en el 15-40, repitió: “Es increíble, estoy haciendo todo bien y me quedo por eso”, y se señaló la cabeza. Así fue como perdió el parcial y se le escurrió una chance inmejorable para ganar el segundo set.
En el tercer parcial, en medio de una dura batalla de largos puntos, Schwartzman continuó con algunos lamentos. “No me sale, no me sale, le pongo garra pero no me sale”. Una vez más, el Peque contó con una ocasión inmejorable: un set point para llevarse el parcial 6-4, pero siempre le dio una vida más a Thiem. Y ahí empezó la desesperación de Schwartzman en busca de respuestas e inició un diálogo con su entrenador, Juan Ignacio Chela. “No me digas más ‘vamos’. Decime algo que me sirva para el partido”.
Vale recordar que esta última acción del argentino resultó todo un riesgo, ya que en medio de su fastidio no midió que si el umpire advierte que están haciendo coaching podía advertirlo con un warning y eso podía resultar un nuevo obstáculo mental para él. Pero, finalmente, el tenista argentino logró sacar el partido adelante, se llevó los últimos dos sets y terminó cerrando una espectacular victoria por 7-6 (1), 5-7, 6-7 (6), 7-6 (5) y 6-2. 
Por otro lado, con las victorias de Nadia Podoroska y Diego Schwartzaman, el tenis argentinos volvió a los primeros planos tanto en la WTA como en la ATP.
Ambos tenistas albicelestes, los mejores de la actualidad en sus ramas, revolucionaron el estadio principal “Phillipe Chatrier”, como hace 16 años, cuando Paola Suárez, David Nalbandian, Guillermo Coria y Gastón Gaudio se ubicaron en semifinales.
Los números estadísticos, entonces, dirán que la última vez que Argentina tuvo semifinalistas en ambos cuadros, uno de ellos fue campeón, al recordar la hazaña de Gastón el “Gato“ Gaudio.
 

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