¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

20°
21 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Evaluación, la materia pendiente y esencial

Jueves, 12 de noviembre de 2020 00:00

Ratificamos: "hay que reinventar la educación".

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Ratificamos: "hay que reinventar la educación".

Y vamos a sostener la premisa "Eficientes en contenido y eficaces en aprendizaje" para encarar un tema crucial.

¿Cómo evaluar, a quién, qué y cuándo hacerlo?

La repuesta pone el foco en el binomio docente - alumno, concentrándose en la perspectiva de la Educación Emocional y partiendo de una introspección.

¿Cómo quiero ser evaluado en mi desempeño docente?

Partamos de la tarea docente, quien planifica, prioriza contenidos y responde a las estructuras cognitivas básicas del grado en curso, adaptando el abordaje didáctico a las características del alumno, por lo que inicia su labor respetando las expectativas de quien se educa, y a través de estas acciones fortalece el vínculo, que implica afecto.

Con esto es posible avanzar en el desarrollo de capacidades.

El binomio docente - alumno se consolida con el buen trato, manifiesto en las palabras, gestos y comprensión, y no bastan los protocolos del saludo diario para generar un "efecto" relacional de confianza.

Desde esta concepción se rechaza el fracaso y se interpelan los resultados para poner en marcha acciones correctivas posibilitando que el alumno aprenda y el docente dé cuenta de los logros en la tarea desarrollada. Rectificar y enmendar el error profesional a tiempo determinan un aprendizaje exitoso.

Un factor clave es la comunicación interna en el binomio; el diálogo es parte del hecho educativo y como tal ocupa el primer lugar antes de ponderar una situación de aprendizaje. Insisto debe haber un ida y vuelta constante, continuo, entre educador y educando, dejando de lado la calificación fría, vacía y sin sentido ante el esfuerzo realizado, muchas veces el alumno espera una valoración y recibe otra, sin que medie ningún tipo de explicación.

Decisiones ineludibles

La pospandemia exige una actuación renovada, y la evaluación es una materia pendiente en el quehacer ministerial, no alcanzan extensas posturas teóricas resolutivas, que pocos leen y muchos se sienten agobiados por la cantidad de información.

En este tema se hace necesario trabajar las herramientas del área y marcar los objetivos, encauzando la práctica de una actitud "justa" en quienes tienen que valorar a otro, y ocupan un lugar de asimetría en edad, conocimiento, poder y autoridad.

El niño y adolescente no puede seguir solo frente al sistema educativo. Ellos son parte del entretejido social que muchas veces lo limita y como tal entra a jugar el derecho a la educación.

Hemos transitado casos inolvidables en nuestra historia educativa salteña, con la intervención de representantes legales de los menores para reclamar el derecho a permanecer en la escuela y promocionar el año.

No se puede echar por tierra lo que se ha conquistado; es necesario construir la aplicación resolutiva del sistema evaluativo para el trayecto 2020 y 2021 de forma clara, precisa e instruccional, por el bien de los alumnos.

La enseñanza virtual en este periodo 2020 abrió la oportunidad de crear una estructura mixta combinada (virtual y presencial), fortaleciendo las trayectorias escolares. Por tal razón las propuestas didácticas serán concretas, manifestarán calidad pedagógica evaluando lo que se enseñó; centrando la discusión en la concepción de "evaluar" para adecuar las acciones futuras y revertir definitivamente el mecanismo selectivo que por años marcó a nuestra sociedad y se denominó "repetición".

Avanzar en este tema exige evitar los prejuicios, involucrar a todos los agentes de la institución, encauzando la tarea hacia una promoción asistida del grado y año, que supere el concepto de acreditar tan solo contenidos, y descubra el avance curricular en el desarrollo de capacidades.

Si bien, la evaluación marca el grado de cumplimiento de los objetivos planificados, es determinante ponderar el esfuerzo y generar el reconocimiento o mérito del alumno a partir del acompañamiento que hace el adulto responsable del binomio pedagógico. Este responde por el aprendizaje de todos y cada uno de los menores a cargo; como profesional, manejará la indagación y aplicará una calificación alejada del parámetro comparativo de quien sabe más o menos, usará la escala numérica o cualitativa (10 o Sobresaliente a 6 o Bueno) para medir el proceso y conocer las diversas variables del grupo de clase.

Entre las funciones que cumple la evaluación ninguna dice “desaprobar” todas apelan al manejo de las herramientas valorativas. Las funciones más utilizadas en el aula son el diagnóstico, pronóstico, orientativa, control, formativa, estimuladora, informativa, y la elaboración de un juicio real sobre lo que enseña y se aprende. Esto nos lleva a desprendernos de la famosa justificación “cuando más alumnos desaprobados, más exigente es el profesor”. Ante esto necesitamos una normativa clara, corta, precisa e instruccional que regule la acción de calificar sin vulnerar el derecho del alumno.

Aplicar una escala valorativa que clasifica a los aprendientes en mejor/ peor, puede/ no puede... arroja por tierra el proceso de aprender que es permanente; la persona, siempre está en posición de apropiarse y relacionar algo nuevo e incluso reacomodar lo adquirido para reutilizarlo con los nuevos contenidos presentados. La evaluación es una acción pedagógica estratégica de progreso, con esta función desafía las concepciones teóricas que subyacen en el maestro; quien se situará empáticamente en las circunstancia del entorno socio cultural.

Los programas, las acciones didácticas, normativas, equipo de tareas (supervisión, directivos y docentes) alentarán la perspectiva sinérgica a favor del niño en consonancia con una evaluación permanente de modo que la decisión no afecte la vida del menor, y en consecuencia a la familia. El próximo año presentará un desafío, el de consolidar los contenidos y definir los logros; la normativa debe armonizar con el modelo de abordaje “de dos años en uno” rescatando que el sentido de evaluar no radica en calificar, ni en promocionar: es entender la dinámica educativa, el quehacer y la actuación de los alumnos en el entretejido social de la comunidad y, por ende, en la escuela que es un micro espacio social donde se reproducen aspectos culturales impregnados de valores y disvalores, influyendo la marca de una baja calificación o repetición con situaciones de bullying. Pensar en reinventar la educación nos sitúa en nuevos formatos escolares, aplicando la “calificación”, es decir, nota numeral o cualitativa, como estrategia de trabajo, usando el docente este “dato” para autoevaluarse, siendo un feedback (ida y vuelta) que lo ponga en alerta sobre el proceso de los niños o adolescentes que deben reforzar ciertas técnicas de estudio logrando autonomía en el aprendizaje.

La cultura escolar presenta un escenario donde el micromecanismo selectivo reproduce y perpetúa el statu quo social con la cotidianeidad de las prácticas, y sin desearlo los docentes se transforman en instrumentos para conservar las desigualdades. Evaluar es un “constructo institucional”, una tarea de equipo dando cuenta de cada función cumplida, de cada gestión efectuada, y cada proceso desarrollado. En el ámbito de la vida del niño este hecho determina de manera preponderante, su estilo de relación con él mismo, con sus compañeros, con la escuela, con la comunidad y con la sociedad. 

La concepción que debe prevalecer en la promoción escolar, sostenida por el colectivo docente, padres y alumnos, es la que tiende a que sea el resultado de saber más y mejor, en un avance permanente, vivido como el proceso de desarrollo y madurez del ser humano, es decir avanzar desde aquí, y hasta donde sea posible desde mí, aprendiendo con esfuerzo.

 * Profesora para la enseñanza primaria, licenciada en Educación General Básica y Supervisora del Ministerio de Educación. Participa de los Conversatorios sobre Educación, tecnología e innovación organizados por la Universidad Católica de Salta

PUBLICIDAD