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“Antes de ponernos a pensar en cómo será el 2021, tenemos que tratar de pasar el verano”

Domingo, 15 de noviembre de 2020 02:16

Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundió los datos de la inflación de octubre, que resultó la más alta del año al marcar 3,8%. En este contexto, los alimentos son el rubro que más creció (4,8%), situación que golpea a los sectores de menores recursos.
En diálogo con El Tribuno, Juan Lucas Dapena, Dr. en Ciencias Económicas y economista jefe del Ieral NOA de la Fundación Mediterránea, remarcó que antes de pensar en la recuperación pospandemia hay que ver cómo transcurre el último tramo del año y el primer trimestre de 2021.

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Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundió los datos de la inflación de octubre, que resultó la más alta del año al marcar 3,8%. En este contexto, los alimentos son el rubro que más creció (4,8%), situación que golpea a los sectores de menores recursos.
En diálogo con El Tribuno, Juan Lucas Dapena, Dr. en Ciencias Económicas y economista jefe del Ieral NOA de la Fundación Mediterránea, remarcó que antes de pensar en la recuperación pospandemia hay que ver cómo transcurre el último tramo del año y el primer trimestre de 2021.

La inflación de octubre fue la más alta del año. ¿Qué nos indica esto en un contexto donde aún había aislamiento y distanciamiento en todo el país?
Que la inflación sea la más alta es algo que todo el ámbito económico lo veía venir por el exceso de emisión que hay, es decir la cantidad de billetes que se emitieron para hacer frente a la pandemia y que, en algún momento, tenía que empezar a repercutir sobre los precios. Eso por un lado.
Por el otro lado, la presión que hay sobre el dólar, que no queda claro cuál es el precio ya que tenemos desde un dólar oficial de $80, hasta un dólar que llegó a valer $195, que es el blue. Entonces, esa variedad de precio de dólar también le mete presión a la fijación de precios de toda la economía.
Son dos líneas: una el exceso de emisión que en algún momento iba a golpear y, como bien marca, ocurrió cuando todavía hay aislamiento; es más, ya se está hablando de que el piso para el próximo mes, es decir para noviembre, estará en un 3,5%.
Así que, lo que se esperaba que en algún momento, el exceso de emisión de billetes empiece a pegar en los precios, es lo que se está empezando a manifestar en este momento.

Dentro del índice mensual, los alimentos son los que más subieron. Otra vez la inflación golpea a los sectores más vulnerables... 
Exactamente. Los alimentos son lo que más suben y le pegan a los más vulnerables. No nos olvidemos que la pobreza subió, hay más de un 40% de pobres a nivel nacional, y Salta tiene más de un 45% de pobres en la zona más rica de la provincia y, por una cuestión de ingresos, aquellos que menos tienen es a los que más les afecta la inflación y, sobre todo, la inflación en alimentos.
El NOA tuvo una inflación del 4,1%; es decir, fue superior a la inflación promedio del país que fue del 3,8 y, encima, tenemos que la suba precios en todo lo que tiene que ver con alimentos fue mayor. Entonces sí, es una noticia bastante negativa porque con la pobreza que hay y con el parate económico que hubo, el hecho de que suban los precios y, sobre todo en alimentos, es una mala noticia para la sociedad porque le pega a los más vulnerables.

¿Cómo se explica esta suba? 
Esta suba es una de las más esperadas por lo que decíamos al principio: el exceso de emisión. Acá hay que marcar una diferencia, que no es que suban los precios si no que el peso argentino pierde valor porque hay tantos billetes dando vueltas. Si lo vemos en términos de dólares, podemos decir que históricamente los precios se han mantenido estables; pero si lo vemos en términos de pesos, es continua la suba de todos los precios o, visto de otra forma, la pérdida de valor del peso argentino.
No obstante hay que aclarar con respecto a la emisión que se hizo para enfrentar la pandemia, que muchos países del mundo también emitieron billetes para llevar adelante este tipo de políticas sociales y de apoyo a la economía privada; pero la gran diferencia es que estos países, como Estados Unidos y varios de Europa, una vez terminada la pandemia, sacan esos billetes del mercado. 
En cambio, Argentina tiene una historia económica que nos muestra que no los sacan del mercado y, por eso, acá realmente pega en la inflación, porque los billetes siguen dando vueltas y no que una vez que se termina la situación problemática, se los absorbe y se los se lo saca de circulación.

¿Cuáles son las razones por las que el Gobierno no está pudiendo bajar la inflación? ¿Lo intenta? 
Lo que ocurre es que la inflación este año está siendo más baja que el año pasado, pero no porque haya cambiado alguna condición de fondo. Está siendo más baja porque el aislamiento redujo la velocidad de circulación del dinero y eso es un componente clave en el cálculo de la inflación. Ahora bien, en estos momentos que está volviendo a la normalidad la situación de aislamiento y, aparte de eso tenés el exceso de emisión de pesos, es obvio que la inflación se empieza acelerar. 
El Gobierno hasta ahora no hizo nada porque no lo vio como un problema, pero ahora con el valor de la inflación que se conoció, anunciaron una suba de tasas (de interés para los plazos fijos). Es decir que ahora está actuando sobre la inflación con políticas económicas ortodoxas, como por ejemplo, la misma que utilizó el macrismo que es subir las tasas de interés para que salga un poco de dinero de la economía y vaya a plazo fijo o depósitos y no pegue tanto, ni presione tanto en los precios.

El informe de la Fundación Mediterránea reveló que algunos sectores económicos en el NOA empiezan a mostrar recuperación, si bien no en términos interanuales, sí en la comparación con trimestres anteriores. ¿Se puede esperar que continúe la senda de la recuperación o habrá un punto de amesetamiento a partir de lo que fue la prolongada paralización de las actividades económicas? 
Viendo un poco para adelante cómo sigue todo esto, yo creo que hay ahora un plazo de 4 o 5 meses, es decir hasta que termine el primer trimestre 2021, en el cual debería haber algún tipo de desenlace, de reacomodamiento de variables o de mandar señales al mercado acerca de qué es lo que se quiere hacer. Porque siguen algunas inconsistencias, pero la buena noticia es esta recuperación tenue que está teniendo la economía en general y el parate que ha tenido el aislamiento porque la situación sanitaria lo ha permitido. 
Pero, en definitiva, yo creo que todavía falta pasar el verano, o sea estos casi cinco meses, para tener una idea de cómo va a ser el 2021. 
 

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