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Ibuprofeno, paracetamol y aspirina, tres ases en la manga, pero ¿cuándo usarlos?

Estos analgésicos son muy comunes en los botiquines, pero no siempre se los toma de la forma correcta. Aunque se venden sin receta, siempre es necesario asesoramiento médico.
Martes, 17 de noviembre de 2020 21:33

Aunque el ibuprofeno, el paracetamol y la aspirina se venden en farmacias sin receta, siempre es necesario leer las indicaciones del prospecto, especialmente si se está embarazada,  amamantando o el medicamento lo tomará un niño o un enfermo crónico. 
Los chicos son especialmente sensibles ante los efectos secundarios que puede causar cualquier medicamento. Por ello, hay que tener especial cuidado y darles las dosis recomendadas de forma estrica, manteniendo los medicamentos fuera de su alcance. Y siempre, siempre consultar con el médico ya que puede ser el síntoma de otro tipo de dolencia.
Los medicamentos que incluyen varios principios activos (compuestos) son poco recomendables. Es preferible elegir uno que sea específico para el tipo de dolor que sufras.
El ibuprofeno, el paracetamol y la aspirina (ácido acetilsalicílico) son tres de los medicamentos más consumidos en la Argentina por sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antipiréticas. Probablemente si se hiciera una encuesta nacional, en pocos hogares faltaría alguno de estos tres fármacos, que se venden sin necesidad de recetas y son a los que la mayoría recurre por múltiples motivos a diario: Dolores de cabeza, de espalda, de muelas, de piernas, dolores menstruales, musculares, inflamaciones, fiebre. Incluso, en algunos casos, se hace un uso indiscriminado de estos fármacos a pesar de que  cada uno tiene sus propias características y por tanto cada uno está indicado para combatir determinadas dolencias. Incluso, cada uno cuenta con sus propias contraindicaciones. Y es que su abuso o consumo indiscriminado puede causar lesiones renales y hepáticas, irritación del tracto gastrointestinal, úlceras, trastornos de la presión arterial, mareos, cefaleas y hemorragias entre otras dolencias.

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Aunque el ibuprofeno, el paracetamol y la aspirina se venden en farmacias sin receta, siempre es necesario leer las indicaciones del prospecto, especialmente si se está embarazada,  amamantando o el medicamento lo tomará un niño o un enfermo crónico. 
Los chicos son especialmente sensibles ante los efectos secundarios que puede causar cualquier medicamento. Por ello, hay que tener especial cuidado y darles las dosis recomendadas de forma estrica, manteniendo los medicamentos fuera de su alcance. Y siempre, siempre consultar con el médico ya que puede ser el síntoma de otro tipo de dolencia.
Los medicamentos que incluyen varios principios activos (compuestos) son poco recomendables. Es preferible elegir uno que sea específico para el tipo de dolor que sufras.
El ibuprofeno, el paracetamol y la aspirina (ácido acetilsalicílico) son tres de los medicamentos más consumidos en la Argentina por sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antipiréticas. Probablemente si se hiciera una encuesta nacional, en pocos hogares faltaría alguno de estos tres fármacos, que se venden sin necesidad de recetas y son a los que la mayoría recurre por múltiples motivos a diario: Dolores de cabeza, de espalda, de muelas, de piernas, dolores menstruales, musculares, inflamaciones, fiebre. Incluso, en algunos casos, se hace un uso indiscriminado de estos fármacos a pesar de que  cada uno tiene sus propias características y por tanto cada uno está indicado para combatir determinadas dolencias. Incluso, cada uno cuenta con sus propias contraindicaciones. Y es que su abuso o consumo indiscriminado puede causar lesiones renales y hepáticas, irritación del tracto gastrointestinal, úlceras, trastornos de la presión arterial, mareos, cefaleas y hemorragias entre otras dolencias.

A diferencia del ibuprofeno,  el consumo de paracetamol no tiene ninguna consecuencia negativa para el estómago. En cambio, sí la puede llegar a tener para el hígado y los riñones pero solo en el caso de que se haga un consumo excesivo. Su uso no está indicado en aquellas personas que sufren insuficiencia hepática.


La aspirina y el ibuprofeno combaten el dolor gracias a la suma de sus efectos analgésico y antiinflamatorio. Todo ello a muy bajo precio y sin necesidad de receta. Pero, ¿son realmente eficaces para tratar las dolencias lumbares, por ejemplo? Según un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto George de Salud Global en Sídney (Australia), no. Ni tampoco son demasiado bien ‘tolerados’.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista « Annals of the Rheumatic Diseases», muestra que el tratamiento con AINE proporciona un alivio ‘real’ del dolor de espalda en solo uno de cada seis pacientes. Pero el problema no es solo esta falta de eficacia: los AINE aumentan, y mucho, el riesgo de complicaciones gastrointestinales, algunas tan serias como las úlceras.

Por eso es importante saber cuándo es correcto recurrir al ibuprofeno, al paracetamol o a la aspirina, sus diferencias y riesgos de consumo: 

PARACETAMOL

Al igual que el ibuprofeno, el paracetamol también es un fármaco con propiedades analgésicas y antipiréticas. Sin embargo, a diferencia del ibuprofeno, no tiene propiedades antiinflamatorias. Es decir, el paracetamol es fundamentalmente un fármaco indicado para combatir la fiebre y dolores moderados (reuma, lumbago, tortícolis, ciática, dolores de cabeza, de huesos, de muelas, menstruales...).
Como el ibuprofeno, sus tipos de presentaciones varían, desde los comprimidos a las soluciones orales, granulados, supositorios. En este caso, las dosis más habituales son las de 500 y 650 mg y la de 1 gramo.
Muchos laboratorios incluyen al paracetamol entre sus ofertas. De hecho, recientemente Bayer lanzó Paracetamol Bayer, un nuevo producto que se suma a la línea de analgésicos de su cartera de Consumer Health.
Efectos secundarios: A diferencia del ibuprofeno, su consumo no tiene ninguna consecuencia negativa para el estómago. En cambio, sí la puede llegar a tener para el hígado y los riñones pero solo en el caso de que se haga un consumo excesivo. Su uso no está indicado en aquellas personas que sufren insuficiencia hepática.
En caso de que no necesitemos combatir una inflamación, es recomendable recurrir al paracetamol antes que al ibuprofeno, ya que tiene menos efectos secundarios. Además, resulta más eficaz para combatir la fiebre. En cambio, deberemos optar por el ibuprofeno si además del dolor existe una inflamación de algún tejido. Sin embargo, nuestra elección deberá ser el ibuprofeno en el caso de que el dolor que sintamos esté acompañado por la inflamación de un tejido.

 


IBUPROFENO

Este antiinflamatorio no esteroideo (AINE) está considerado como el ´medicamento rey´ de la triple A: analgésico, antipirético y antiinflamatorio. Su uso está indicado para combatir la fiebre y para el alivio sintomático de dolores leves o moderados como el dolor de cabeza, de muelas, artritis, artrosis, molestias de la menstruación, cuadros inflamatorios, dolores musculares, dolor de garganta, artritis, faringits, molestias causadas por torceduras o esguinces...
Bajo muchas marcas de distintos laboratorios se comercializa este derivado del ácido propiónico, que a diferencia del paracetamol cuenta entre sus ´bondades´ con capacidad antiinflamatoria. En cuanto a la tipología de este fármaco, las dosis más habituales son las de 400 y 600 mg en comprimidos o cápsulas. Y ahí surge uno de los principales errores al consumirlo: si el dolor es agudo se cree que 600 mg aliviarán más que 400 mg y en realidad, salvo por indicación médica, siempre se debe tomar el de 400 mg.  
Efectos secundarios: Al tratarse de un fármaco antiinflamatorio, su principal defecto es que puede resultar perjudicial para el estómago (úlceras pépticas, hemorragias, perforaciones). Es por este motivo que se recomienda tomarlo durante las comidas e incluso acompañado por un protector gástrico en el caso de que debamos hacer un uso reiterado de este fármaco. De hecho, si la persona que lo consume lleva adelante un tratamiento para la gastritis, no tendría que tener problemas, de acuerdo a informes médicos.  

Entre las contraindicaciones de la aspirina  figura el hecho de que su uso no es recomendable para los niños. De hecho, su consumo debe limitarse a los menores de 18 años. Además, tampoco está indicada para combatir procesos febriles de origen viral.

Además, un consumo excesivo de ibruprofeno puede tener también consecuencias negativas a nivel cardiovascular y puede provocar trastornos renales y hepáticos. Por otra parte, el ibuprofeno se desaconseja en pacientes que sufren de úlcera gástrica, insuficiencia renal o hepática grave, además de aquellas personas que toman antihipertensivos.

ASPIRINA

Aunque la denominación de aspirina ha pasado a convertirse en una nomenclatura de uso común, en realidad nos estamos refiriendo al ácido acetilsalicílico. Durante mucho tiempo, este analgésico ha sido de uso frecuente en todos los hogares, aunque últimamente sus ventas parecen haber decaído a favor del ibuprofeno.
Y es que las propiedades del ácido acetilsalicílico son similares a las del ibuprofeno (ambos pertenecen a la familia de los antiinflamatorios no esteroideos). En este sentido, tiene una función analgésica (reduce el dolor), antiinflamatoria (reduce la inflamación), antipirética (reduce la fiebre) y antiagregante plaquetario (inhibe la acumulación de plaquetas en los vasos sanguíneos). Este último efecto hace que no se acumulen las plaquetas en los vasos sanguíneos y, por tanto, reduce el riesgo de que se produzcan coágulos que impidan el paso de la sangre y deriven en ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
Su uso está indicado para combatir dolores ocasionales leves o moderados como los de cabeza, dentales, menstruales, musculares, de espalda, dolores causados por la artritis reumatoidea.
Entre sus contraindicaciones, figura el hecho de que su uso no es recomendable para los niños. De hecho, su consumo debe limitarse a los menores de 18 años. Además, tampoco está indicada para combatir procesos febriles de origen viral, como por ejemplo la gripe, ya que puede provocar complicaciones. Por otra parte, no está indicada para personas con problemas de estómago o que sufran enfermedades que causen un sangrado excesivo, como la hemofilia. Entre los efectos secundarios que puede ocasionar el uso abusivo del ácido acetilsalicílico figuran la úlcera de estómago y de intestino, dolor de abdomen, acidez y ardor de estómago, náuseas, vómitos.

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