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Profesionales evidenciaron una situación social crítica

Valoraron las iniciativas del Estado durante la pandemia.
Domingo, 06 de diciembre de 2020 00:36

Luego de que se conociera que el índice de pobreza en la Argentina subió al 44,2 por ciento y que el 10,1 por ciento de las personas son indigentes, autoridades del Colegio de Profesionales de Servicio Social y Trabajo Social de la Provincia de Salta aseguraron que desde hace un tiempo evidenciaban el crecimiento del porcentaje de pobreza, así como la criticidad de la situación social.

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Luego de que se conociera que el índice de pobreza en la Argentina subió al 44,2 por ciento y que el 10,1 por ciento de las personas son indigentes, autoridades del Colegio de Profesionales de Servicio Social y Trabajo Social de la Provincia de Salta aseguraron que desde hace un tiempo evidenciaban el crecimiento del porcentaje de pobreza, así como la criticidad de la situación social.

Las cifras surgen de un informe difundido el jueves último por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) a partir de una medición realizada entre julio y octubre último.

"Gran parte de los trabajadores sociales que desarrollan su actividad en el ámbito estatal han tenido que generar estrategias para que estas familias en situación de crisis y de vulnerabilidad extrema accedan a recursos mínimos que garanticen su supervivencia", manifestó la presidenta del colegio, Natalia Aguilar.

La referente señaló que el Estado ofreció diferentes tipos de respuestas y que el trabajo social tuvo que encontrar los modos no solo de que les llegara el recurso a las personas, sino también de potenciar y acompañar procesos de transformación que les permitieran ejercer sus derechos.

Sobre el freno del IFE

El director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA evaluó el jueves que, "sin la asignación universal por hijo (AUH), el ingreso familiar de emergencia (IFE), la tarjeta Alimentar y el resto de los subsidios, la indigencia habría sido el doble -alrededor del 20 por ciento- y la pobreza habría trepado al 53 por ciento".

La representante de los trabajadores sociales valoró que el Estado haya encontrado en estas iniciativas una forma de subsanar un momento tan crítico y consideró que, "aun con el IFE, la pobreza se incrementó de todos modos".

Aguilar opinó que no es oportuno que el Estado haya suspendido la entrega de este subsidio y evaluó que esto tendrá un impacto muy importante en los grupos familiares de menos recursos: "La pandemia ha evidenciado que hay mucha pobreza e indigencia y este aporte del Estado garantizaba las condiciones de subsistencia mínima. Quizás no es el momento (de quitarlo), hasta tanto no haya una estrategia de articulación de políticas que permitan que estos grupos familiares tengan alternativas para solventar la economía del hogar".

Aguilar advirtió que es fundamental atender a la inflación y a otras realidades que muchas veces el mercado impone al Estado y a la sociedad: "Lo que el mercado marca como agenda en lo estatal y en lo social impacta en la calidad de vida de la gente y en las problemáticas sociales".

La mujer señaló que es clave tener presente la relación entre Estado, el mercado y la sociedad y evaluó que sería valioso que el Estado asuma "un rol protagónico para limitar el accionar de avasallamiento que muchas veces tiene el mercado".

Acceso a educación

Si bien la imposibilidad de acceder a internet y a herramientas tecnológicas llevó a muchos niños, niñas, adolescentes y adultos a no acceder al derecho a la educación, ya que casi todas las actividades escolares se trasladaron a la virtualidad, Aguilar consideró que, "con muchas imperfecciones, el Estado ha intentado y ha dado algún tipo de respuesta" a esta situación.

Mencionó que los equipos interdisciplinarios y los trabajadores sociales estuvieron cerca de los niños que no accedieron a propuestas de educación vinculadas con lo digital y valoró que hubo mucho acompañamiento.

Explicó que desde el trabajo social se puede ayudar a mejorar las respuestas del Estado y a generar las condiciones para que la educación sea accesible a todos y, sobre todo, a los sectores más vulnerados.

"El trabajo social hace un diagnóstico en el trabajo con la gente y en el territorio y puede articular con diferentes instituciones y dispositivos del Estado para dar respuestas y que estas garanticen el acceso al derecho que está siendo vulnerado", expresó la profesional y comentó que esta carrera les permite pensar políticas públicas.

Desafíos del trabajo social en la pandemia

Los profesionales conmemoran su día el 10 de diciembre en el país.

El jueves próximo se celebra el Día del Trabajo Social Argentino, al mismo tiempo que el Día de los Derechos Humanos a nivel mundial.

De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo Social N° 27.072, esta profesión debe contribuir a la “vigencia, defensa y reivindicación de los derechos humanos, la construcción de ciudadanía y la democratización de las relaciones sociales”.

Según explicó la presidenta del Colegio de Profesionales de Servicio Social y Trabajo Social de Salta, intervienen “en aquellas situaciones de vulnerabilidad y adversidad que atraviesan las personas de forma individual, así como los grupos familiares y las comunidades, en busca del reconocimiento, efectividad y acceso a sus derechos”.

Natalia Aguilar reflexionó sobre las dificultades que han tenido en el ejercicio de la profesión en el contexto de la pandemia de COVID-19, ya que sus tareas suelen desarrollarse en el territorio en contacto permanente y presencial con la gente. 

“Seguimos trabajando sabiendo que las problemáticas que abordamos demandan nuestra presencia”, manifestó.

Salud y discapacidad

Aguilar consideró que, en el marco de la pandemia, se desconocieron muchas incumbencias y tareas de los trabajadores sociales que se desempeñan en el ámbito de la salud.

Comentó que a algunos profesionales se los sobrecargó con tareas administrativas, tanto en hospitales como en centros de salud y que se descuidaron tareas fundamentales: “La pandemia nos ha interpelado a todos y nos parece importante no dejar pasar estas cuestiones, sino visibilizarlas, para que en el futuro no vuelvan a suceder”.

Durante este tiempo, algunos trabajadores sociales acompañaron mucho a las familias a través de llamadas telefónicas y encuentros virtuales y otros recurrieron a una radio para que no se pierdan los derechos en este contexto y la gente encuentre respuestas en este lugar.

Aguilar señaló que fue muy importante el trabajo en discapacidad para desarrollar estrategias que permitan que no se corte el lazo social de los usuarios con los espacios que solían frecuentar.

Mencionó que los trabajadores sociales intervienen a partir de marcos teóricos y metodologías que les permiten entender cómo se dan algunos procesos y encontrar las mejores formas de acompañar a las personas. Evaluó que es muy riesgoso que, en el afán de ser solidarios, algunos quieran ayudar a resolver ciertas problemáticas como la violencia de género sin estar formados para ello.

Carrera universitaria

Aguilar consideró que sería bueno que existiera en la universidad pública la carrera de Trabajo Social, que por ahora se da solo en la Universidad Católica de Salta (Ucasal): “Eso es un límite para quienes quieren estudiar Trabajo Social, pero no pueden pagar una cuota”.

La presidenta del Colegio comentó que pidieron una audiencia con las autoridades de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) pero que hasta ahora no obtuvieron una respuesta.

Desde la facultad les dijeron que hay mucha demanda de esta carrera. “Es una demanda social y es importante que el Estado y, sobre todo, la universidad, puedan atenderla”, expresó la profesional.

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