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Un profesor de educación física que se encolerizó en la entrada de un gimnasio, adonde volvió blandiendo un machete y un arma de fuego, amenazando a los presentes fue condenado en un juicio abreviado a 2,8 años de prisión.
El violento causó daños y se apoderó ilegítimamente de dos parlantes. Se acumuló una causa donde agredió a una familiar y le profirió amenazas.
La auxiliar fiscal Andrea Tejerina Frías, bajo expresas directivas de la fiscal penal 1 de Orán, Daniela Murúa, representó al Ministerio Público Fiscal en la audiencia flexible y multipropósito fijada por la Oficina de Gestión Judicial (OfiJu) en el marco del Plan Piloto de Oralidad, donde con el acuerdo de las partes, se arribó a un juicio abreviado para Daniel Ortíz, como autor de los delitos de amenazas con arma, daños y robo simple, y amenazas y lesiones, en concurso real.
La condena tras la confesión
El juez Gustavo Morizzio, luego de recibir la confesión del acusado, le impuso el cumplimiento de una pena de dos años y ocho meses de prisión de ejecución condicional y el cumplimiento de reglas de conducta, entre las que se cuenta hacer tratamiento psicológico y reparar totalmente los daños causados.
El hecho ocurrió el pasado mes de septiembre, cuando un cliente de un gimnasio de esa ciudad se presentó en el lugar y no se le permitió la entrada por ser sospechoso de haberse apoderado del celular de otra clienta con anterioridad.
Según consta en las actuaciones, el impedimento lo ofuscó y regresó de manera violenta, portando un machete con el que profirió amenazas al propietario y su familia, y causó daños. También se indicó que exhibía lo que parecía un arma de fuego.
Antes de retirarse, tomó dos parlantes del lugar, y se los llevó consigo.
A este hecho se acumuló un hecho anterior, donde ejerció violencia contra una familiar dentro de una clínica, amenazándolo cuando no quiso darle dinero.