"Aguaray Productiva" es una iniciativa muy prometedora para los originarios de esa localidad norteña, que si arroja los resultados que se esperan, puede ser autosustentable en el tiempo.
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"Aguaray Productiva" es una iniciativa muy prometedora para los originarios de esa localidad norteña, que si arroja los resultados que se esperan, puede ser autosustentable en el tiempo.
Y es que al menos en este caso se trata de vincular dos eslabones que conforman esta cadena de valor: el conocimiento ancestral de los guaraníes en cuanto al trabajo de la tierra y una importante inversión económica que estará a cargo de un joven emprendedor local dedicado a la venta, comercialización y distribución en el departamento San Martín de frutas, verduras y hortalizas.
El proyecto comenzó a tomar forma en la cabeza de Franco Carmona, un joven de 26 años de Aguaray, en el mes de mayo pasado, en plena pandemia. Hoy ya pueden verse los primeros resultados: son los plantines que comienzan a aparecer en Capiazuty, una de las comunidades guaraníes que tratan a la madre tierra con la sabiduría y el respeto que le legaron sus ancestros y que a pesar del paso de los siglos, de la aculturización a la que por años fueron sometidos, siguen teniendo en "el grano sagrado" que es el maíz, la base de su alimentación, al que le suman otros nobles productos propios como el anco (zapallos silvestres muchos más pequeños que los que habitualmente se comericializan), mandioca y batatas.
Franco Carmona es padre de familia, se crió en Aguaray y es un típico autodidacta en las cuestiones que hacen a la producción del campo. Sabe casi de memoria los datos y cifras; conoce cuántos choclos saldrán de cada una de las plantitas de hojas verdes que comienzan a emerger de los surcos que meses atrás él mismo ayudó a rastrear en la comunidad Capiazuty, ubicada sobre la ruta nacional 34 y la ruta provincial 54, que va hacia el Chaco salteño.
"Rastrear una hectárea tiene un costo de 7 mil pesos, y cada una tiene que producir 5 toneladas de granos de maíz o alrededor de 5 toneladas de choclo; a mediados del otro año el choclo puede conseguirse a 400 pesos la docena, o sea que 100 docenas que pretendemos cosechar de cada hectárea es una linda cifra", explica. Todo surgió "porque conozco este pueblo y a su gente y sé que acá tenemos un valor que no tienen otros lugares; acá viven guaraníes en más de 11 comunidades que saben trabajar la tierra mejor que nadie y que yo mismo inclusive, porque lo han aprendido de sus padres y estos de sus abuelos. Cada comunidad dispone de más de 30 hectáreas, o sea que no tendremos problemas en ese sentido; ellos viven en la misma comunidad, así que no se tienen que trasladar grandes distancias, pero el gran problema es que no tenían recursos económicos para cultivar. Mi aporte al proyecto es costear la preparación de la tierra y asegurar la compra y la venta a consumidor final. Ellos tienen la mayor de las ventajas y es que saben como nadie trabajar la tierra".
Aprovechar sus conocimientos ancestrales
Los guaraníes saben como nadie trabajar la tierra, pero no contaban con recursos.
La siembra de maíz comienza a brotar.
“Acá muchos se quejan de que la gente no trabaja; pero no lo hace porque no tiene ese aporte que necesitan para comenzar, las herrramientas”, dice Franco Carmona.
Como en Capiazuty los plantines de choclo, zapallo, anco y mandioca ya comenzaron a aparecer es momento “de que la rastra y el tractor se vayan a Tuyunti y después sigamos con Piquirenda, Fátima, Aguas blancas, Campo Durán, Algarrobal, Peña Morada, Campo del medio hasta terminar en la misma localidad de Aguaray donde la gente también tiene espacio para sembrar. Tuyunti cuenta con 35 hectáreas disponibles, pero vamos a hacer siembra de choclo solo hasta diciembre porque me enseñaron que después ya no sirve sembrar ese grano; en ese momento vamos a comenzar con zapallo que se cosecha en mayo o junio, los meses más frescos donde el zapallo sale muchísimo y a muy buen precio. Las semillas las vamos a comprar en Jujuy y ellos ya saben que conmigo tienen asegurada la venta para volver a comprar semilla y seguir produciendo. La idea es que en un par de temporadas más comencemos a diversificar la producción incluyendo en esa segunda etapa pimiento, zanahoria que acá se dá muy bien, sandía y papa”.
Sobre el cultivo de cítricos, Franco dijo: “En muchas comunidades hay cítricos de buena calidad pero ahora necesitamos productos que los tengamos en la mano en unos meses; el cítrico necesita por lo menos 3 años para comenzar a producir. En cuanto al trabajo con las comunidades de Aguaray, lo último que tengo pensado hacer es Acambuco, pero ahí la dificultad pasa por la distancia (el valle se ubica a 68 kilómetros de Aguaray) y que la gente si bien conoce mucho de la siembra de estos productos que son autóctonos, está más volcada a la ganadería. Ahí habría que trabajar con un sistema de huertas”, anticipa y de hecho ya se puso en contacto con gente que sabe cultivar con el sistema hidropónico.
Franco Carmona explica finalmente que “Aguaray Productiva, como lo llamo a este proyecto tomó la iniciativa de lo que en sus inicios fue Tartagal Productiva (la empresa del estado municipal dedicada a la cría de cerdos, la promoción y la venta a buen precio de este producto) porque quiero sumar lo que pueden aportar los involucrados en el proyecto, en este caso los guaraníes y yo como comerciante. Mis verdulerías se llaman todas Virgen de Urkupiña y a ella le pido todos los días que nos ayude porque la gente sabe y quiere trabajar y y yo pretendo invertir para que ganemos todos, inclusive los consumidores locales que tendrán los productos a precios más bajos que los actuales”.