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Jóvenes diseñadores, seleccionados por romper con los estereotipos

Son de Rosario de la Frontera. Empezaron desde muy abajo para cumplir su sueño y jamás se rindieron ante la adversidad. Fueron elegidos por inversionistas textiles entre 3.000 participantes.
Domingo, 19 de abril de 2020 01:46

Albino Sabalza, Cecilia Nanterne y Valeria López son diseñadores de moda. Empezaron desde muy abajo para alcanzar su sueño, el de entrar en el mundo de la moda y mostrar sus diseños con el plus de romper con los estereotipos del 90-60-90.

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Albino Sabalza, Cecilia Nanterne y Valeria López son diseñadores de moda. Empezaron desde muy abajo para alcanzar su sueño, el de entrar en el mundo de la moda y mostrar sus diseños con el plus de romper con los estereotipos del 90-60-90.

En sus inicios, con mucho sacrificio comenzaron con dos máquinas de coser comunes, en un salón de la parroquia de Villa Manuela, que le prestaron temporalmente. Luego pudieron alquilar un local en la galería de la Salta, ubicada en el casco céntrico.

Hoy, después de tanto luchar y remarla, buscan dar a conocer sus diseños, tras ser seleccionados entre tres mil participantes por un importante grupo textil de inversionistas de la capital salteña. 

Albino de 31 años y Cecilia, de 39, relataron a El Tribuno  cómo lograron salir adelante a pesar de que se les cerraron las puertas muchas veces a lo largo de tres años.

“Empezamos a trabajar en una cooperativa textil en el barrio Arturo Menú, y después de estar un tiempo allí, empezamos a soñar y en llevar a cabo nuestro emprendimiento. Luego comenzamos a buscar un salón más amplio para trabajar con nuestro proyecto, y conseguimos que nos prestaran un salón de la parroquia Nuestro señor y Virgen del Milagro, allí fue donde comenzó nuestro sueño, con nuestras maquinitas y tijeras. Fue ese pequeño salón donde empezamos a llamar a todas las tiendas para decirles que estábamos haciendo ropa, para ver si les interesaba trabajar con nosotros. Pero mucha gente nos cerraba las puertas”, expresaron.

Albino y Cecilia, en el taller, creando moda sin estereotipos.

“Como no éramos un taller grande, y no teníamos una marca reconocida, nos decían siempre que no, pero nosotros no nos rendimos y seguimos trabajando, hasta que un momento dado, alguien nos dijo que si”, relataron. 

“Y así fue que empezamos a trabajar con ellos, nos dieron cuatro trabajos grandes, y esto nos dio la posibilidad de comprar nuestras primeras máquinas grandes”, agregaron. 

Al comienzo apenas tenían dos máquinas de coser comunes, pero en tan solo seis meses de trabajo, pudieron ahorrar, compraron sus dos primeras máquinas industriales y lograron trasladarse a la galería de la Salta.

“Cuando nos mudamos, el local donde estamos ahora, nos quedaba grandísimo para nosotros tres y las dos máquinas. Pero para nosotros era una gran emoción, soñábamos que éramos un taller de grandes marcas como Channel”, expresaron entre risas.

Luego recordaron: “A medida que íbamos trabajando, pudimos adquirir nuestra primera mesa de corte, la hicimos con nuestras propias manos, nos golpeábamos en la construcción, los dedos nos quedaron destrozados pero la pudimos armar. Pero era más grande nuestro sueño a pesar de las cientos de veces que nos decían que no”.

“Realmente fue todo a pulmón, de cien personas que contactábamos, una nos decía que sí, y así fuimos creciendo”, manifestaron.

El concurso

“Luego se nos dio la oportunidad de participar en un concurso muy grande, donde se presentaron empresas mucho más grandes y reconocidas. Logramos juntar un dinero para poder viajar a ese concurso tan exigente. Por suerte logramos pasar varias instancias hasta que quedamos seleccionados entre tres mil proyectos y ganamos el concurso que era un premio de 400.000 pesos”, rememoraron.

Los jóvenes contaron que gracias a ese premio pudieron comprar más maquinas industriales, telas, hilos, material de seguridad para la gente que trabaja en el pequeño taller y una computadora para darse a conocer a través de las redes sociales.

“Este pequeño capital también nos permitió crear nuestra marca, Alto Robin, y pagar el logo de la empresa. Y ese fue nuestro primer triunfo. Desde ahí pudimos capacitarnos para poder estar a la altura de nuestro sueño”, dijeron.

Los diseñadores comenzaron con un capital de $4.500, hoy es de un millón y medio de pesos. Cuentan con dieciséis máquinas industriales, de bordar y mesas de cortes.

Rompiendo estereotipos

Los jóvenes trabajan en alta costura, vestidos de fiesta, trajes de egresados y de novia. Su empresa además trabaja con tres marcas creadas por ellos, con estilo urbano, gótico, rock, branding, fast fashion y drishopin. “La marca Albino Sabalza se dedica exclusivamente a la alta costura, después la marca de Pocote trabaja con los materiales reciclados, con los desechos y retazos fabricamos muñecos, amigurumis -es una tendencia japonesa que consiste en tejer pequeños muñecos mediante técnicas de croché o ganchillo-, y cosas pequeñas como ser almohadillas, moñitos, corbatas y realizamos los ramos de novia con los remanentes”, expresaron los diseñadores.

Luego agregaron: “Y luego tenemos la otra marca que es de tejido, Madre Selva, que está en Metan, y allí armamos bikiquis, vestidos, mantas y todo tipo de ropa. Trabajamos con todo lo que sea artesanal”.

Gracias a un proyecto presentado meses atrás a un grupo de inversores textiles, quedaron seleccionados entre tres mil aspirantes.

“Este grupo de inversores, nos pidió cuatro colecciones, y las mismas serán presentadas cuando pase la pandemia”, contaron.

“La idea es mostrar nuestro productos, estamos apuntando a la moda urbana, y buscamos que puedan acceder aquellas personas que no tienen una gran adquisición económica, pero con tendencias actuales”, indicaron.

Además explicaron: “Por lo general este tipo de colecciones son muy exclusivas, muy caras, y lo que queremos es que a todos los que les guste los diseños puedan adquirir fácilmente las prendas. Lo bueno de esta colección, es que no va a haber una reproducción grande, sino que a los que la compren, la podrán encargar en todos los talles, y una vez que se agota, se saca del stock”.

Atención de inversores

“Lo que les llamó la atención a los inversores sobre nuestro proyecto es que al tener la posibilidad de contar con diseñadores y un grupo de corte especializado, nos da la posibilidad de abarcar todos los talles, desde el más chico hasta los más grandes y extra grandes”, detallaron.

“Queremos que todos nuestros clientes se sientan identificados cada uno con su estilo y puedan acceder a la versión con su talle”, señalaron. “Con la nueva marca, Más No Quiero, buscamos que miremos hacia adentro y buscar con la identidad personal su propio estilo”, concluyeron.

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