Ayer por la mañana, más de 100 dueños y trabajadores de gimnasios de Salta se manifestaron en la plaza 9 de Julio para pedir que el Gobierno autorice su reapertura. Aseguraron que se trata de una actividad que no implica riesgos frente al nuevo coronavirus y que cumplirán los protocolos de cuidado necesarios.
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Ayer por la mañana, más de 100 dueños y trabajadores de gimnasios de Salta se manifestaron en la plaza 9 de Julio para pedir que el Gobierno autorice su reapertura. Aseguraron que se trata de una actividad que no implica riesgos frente al nuevo coronavirus y que cumplirán los protocolos de cuidado necesarios.
En una manifestación pacífica, en la que solo hubo aplausos como forma de reclamo, revelaron que el 20 por ciento de los gimnasios no tuvieron otra opción que cerrar. Advirtieron que muchos no dan abasto con los gastos fijos, como impuestos, alquileres y sueldos de profesores y que un mes más de parate sería funesto para otros más.
Consideraron que las autoridades no los escuchan y que las ayudas del Estado no alcanzan para subsistir. Plantearon que el crédito de 50 mil pesos que les ofreció la Provincia es difícil de obtener y, además, insuficiente. Muy pocos accedieron a él. Los integrantes del sector observaron que no hay razón para que no los habiliten, mientras se autorizaron actividades con más contacto y flujo de gente, como bares, restaurantes, ferias americanas y reuniones familiares y sociales.
El secretario de Deportes de la Provincia, Marcelo Córdova, manifestó que los gimnasios presentaron protocolos, pero una orden de Nación no los autoriza, al menos por ahora, en los distritos con más de 500 mil habitantes. “Este domingo esperamos pasar a la fase 5 de la cuarentena y que se habiliten”, expresó.
Desesperados por abrir
“Marchamos para que nos dejen trabajar porque ya no se aguanta”, expresó Javier Barros, quien fue obligado a cerrar su gimnasio bastante antes de que comenzara la cuarentena a nivel nacional.
“Queremos abrir y no fundirnos. Esto no da para más. Si abrimos, no va a ser como antes, pero queremos movernos, que ingrese algo de plata porque hay muchas familias que dependen de esto”, comentó.
Aseguró que hay más de 100 gimnasios en la ciudad y que, en promedio, cada uno tiene unos seis o siete empleados.
Ayudas insuficientes
Barros consideró que el crédito que ofreció la Provincia de 50 mil pesos es insuficiente para los gimnasios: “No alcanza para nada, porque pagás impuestos y después tenés que devolver esa plata”.
“Los créditos son imposibles, piden muchísimos requisitos y encima no los dan enseguida”, advirtió el hombre.
Alfredo Arroyo manifestó que esperan respuestas positivas por parte del Gobierno, tras más de dos meses de inactividad: “Un tercer mes sería la quiebra para varios gimnasios”, advirtió.
Aseguró que cumplirán con todos los protocolos necesarios. Comentó que en otras provincias los dejan trabajar con tres o cuatro personas a la vez y en turnos reducidos, de 50 minutos: “Me parece bárbaro eso y que se controle, pero queremos que nos habiliten”.
“Vayan a entrenar”
Javier Bischoff planteó que el gimnasio fue dejado de lado y que se asustó a la gente sin razón. Aseguró que este trabajo se puede hacer con cuidado: “Estamos capacitados para cuidar a la gente y lo hacíamos antes de esto”.
Bischoff pidió dar un mensaje para la gente: “Cuando abran los gimnasios, vayan a entrenar a los lugares habilitados por la Municipalidad”.
“Adentro hay gente que los puede llevar. No hay ningún problema”, señaló.
Yoga y artes marciales
A raíz de la cuarentena se formó una asociación de escuelas de yoga, tai chi y artes marciales de práctica a distancia que buscan el mismo objetivo que los gimnasios: volver a abrir.
“Lo favorable es que trabajamos de forma individual, no hacen falta máquinas y quizás eso permita volver a trabajar antes”, manifestaron.