La leyenda de Tomás Felipe Carlovich, fallecido este viernes en Rosario, comenzó a instalarse con fuerza la noche del 17 de abril de 1974, cuando el seleccionado argentino que se preparaba para jugar dos meses después el Mundial de Alemania enfrentó en un amistoso a un combinado rosarino.
Cinco jugadores de Rosario Central, cinco de Newell's (junto con Huracán, los mejores equipos de esa época) y el "Trinche" Carlovich como invitado para mantener el equilibrio de mitad y mitad de los dos gigantes rosarinos.
El partido fue televisado y esa noche el país futbolero descubrió a ese zurdo, talentoso y lento, que deleitó a todos con la camiseta número 5. Fue imparable: la tenía atada a la pelota, al extremo que los memoriosos del fútbol rosarino recuerdan que le metió "un caño de ida y vuelta", su especialidad, al 5 de la selección argentina, el "Oveja" Roberto Telch.
Fue una victoria contundente del combinado rosarino por 3 a 1, con "baile" según coincidió toda la prensa al día siguiente. En la cancha de Rosario Central, el equipo anfitrión formó con Biasutto, Pavoni y Mario Killer; González, Carlovich y Capurro; Robles, Aimar, Obberti, Mario Zanabria y Kempes.
Una anécdota ocurrida en el entretiempo de ese partido pinta lo dura que fue esa noche para los jugadores "albicelestes": los medios rosarinos de la época se regocijaron al contar que el técnico de la selección, el "Polaco" Vladislao Cap, se acercó a la dupla técnica local, integrada por Juan Carlos Montes y Carlos Timoteo Griguol, con un pedido de clemencia: "Por favor, muchachos, saquen a ese 5".
"Fue el futbolista más maravilloso que vi", dijo un entrenador que en selección muy buenos recuerdos, como José Néstor Pekerman. A tono con el "Flaco" César Luis Menotti, campeón del Mundo en 1978, quien confió que "Carlovich fue uno de esos pibes de barrio que, desde que nacen, tiene como único juguete la pelota. Era impresionante verlo".
inicia sesión o regístrate.
La leyenda de Tomás Felipe Carlovich, fallecido este viernes en Rosario, comenzó a instalarse con fuerza la noche del 17 de abril de 1974, cuando el seleccionado argentino que se preparaba para jugar dos meses después el Mundial de Alemania enfrentó en un amistoso a un combinado rosarino.
Cinco jugadores de Rosario Central, cinco de Newell's (junto con Huracán, los mejores equipos de esa época) y el "Trinche" Carlovich como invitado para mantener el equilibrio de mitad y mitad de los dos gigantes rosarinos.
El partido fue televisado y esa noche el país futbolero descubrió a ese zurdo, talentoso y lento, que deleitó a todos con la camiseta número 5. Fue imparable: la tenía atada a la pelota, al extremo que los memoriosos del fútbol rosarino recuerdan que le metió "un caño de ida y vuelta", su especialidad, al 5 de la selección argentina, el "Oveja" Roberto Telch.
Fue una victoria contundente del combinado rosarino por 3 a 1, con "baile" según coincidió toda la prensa al día siguiente. En la cancha de Rosario Central, el equipo anfitrión formó con Biasutto, Pavoni y Mario Killer; González, Carlovich y Capurro; Robles, Aimar, Obberti, Mario Zanabria y Kempes.
Una anécdota ocurrida en el entretiempo de ese partido pinta lo dura que fue esa noche para los jugadores "albicelestes": los medios rosarinos de la época se regocijaron al contar que el técnico de la selección, el "Polaco" Vladislao Cap, se acercó a la dupla técnica local, integrada por Juan Carlos Montes y Carlos Timoteo Griguol, con un pedido de clemencia: "Por favor, muchachos, saquen a ese 5".
"Fue el futbolista más maravilloso que vi", dijo un entrenador que en selección muy buenos recuerdos, como José Néstor Pekerman. A tono con el "Flaco" César Luis Menotti, campeón del Mundo en 1978, quien confió que "Carlovich fue uno de esos pibes de barrio que, desde que nacen, tiene como único juguete la pelota. Era impresionante verlo".