La libertad concedida por el fiscal Gustavo Torres Rubelt a uno de los imputados generó todo tipo de suspicacias, no solo entre los vecinos del barrio Villa Mitre, donde el 28 de abril la docente Rosa del Milagro Sulca fue brutalmente asesinada de al menos 17 puñaladas, sino también entre los cercanos al joven, que si bien ya no está alojado en la Alcaidía seguirá vinculado al hecho. "Pedimos la libertad porque no hay ninguna prueba que lo vincule al hecho", le dijo a El Tribuno el investigador a cargo de la causa.
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La libertad concedida por el fiscal Gustavo Torres Rubelt a uno de los imputados generó todo tipo de suspicacias, no solo entre los vecinos del barrio Villa Mitre, donde el 28 de abril la docente Rosa del Milagro Sulca fue brutalmente asesinada de al menos 17 puñaladas, sino también entre los cercanos al joven, que si bien ya no está alojado en la Alcaidía seguirá vinculado al hecho. "Pedimos la libertad porque no hay ninguna prueba que lo vincule al hecho", le dijo a El Tribuno el investigador a cargo de la causa.
Se trata de Exequiel Verón, quien fue detenido desde un primer momento en la investigación con el argumento de que era pareja de la ahora principal sospechosa del crimen, una menor de 17 años. Sin embargo, y tras algunas diligencias realizadas por el fiscal, horas después de la madrugada en que se consumó el crimen el joven fue detenido, es decir estuvo más de tres meses privado de su libertad sin causa alguna, al menos según la resolución y lo expresado por el fiscal.
Según el encargado de investigar el despiadado crimen contra la docente de grado Rosal Sulca, al parecer hacía más de un mes que Exequiel Verón no tenía vínculo con la menor, su expareja. Además, "tampoco surgieron pruebas ni científicas ni genéticas que lo incriminaran en la causa. A través del personal especializado de la Gendarmería Nacional se analizó el audio para descifrar si había una tercera voz y no surgió nada. Con lo realizado hasta el momento y a consideración mía decidí que no ameritaba seguir con su estado de detención", manifestó Torres Rubelt, al mismo tiempo que señaló que Verón fue liberado pero seguirá vinculado a la causa.
El audio al que refiere el fiscal y que se hizo público es en el que la víctima clama por su vida, "por favor, ayuda 911 me están matando", llega a decir Rosa antes de ser ferozmente asesinada. Esa madrugada el personal policial de guardia le pregunta por el domicilio: "Amalia Aybar 1480, apúrese por favor, Villa Mitre", responde desesperada. Algunos segundos después la menor y presunta asesina interrumpe a la docente para decir que se trata de "su tía" quien consume "pastillas", mientras de fondo se escuchan los gritos desgarradores de Rosa Sulca.
Tras lo dispuesto por el fiscal a favor de quien hasta hace algunas horas estaba sindicado junto a la menor como autor del violento crimen, ahora es la joven es la principal sospechosa. Otro de los que sigue comprometido es Martín Oscar "Loro" Laime, amigo de la menor, a quien se lo acusa de haber encubierto el hecho. Junto a los dos imputados civiles, por otra parte y en otra de las investigaciones por el mismo hecho, hay ocho funcionarios policiales imputados.
El 30 de abril la unidad especial conformada por los fiscales Verónica Simesen de Bielke y Pablo Rivero imputó a los policías Antonio Exequiel Sanhueso y Juan Carlos Vizgarra, acusados de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y abandono de persona seguido de muerte, ambos en calidad de autores. Se trata de los dos efectivos que la madrugada del 28 de abril, luego de que la víctima llamara al 911 pidiendo auxilio y clamando por su vida, llegaron hasta la puerta de la casa de Sulca y, al no obtener ninguna respuesta, decidieron regresar a la depedencia policial.
En tanto, el 4 de mayo los fiscales imputaron al comisario mayor Fabián Tolaba por la comisión de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y abandono de persona seguido de muerte en concurso real. También están acusados: Pablo Ezequiel Bisón Enríquez (Demanda Ciudadana), Marcelo Rubén Tintilay Cordeyro (supervisor de DC), Héctor Roberto Herrera (despachante policial), Gustavo González (jefe de Despacho) y Domingo Cabrera (supervisor de Despacho).
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