Es el quinto robo que sufre en un año en Metán el reconocido taller de fabricación de artesanías denominado "Integrando esfuerzos", al que concurren niños y jóvenes con discapacidad. Esta vez "boqueteros" rompieron una pared de bloques e ingresaron al local ubicado en la zona del ferrocarril y se llevaron un equipo de música, una amoladora y otros elementos. Los sujetos se tomaron todo el tiempo necesario, porque hasta desarmaron uno de los motores de una amoladora de banco. Para ingresar hicieron un boquete de unos 60 centímetros de ancho por 70 de alto.
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Es el quinto robo que sufre en un año en Metán el reconocido taller de fabricación de artesanías denominado "Integrando esfuerzos", al que concurren niños y jóvenes con discapacidad. Esta vez "boqueteros" rompieron una pared de bloques e ingresaron al local ubicado en la zona del ferrocarril y se llevaron un equipo de música, una amoladora y otros elementos. Los sujetos se tomaron todo el tiempo necesario, porque hasta desarmaron uno de los motores de una amoladora de banco. Para ingresar hicieron un boquete de unos 60 centímetros de ancho por 70 de alto.
El taller de fabricación de artesanías estaba cerrado debido a la pandemia por el coronavirus. El saqueo fue descubierto en la tarde de ayer. "Me sorprendí cuando me llamó la Policía. Este es el quinto robo que sufrimos en este lugar en el que estamos montando nuestra casa propia, con gran esfuerzo y luego de muchos años", dijo José Luis Osores, quien dirige el taller al que concurren niños y jóvenes con distintas discapacidades.
"Es lamentable el daño que hicieron. La Policía cree que esto ocurrió hace dos días. Yo estuve el sábado en el lugar e incluso ya habíamos sacado las máquinas más costosas y las llevamos a otro lado por temor a un nuevo robo", destacó.
Los efectivos que trabajaron en el lugar encontraron otra amoladora y una agujereadora que los desalmados malvivientes dejaron abandonadas en las afueras del local. Seguramente pensaban regresar en algún momento a buscarlas. "Lo más triste es que provocaron daños, cortaron cueros y los tiraron. Desordenaron toda la documentación que había en unas cajas", destacó Osores.
El titular del taller comentó que debido a los robos tuvieron que hacer una tapia muy alta que llega hasta el techo de los viejos galpones del ferrocarril, donde la Municipalidad les cedió un lugar el año pasado para que pudieran instalarse de manera definitiva.
"Nos van desmantelando de a poco, porque estamos parados debido al coronavirus. En este lugar no hay seguridad ni tampoco tenemos todavía energía eléctrica, agua ni una rampa de acceso", detalló Osores.
Los chicos quieren volver
Luego de diez años de intensa labor, de idas y vueltas, finalmente el taller de fabricación de artesanías tiene un lugar en el que está acondicionando su casa propia. "Estos robos son un retroceso para nosotros y los chicos quieren volver a las actividades", destacó Osores. Estaban avanzando lentamente para acondicionar los 25 metros de largo por 8 metros de ancho cedidos, para evitar el pago de alquileres de inmuebles para poder funcionar.
Al taller concurren más de 20 niños, jóvenes y adultos de ambos sexos, que tienen distintas patologías, entre ellas síndrome de Down, hipoacusia, problemas de motricidad y retrasos mentales leves, entre otras.
Los chicos trabajan el cuero, con el que fabrican monturas, portatermos, banquetas, banquillos y cintos. En madera hacen estructuras de monturas criollas, soportes para las banquetas, hebillas para cintos y diferentes tipos de cajas. También elaboran distintos tipos de bijouterie, como pulseras y aros. Además, hacen repujado de metal y otras actividades como dibujo y pintura y capacitaciones variadas.