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El vértigo del mundo no da lugar a andar a ciegas y a destiempo

Para crecer, la empresa, la educación, la ciencia y el Estado deben trabajar en equipo.
Jueves, 03 de septiembre de 2020 02:30

Sergio Grinbaum habla con naturalidad de una transformación revolucionaria que atraviesa al mundo, pero que muchas veces cuesta visualizar. Incluso a los empresarios.
No es solo el E-commerce, es una nueva forma de relacionarse entre los seres humanos que viene de antes y que trascenderá a la cuarentena impuesta por la COVID-19. 
La tecnología, como el futuro, engendra miedos. La “data”, la inteligencia artificial y esa capacidad de los sistemas para detectar gustos, preferencias, inquietudes y hábitos, es un excelente instrumento comercial. “No es peligroso que el sistema facilite información de interés comercial; por supuesto no estamos hablando de entrometernos en la vida privada”, señaló el empresario.
Pero esa es la realidad del mundo contemporáneo, que tiene luces y tiene sombras.
 La ciencia y la tecnología siempre han cambiado al mundo y difícilmente alguien quiera volver atrás, aunque se queje.
El empresario habló permanentemente del futuro. El conocimiento y la estrategia son los puntales para la construcción de una realidad dinámica y desestructurada. “La confianza crece cuanto más jugadores salgan a la cancha”, dijo. “El comercio electrónico comenzó a afianzarse hace una décadas cuando Mercado Libre, Garbarino, Falabella, Despegar, lo naturalizaron; luego se sumaron los mayoristas, se amplían las plazas, la confianza generó clientes, logística y sistema de pagos”. 

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Sergio Grinbaum habla con naturalidad de una transformación revolucionaria que atraviesa al mundo, pero que muchas veces cuesta visualizar. Incluso a los empresarios.
No es solo el E-commerce, es una nueva forma de relacionarse entre los seres humanos que viene de antes y que trascenderá a la cuarentena impuesta por la COVID-19. 
La tecnología, como el futuro, engendra miedos. La “data”, la inteligencia artificial y esa capacidad de los sistemas para detectar gustos, preferencias, inquietudes y hábitos, es un excelente instrumento comercial. “No es peligroso que el sistema facilite información de interés comercial; por supuesto no estamos hablando de entrometernos en la vida privada”, señaló el empresario.
Pero esa es la realidad del mundo contemporáneo, que tiene luces y tiene sombras.
 La ciencia y la tecnología siempre han cambiado al mundo y difícilmente alguien quiera volver atrás, aunque se queje.
El empresario habló permanentemente del futuro. El conocimiento y la estrategia son los puntales para la construcción de una realidad dinámica y desestructurada. “La confianza crece cuanto más jugadores salgan a la cancha”, dijo. “El comercio electrónico comenzó a afianzarse hace una décadas cuando Mercado Libre, Garbarino, Falabella, Despegar, lo naturalizaron; luego se sumaron los mayoristas, se amplían las plazas, la confianza generó clientes, logística y sistema de pagos”. 

  Las empresas que no tenían experiencia en comercio electrónico debieron reinventarse. 

 Pero el comercio electrónico es la evolución del comercio, del puerta a puerta al espacio digital. Pero es la señal más visible de una evolución hacia la “economía del conocimiento” (en inglés: knowledge economy), que utiliza la información para generar valor y riqueza por medio de su transformación a conocimiento. 
Es el rubro del saber donde tienen puesta la mirada todos los países que aspiran al desarrollo e involucra educación, investigación y desarrollo, informática, telecomunicaciones, robótica, entre otras especializaciones. 
Grinbaum destacó que nuestro país tiene enormes posibilidades. Muchos profesionales formados tecnológicamente en la Argentina tienen exitosos desempeños en el resto del mundo. 
Y la educación pública es esencial para alentar la inversión tecnológica que, frecuentemente, busca otros destinos, que no es nuestra economía. 

  Eficiencia, competitividad, oportunidad y capacidad de gestión, puntos clave.

 “Para aprovechar ese potencial, el Estado, la empresa y la universidad deben trabajar juntos y en equipo. En todas las provincias hay oportunidades gigantescas, pero es imprescindible acordar objetivos y generar certezas. En el desarrollo tecnológico son esenciales la coordinación de esfuerzos entre todos los actores”, enfatizó.
 El cambio cultural al que se refiere el empresario no es un capricho: el despegue de países como China, Corea, India y, ahora, algunas naciones petroleras de Medio Oriente no es el resultado de las redes sociales, sino una tendencia que incluye a esas redes. Que construyó esas redes.

“Hace 20 años se presentaba el camino del comercio electrónico y era toda una innovación... Comenzamos a pensar que se podía comenzar a vender por internet. Surgieron así varios inconvenientes, pero creíamos que se podía lograr”.
 


 Es cierto que la pandemia precipitó ciertas innovaciones, pero el desafío va más allá. La educación pública es esencial, pero debe incorporar la capacitación para el trabajo y para la adaptación a los cambios que se vayan presentando en el comercio, la industria y el agro. “Es imprescindible pensar como hacer más eficiente lo que tengo, como incorporar tecnología y capacitar a los que trabajan conmigo. En los países que han producido la mayor transformación digital, el Estado, la educación y las empresas juegan este partido en conjunto”.
El cambio tecnológico es vertiginoso e impacta rápidamente en la economía. A la nuestra le toca afrontar un mercado mundial que funciona así y que requiere una mirada dinámica. “No podemos actuar a ciegas ni a destiempo”. La definición de Grinbaum es aplicable a las empresas... y al país.

 

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