Jorgelina Cejas, una joven mamá de seis varones, denunció que fue cruelmente separadas de todos sus hijos por una patrulla policial compuesta por policías uniformados y agentes de la Brigada de Investigaciones de General Güemes, el día 30 de septiembre a las 8 de la mañana.
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Jorgelina Cejas, una joven mamá de seis varones, denunció que fue cruelmente separadas de todos sus hijos por una patrulla policial compuesta por policías uniformados y agentes de la Brigada de Investigaciones de General Güemes, el día 30 de septiembre a las 8 de la mañana.
La mujer, que habita una humilde vivienda pero no precaria, compuesta por tres dormitorios y otras dependencias, dijo que no entiende por qué le arrebataron a sus seis hijos. Cuenta que le dieron un tiempo perentorio de 90 días para que "componga su situación". Caso contrario, le explicaron, sus seis hijos iban a ser entregados en "adopción", palabra que le partió el corazón, porque supone otro destino para su numerosa familia de varones.
Cejas relató el episodio y sostiene que se vulneraron derechos inalienables de toda persona y sobre todo de los niños.
La mujer denunció que la orden de despojarla de sus hijos jamás le fue leída. Su esposo y padre de los seis chicos, antes que fueran retirados, fue detenido, esposado e ingresado a un patrullero, para que no pudiera hacer valer sus derechos como padre, ya que se encontraba en ese domicilio a las 8 de la mañana cuando el operativo de llevarse a los niños se puso en marcha.
La mujer quiere recuperar a sus hijos.
El relato
"Llegaron varios patrulleros y autos particulares. En mi casa atendió uno de mis hijos e ingresaron sin permiso, me hicieron reunir a todos los niños en uno de los tres dormitorios que tiene la casa, me explicaron que no estoy apta para su crianza, detuvieron a mi marido y me metieron a mí a un patrullero. No había allí ninguna persona de la Justicia que me explicara qué pasó, cómo determinaron que mis hijos están en riesgo y si lo hubieren estado, no sé cuándo ni qué día alguien se acercó para darme una mano siquiera. Lo digo con honor, yo no me drogo, no bebo, jamás ejercí la prostitución", manifestó la mujer.
"Mi casa es humilde pero digna, mis hijos concurren -los mayores- todos a la escuela. No entiendo, quiero que me digan cuándo se acercaron a ayudarme en algo, cuándo vinieron las asistentes sociales a verificar el estado de mis hijos, cuándo en todos estos años me citaron para explicarme siquiera lo que estaban escribiendo en expedientes que jamás vi ni me mostraron", cuestionó Jorgelina.
Según su versión, solo la citaron para pedir los certificados de vacunas, de escolaridad y los de salud. Asegura que los llevó y que no pudo evitar que le sacaron a sus hijos, quienes fueron trasladados de Güemes a la capital salteña. "Me quiero morir", dijo llorando.
Luego aportó: "Todos mis vecinos están indignados por cómo se los llevaron. Yo soy su mamá, tengo derechos, ellos son mis hijos y también los tienen. Por qué me declaran no apta, con qué elementos llegaron a esa conclusión. Ellos están bien, incluso de peso y talla. Aquí en General Güemes existen cientos de familias que viven en una pieza solamente, pero a ellos no fueron, vinieron aquí y no entiendo por qué", reflexionó.
Luego Jorgelina aclaró: "Ni siquiera soy una mujer que padece enfermedades, yo estoy sana y en mis cabales y todos saben en el barrio que a mis hijos los asisto junto a mi pareja y mi madre. Ahora estoy sola aquí. Sola y vacía acompañada por el dolor de saber que perdí todo. Sin ninguno de mis hijos, todos separados en la capital. No parece, pero para una mamá es el castigo más cruel. Exijo la devolución inmediata de mis hijos y de sus derechos", afirmó.
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