Es oportuno un análisis sobre las ya muy cercanas elecciones generales de diputados nacionales por Salta, el próximo 14 de noviembre. Por la pandemia se pospusieron para esa fecha en lugar del cuarto domingo de octubre, como ocurre habitualmente (cfe. art. 53 del Código Electoral Nacional).
inicia sesión o regístrate.
Es oportuno un análisis sobre las ya muy cercanas elecciones generales de diputados nacionales por Salta, el próximo 14 de noviembre. Por la pandemia se pospusieron para esa fecha en lugar del cuarto domingo de octubre, como ocurre habitualmente (cfe. art. 53 del Código Electoral Nacional).
Concluyen su mandato tres diputados nacionales, que actualmente integran bloques diferentes: una del "Frente de Todos", otro del "PRO" ("Interbloque Juntos por el Cambio"), y el tercero del "Justicialista" ("Interbloque Federal"), que casi siempre acompaña con su presencia y su voto al oficialismo. En esas condiciones, se podría decir que en la provincia el kirchnerismo pone en juego dos bancas y la oposición una.
Conocidos los resultados finales de las PASO, es tiempo de hacer una lectura y extraer conclusiones. Primero, el porcentaje de quienes votaron fue muy bajo, y seguramente para noviembre se reducirá, aunque no sabemos en qué medida. No todos concurrirán a hacerlo, teniendo en cuenta que el voto para los mayores de 70 años no es obligatorio. Más impredecible todavía, por qué lista optarán quienes antes se abstuvieron.
También se observa que, más allá del resultado de cada interna y de la conformación de las listas definitivas, las dos alianzas más votadas se despegaron del resto. Excluidos los votos en blanco y nulos, del total de sufragios válidos afirmativos el Frente de Todos, con 32,06%, aventajó a Juntos por el Cambio, que obtuvo el 31,17%. Una escasa diferencia de 4.857 votos. Con menos de la mitad de aquellas fuerzas, Unidos por Salta cosechó un 12,74% de los votos y sobrepasó al Frente SI + PRS, con 11,22%, seguido más de lejos por el Frente de Izquierda y los Trabajadores, coalición que se llevó el 5,31% de sufragios.
De alguna manera las PASO son una encuesta oficial y anticipada de la elección general y, como tal, constituyen un adelanto importante de lo que puede suceder. Pero la experiencia demuestra que estos números son simplemente indiciarios y, aunque marcan una tendencia ineludible, no siempre son decisivos y concluyentes.
Cuando los precandidatos compiten, algo similar puede ocurrir con la transferencia de votos de las listas internas a la lista de candidatos definitiva. No necesariamente el que votó a una nómina de un partido o alianza, después elige al candidato de la general, sobre todo si perdió. La rivalidad extrema suele dejar heridos.
Otro dato o mito del imaginario colectivo señala que el votante con frecuencia se inclina y opta por el ganador, desestimando otras alternativas, tal como sucede con los indecisos en los sondeos previos a una elección. Se puede tener por válido, sobre todo en aquellos casos en que el elector no está firmemente identificado con el candidato, el partido o la alianza.
Es necesario destacar que en la mente del votante también influye lo que sucede en el resto del país, y la información que recibe por la publicidad de campaña y los medios. En base a ello, y volviendo a la elección en Salta, es razonable suponer que en noviembre puede aumentar la polarización de septiembre. Un analista profesional diría que el votante, puesto frente a un proyecto político -en el caso, el del oficialismo nacional- va a decidir su apoyo o su desaprobación, como en un plebiscito.
Si eso se concreta se incrementará la posibilidad ya firme de que los tres cargos en juego se distribuyan (dos y uno) entre las dos coaliciones que sacaron más votos. Esto solo cambiaría si el tercero en discordia obtiene más de la mitad de los sufragios de la fuerza triunfante. En tal caso, por el sistema D'Hondt, los tres cargos se repartirían (uno, uno y uno) entre tres alianzas o partidos distintos, caso que estimo poco probable.
Descarto la hipótesis ingenua de que alguno o ambos candidatos que resultaron tercero y cuarto, puedan retirar sus listas en un acto de renunciamiento o de grandeza. Es una ilusión utópica de quienes suponen que ambos son fervientes opositores al proyecto kirchnerista.
Para concluir, por tratarse de una elección de diputados nacionales por Salta, otra cuestión insoslayable es la identificación de los candidatos de las fuerzas más votadas en las PASO con los dirigentes y referentes de cada fuerza y su eventual afinidad y encuadramiento con sus bloques legislativos.
En el caso de los postulantes de Juntos por el Cambio parece más clara su posición de rechazo al proyecto del gobierno y a un cambio de 180´ en las políticas públicas. En cuanto a los del Frente de Todos, se presenta más dudoso por la heterogeneidad de la coalición gobernante. Creo que al menos los que encabezan la lista, de quienes tengo las mejores referencias de idoneidad y prudencia, fueron funcionarios de Urtubey, y ahora están cerca de Sáenz, cuyo anclaje nacional se supone que es Massa.
Pareciera no estar tan claro si son candidatos de Sáenz, del peronismo, del kirchnerismo, o de Massa. ¿Es real que sus candidaturas obtuvieron la aprobación del ministro De Pedro, de La Cámpora? ¿Cómo encajan con Alberto, con Cristina y su hijo Máximo, que preside el bloque de diputados oficialistas? ¿Con las declaraciones de Aníbal, de la diputada Vallejos, de Pérsico, de Feletti, o de Grabois?
Descarto que son conscientes de que el gobierno desistió de organizar un único acto por el 17 de octubre, y que se niega a condenar las violaciones a los derechos humanos en países "amigos". Sin ser una película o serie de suspenso, sino la realidad que parece ficción, no se pierda el próximo capítulo, episodio, o temporada, que promete curiosidades.