La mediación educativa es un método alternativo de resolución de conflictos para la comunidad educativa, es preventiva y formativa, ofreciendo la posibilidad de generar oportunidades de diálogo y debate para pensar, sentir y actuar por sí mismos.
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La mediación educativa es un método alternativo de resolución de conflictos para la comunidad educativa, es preventiva y formativa, ofreciendo la posibilidad de generar oportunidades de diálogo y debate para pensar, sentir y actuar por sí mismos.
¿Cómo lograr que niño/as y jóvenes lleguen a decir y no solo a repetir? ¿Cómo hacer para lograr que las y los estudiantes piensen por sí mismos?
La clave está en la circulación de la palabra, en la habilitación de espacios para hablar, para dialogar. Hablar y pensar van de la mano. Poder ejercer la palabra no es simplemente decir lo que uno piensa o lo que pensaba. Cuando un o una docente / profesor/a genera espacios de debate, de diálogo en el aula, no solamente está permitiendo que alguien diga lo que piensa, sino que ayuda a que se vaya constituyendo un pensamiento, da la oportunidad para que surja un pensamiento y para pensar con otros. Cuando uno habla no siempre sabe de antemano lo que piensa, o tal vez no tenga del todo pensado aquello sobre lo que habla. Es frecuente, en los espacios educativos, que se hable sobre un tema novedoso, sobre el que todavía nadie tiene un pensamiento previo, armado. Habrá que ir pensando, entonces, sobre la marcha. Por eso, el espacio de hablar es un espacio de construcción, un espacio de exposición y de intercambio de lo que se piensa.
Pensemos en aquellos hechos ligados a la violencia de género que irrumpen en la vida escolar. Una de las mejores maneras de abordar estos interrogantes, temores y prejuicios es a través del diálogo entre adultos y estudiantes, poner en común estas cuestiones y discutirlas teniendo en cuenta que los cambios forman parte de procesos. Es por ello que la escuela debe habilitar esos espacios de debate y de reflexión sobre esta temática.
La mediación educativa como forma adecuada de resolución de conflictos permite poner a la comunidad educativa y especialmente a las y los estudiantes como protagonistas, dotándolos de herramientas hacia la pacificación social generando espacios de diálogo, escucha activa, las preguntas abiertas, cerradas, circulares, el parafraseo, etc,; y busca educar en aquellas habilidades sociales o habilidades para la vida: comunicación eficaz, habilidad para establecer y mantener relaciones interpersonales, capacidad para tomar decisiones, conocimiento de sí mismo, manejo adecuado de la emoción y la tensión, capacidad de la empatía, capacidades para la resolución de conflictos.
La mediación educativa como proceso restaurativo fortalece la creación de una cultura de paz, generando espacios incluyentes y formando personas autónomas capaces de asumir responsabilidades, apostando a la creación de una convivencia sana donde todas y todos apostemos por y para la igualdad.
Como relata Galeano en Las palabras andantes: "A orillas de otro mar, otro alfarero se retira en sus años tardíos. Se le nublan los ojos, las manos le tiemblan, ha llegado la hora del adiós. Entonces, ocurre la ceremonia de la iniciación: el alfarero viejo ofrece al alfarero joven su pieza mejor. Así manda la tradición, entre los indios del noroeste de América: el artista que se va entrega su obra maestra al artista que se inicia. El alfarero joven no guarda esa vasija perfecta para contemplarla y admirarla, sino que la estrella contra el suelo, la rompe en mil pedacitos, recoge los pedacitos y los incorpora a su arcilla".