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VIDEO Nicolás Cabré habló de su relación con la prensa: “Estoy mucho más tranquilo”

Jueves, 23 de diciembre de 2021 08:42

Nicolás Cabré dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo cuando tenía menos de diez años y, desde ese momento, nunca se detuvo. Pasó por programas para chicos, series adolescentes, grandes películas y telenovelas costumbristas. Pero, a pesar de llevar poco más de treinta años en la industria, nunca dejó que la fama se le subiera a la cabeza y es lo que busca transmitirle a Rufina, su única hija.

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Nicolás Cabré dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo cuando tenía menos de diez años y, desde ese momento, nunca se detuvo. Pasó por programas para chicos, series adolescentes, grandes películas y telenovelas costumbristas. Pero, a pesar de llevar poco más de treinta años en la industria, nunca dejó que la fama se le subiera a la cabeza y es lo que busca transmitirle a Rufina, su única hija.

Sentado en el sillón de Los Mammones (América TV), el ex Son Amores hizo un veloz recorrido por algunas de sus anécdotas más bizarras y no escatimó en divertidos recuerdos que dejaron a todos los presentes descostillándose de risa. Sin embargo, no todo fueron chistes y bromas durante la noche del miércoles. Llegado un punto en el que Cabré se adentró en un terreno movilizador para él: la paternidad.

Antes de hablar sobre lo que es ser papá, recordó su infancia. Él no fue ni un niño ni un adolescente convencional porque, al mismo tiempo que estaba sentado en el colegio, su cara aparecía en la tele de todos sus compañeros. Según afirmó frente a la curiosidad de su entrevistador, no sabía que era famoso y sus padres no lo trataban de manera especial por eso. “Siempre fuimos muy sanos, nunca tuve un momento que fuera ‘uy esto se descontroló’. Por suerte tuve a los padres que tengo y desde un principio supe bien cómo era esto”, expresó. 

En ese punto, Jey Mammon apuntó y disparó la gran pregunta de dejaría que Rufina, quien actualmente tiene ocho años, se dedique a la actuación. Seguro de su respuesta, contestó que no. No porque no quiera que sea actriz sino porque es una profesión que tiene sus obligaciones, estructuras y horarios fijos. “Yo tengo claro que esto es un trabajo. Vos lo hacés y lo disfrutás pero hay mucha presión, frustración”, reconoció.

Hablar sobre los hijos siempre lleva a pensar en los propios padres e, inevitablemente, Nicolás siguió ese mismo proceso mental. Gran parte de los valores que busca transmitirle a Rufina, fruto de su relación con Eugenia “China” Suárez fueron, en algún momento, entregados a él por quienes le dieron la vida. Valorando la educación que le brindó su familia, detalló: “Mis viejos me enseñaron cómo es de verdad. Yo descubrí todo gracias a ellos”. 

En ese punto, recordó que fueron ellos quienes fueron guardando la plata que él ganaba hasta que un día lo llevaron a comprar un departamento. Pero, antes de eso, él recibía la misma cantidad de dinero para gastos que su hermano, nunca dejaron que generar su propia plata lo hiciera creer que era mejor que los demás.

Fue cuestión de tiempo que Cabré tuviera control de su sueldos y, en ese momento, comenzaron los gastos sofisticados. A pesar de tener un auto importado y un hogar propio, aseguró que corría siempre detrás de una felicidad que no lograba conseguir. Volviendo a su condición de padre, manifestó que solo pudo alcanzarla junto a su hija. “Rufina me enseño a sonreír. Sonrío y no es lo material, es ella que me dio un abrazo”, manifestó, culminando la reflexión con los ojos brillantes de orgullo.

Recordó el accidente escatológico

Para romper el hielo, el conductor le consultó acerca de un episodio que vivió sobre las tablas: “Hiciste una obra fabulosa con Ricardo Darín y Ana María Picchio. Escena en donde, reza la historia, te tiraste un pedo sonoro que se escuchó hasta la quinta fila”.

El actor admitió que fue un hecho real. Acto seguido contextualizó sobre la temática de la obra que era un drama que hablaba del VIH y planteaba una problemática familiar: “Yo entraba al principio y al final, entre medio me quedaba mirando la obra”.

En una de las funciones se empezó a sentir mal, pero como no le daba el tiempo para bajar a los camarines se aguantó el malestar. “Era un estruendo con preparación”, completó con complicidad el conductor. Y el actor reafirmó: “Lo venía amasando”.

Al volver a escena, tenía que contar las palabras que había dicho su padre antes de morir, pero el cuerpo le jugó una mala pasada: “Fue una cosa horrible. Ricardo me miró como diciendo ‘no puedo creer lo que pasó’. Ana fue la única que no se dio cuenta”.

Finalmente, entre la tentada de Darín, disimulada de llanto para no perder el eje de la obra, y el blanco mental que le dio por la vergüenza de lo ocurrido no pudieron concluir. “No había manera de seguir. Para la gente terminó ahí”, cerró divertido.

Su relación con la prensa

Se sabe que Nicolás Cabré no es muy amigo de hablar con la prensa, sino más bien, todo lo contrario. A lo largo de su carrera que comenzó a los 10 años, el actor mantuvo una relación distante, y por momentos tirante, con la prensa. 

 “¿Es verdad que a tu papá le molestaba cuando te criticaban o hablaban mal de vos?”, le preguntó el conductor. “Odiaba”, admitió el entrevistado, y juntos recordaron cuando le dijeron un hecho que molestó especialmente a su padre. “Él se volvía loco”, se sinceró Cabré.

Luego Cabre respondió por qué no salía a refutar las cosas que decían de él. “No quiere decir que no me moleste, pero siempre tuve la tranquilidad de que cuando iba a mi casa, mi papá no me preguntaba nada”, aseguró, y dio más detalles. “Y lo digo con las buenas y con las malas, sabía las cagadas que me mandaba, pero todas las otras, nunca tuve que explicar nada. Al día de hoy, gracias a Dios ya salí de ese foco”, analizó.

Consultado sobre si le habían dado ganas de boxear a algún periodista. “No llegue a tener ganas boxear, sí he tenido mis dichos”, recordó y admitió estar mucho más tranquilo en ese sentido. “Lo entiendo de otra manera, hoy por hoy el único límite que pongo es mi hija. Si estoy con Rufi, evítenme, pero después sé que hay cosas que van a preguntar, que se van a decir, las entiendo, y he intentado modificar algunas cosas: no creo que la culpa sea toda de ellos. Estoy mucho más tranquilo”, reconoció.
 

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