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La memoria y el futuro

Jueves, 25 de marzo de 2021 02:35

Una vez más, y cada año debemos recordar y explicar a las generaciones que no vivieron ese golpe de Estado lo que significó para los que entonces lo sufrimos. Recordar el miedo que tuve en esa noche y muchas noches que siguieron, por las torturas, por las consecuencias en mi familia, sobre todo en mis hijas, por un exilio difícil, separada de ellas, por sueños truncos, con ausencias terribles, pero con grandes esperanzas de un futuro mejor. Explicar que nuestra Constitución no hablaba de otra forma de gobierno que no fuera la representativa, republicana y federal. Que fue un atropello a la democracia, a la república, por parte de quienes se consideraron los tutores de los argentinos. Que fue un golpe militar fomentado, instado, acompañado y disfrutado por muchos civiles, entre ellos algunos políticos, que encontraron un camino rápido para hacerse de una porción de poder por vía ilegítima. Que curiosamente se fundamentaron en que el gobierno democráticamente elegido era ineficaz, ineficiente, corrupto... Como si la democracia no pudiera corregir esas falencias. Por cierto, el gobierno ilegal que vino fue ineficaz, ineficiente, corrupto y asesino.

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Una vez más, y cada año debemos recordar y explicar a las generaciones que no vivieron ese golpe de Estado lo que significó para los que entonces lo sufrimos. Recordar el miedo que tuve en esa noche y muchas noches que siguieron, por las torturas, por las consecuencias en mi familia, sobre todo en mis hijas, por un exilio difícil, separada de ellas, por sueños truncos, con ausencias terribles, pero con grandes esperanzas de un futuro mejor. Explicar que nuestra Constitución no hablaba de otra forma de gobierno que no fuera la representativa, republicana y federal. Que fue un atropello a la democracia, a la república, por parte de quienes se consideraron los tutores de los argentinos. Que fue un golpe militar fomentado, instado, acompañado y disfrutado por muchos civiles, entre ellos algunos políticos, que encontraron un camino rápido para hacerse de una porción de poder por vía ilegítima. Que curiosamente se fundamentaron en que el gobierno democráticamente elegido era ineficaz, ineficiente, corrupto... Como si la democracia no pudiera corregir esas falencias. Por cierto, el gobierno ilegal que vino fue ineficaz, ineficiente, corrupto y asesino.

Persiguieron a profesores, estudiantes, trabajadores; muchos se exiliaron, como me sucedió, muchos otros fueron detenidos, torturados, desaparecidos.

No basta con el recordatorio. Debemos mirar el presente y el futuro.

Hay que comprometerse con un futuro mejor, para todos; trabajar más por los más vulnerables, con los pobres, las mujeres, los niños, las comunidades originarias. Comprendiendo los nuevos tiempos, que tampoco son fáciles, pero que hay herramientas para enfrentar la pobreza, el cambio climático, una nueva educación en tiempos de digitalización. Empoderar mediante la capacitación en las nuevas tecnologías a todas las generaciones. Además de cuidar el ambiente, cuidar el agua, cuidar la salud, cuidar la vida. Porque como dice el papa Francisco, tenemos una única casa común que es la Tierra. Y si la descuidamos, la destruimos, no tendremos donde vivir dignamente. Y todos, solidariamente, vivir en paz y con dignidad.

Mirar para ahora y para adelante es también exigir a nuestros políticos, que nos gobiernen con ética, con transparencia, con solidaridad, con humanidad, y pensando también en las generaciones futuras, no solamente en la coyuntura. Me preocupa la falta de agua potable. Muchos no la tienen. Me preocupa la violencia, de todo tipo. Me preocupa que la educación no sea de calidad y que no brinde salidas laborales acordes con los requerimientos actuales. ¿Por qué la violencia no disminuye? La droga destruye hogares y angustia a muchas madres. ¿Estamos haciendo lo correcto? ¿Es solo tema de los gobiernos? ¿O también es de los ciudadanos? ¿De cada uno de nosotros? Es nuestra tarea colaborar y exigir a los gobiernos.

Los que hemos sufrido esa violencia de Estado debemos procurar un mundo mejor para nuestros hijos y nietos, y para los hijos y nietos de todos los argentinos. Debemos transmitir el valor de la ética, de la cultura, de la educación, del trabajo.

Creo que lo que nos debe preocupar y ocupar, y si ya nos sentimos muy mayores, conversar, compartir, decir la historia, con la mirada de este tiempo.

Que es lo deseable hoy, para hoy y para el futuro de una generación que no se pierda en reclamos y pensamientos negativos, Sino que construya un futuro de grandeza, con los mayores o a pesar de los mayores, con los gobiernos o a pesar de los gobiernos.

Avanzar, no retroceder, aprender del pasado, pero para no cometer los mismos errores. Crecer.

Y como vivimos en un país libre, lo digo, lo pienso y lo escribo

 

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