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Sin trabajo y sin estímulos para trabajar

Sabado, 17 de abril de 2021 01:24

En un país donde los planes sociales es un factor gravitante en la economía y cuando la frecuencia de su actualización es superior a la de otros parámetros, esto tiene que ser motivo de preocupación.

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En un país donde los planes sociales es un factor gravitante en la economía y cuando la frecuencia de su actualización es superior a la de otros parámetros, esto tiene que ser motivo de preocupación.

A partir del 1 de abril de 2021 estos son los valores para dos asignaciones sociales clave:

Tarjeta Alimentaria: $ 20.000

AUH : $ 15.000. Es decir, una familia sin trabajar percibe $ 80.000. Si consideramos que los ingresos actuales y normales de un trabajador oscilan entre $ 40.000 y $ 50.000 mensuales y el pago de la Asignación por Hijo (SUAF) oscila entre $ 741 para los sueldos más elevados y hasta $ 3.541 para los sueldos menores, puede apreciarse un total desbalance a favor de quienes perciben planes sociales. Párrafo aparte merecen los haberes jubilatorios a los que solo citaremos sin exhibir valores, pero para que se evidencie que también son tenidos en cuenta en este comentario. Los que trabajaron están al lado de los que trabajan.

Este incentivo a quienes no trabajan asegura que estos nunca se verán tentados de buscar trabajo.

Vivimos en un Estado quebrado que reparte un papel (supuestamente moneda) con un valor real cada vez más irrisorio y que hace crecer desmesuradamente el asistencialismo que se va haciendo cargo de un sector privado en vías de extinción.

Poco a poco el peso de la marginalidad va otorgando una capacidad electoral cada vez mayor, constituyéndose en mayoría absoluta sobre la producción, el emprendimiento y el trabajo. Las asignaciones sociales están sentando las futuras bases electorales del kirchnerato.

El desincentivo al trabajo que va cerrando fábricas, industrias y comercios, sumado a una política antiinversiones ya sean extranjeras o nacionales, concentra toda la economía en el Estado. Una economía cada vez más cerrada, sin soluciones productivas, sin poner en marcha proceso de desarrollo y solo abierta a países autoritarios nos lleva por un rumbo no deseado por la mayoría de los argentinos.

 

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