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26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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El momento de jubilarse: el duro cambio tras una vida abocada al trabajo

Por la pandemia y problemas en la Anses hubo menos jubilados en el país. El magro haber, la inestabilidad económica y la mayor carga familiar, hacen que se complique la vida de los adultos mayores. A eso se suma el déficit de atención en los organismos que atienden al sector pasivo. 
Viernes, 30 de abril de 2021 02:05

Con la inestabilidad económica, los magros haberes y una inflación galopante, convertirse en jubilado puede traer más una preocupación que un alivio. Muchos jubilados acuden a un estudio jurídico, no solo para una consulta previsional, sino también para averiguar cuánto cobrará cuando se jubile. Ese ingreso está entre un 40 y un 50 por ciento del sueldo en actividad. 
“Cuando les decimos cuánto va a ser su jubilación se deprimen, pero es necesario que se lo digamos. La persona tiene que proyectar su futuro y organizarse. Muchos siguen siendo el sostén de familia, tienen hijos estudiando o tienen hijos que están desocupados y están a su cargo. Hay gente a la que le hemos dicho que si no tiene un proyecto de vida a futuro y está bien en su trabajo ¿para que se va a jubilar?”, expresó la abogada previsionalista y especialista en sistemas de seguridad social, Julia Toyos. 
Por la pandemia por el coronavirus el año pasado se redujeron las jubilaciones. La Anses no abrió durante gran parte del año y los días que funcionó el personal de atención era mínimo. El año pasado, un total de 115.196 se jubilaron en el país. La cifra es inferior a la mitad del número promedio de beneficios otorgados en los tres años previos, que ronda los 237.120 casos.
En Argentina hay 4.3 millones de adultos mayores que cobran una jubilación mínima de 20.571 pesos. Con la ley de emergencia 27.541 en 2020 los jubilados de la mínima perdieron 977.52 pesos en su haber de diciembre de 2020, es decir que no se protegió a los ciudadanos de menores ingresos como se decía y era su fundamento. na canasta básica total, que mide el nivel de pobreza para una familia tipo, está en más de $64.000. Los números hablan por sí solos. 
En esos momentos es muy importante darles una contención y darles las herramientas porque la vida de jubilado continúa. No obstante, la vida sigue. 
“Creo que es la mejor parte, donde empiezan a cumplir todos sus sueños y proyectos que por ahí dejaron de lado al trabajar y postergaron, pero no es tarde, tiene que reinventarse. Hoy por hoy, la gente a los 60 y 65 años siguen siendo jóvenes y tiene aun mucho mas para dar a la sociedad desde otro lado”, expresó Toyos. 
“¿Explicame como vivís con ese sueldo cuando la canasta básica de un jubilado está arriba de los 64.000? Lo triste es que esto se va a agravar y la emergencia continuará en el tiempo por cuanto la nueva ley de movilidad 27609 no prevé esa perdida por lo cual la perdida se seguirá acrecentado”, expresó la abogada. 
Toyos afirmó que “algo esta muy mal en este país” porque cuando gente que trabajó más de 30 años, con o sin aportes, no puede subsistir dignamente y cobra mucho menos de lo que se puede “conseguir” sumando “beneficios asistenciales”. “Apenas alcanza para cubrir la canasta básica alimentaria promedio de un hogar según informe del Indec de marzo del 2021, es decir que para remedios, impuestos y esparcimiento no alcanza”, finalizó.
“A nuestro estudio concurren con la consulta gente que fueron a la Anses antes de cumplir la edad jubilatoria y le dijeron vuelva cuando tenga la edad. Sin embargo, cuando llegan a los 60 o 65 años y no tiene aportes suficientes no se pueden jubilar. Si bien con la crisis se complica, existen muchas opciones como el monotributo social para que la gente comience a aportar”, explicó la letrada. 
Tiene sus ventajas hacer aportes, ya que brinda obra social, y además ninguna personas está exenta de tener una incapacidad, morirse o tener un imprevisto y generar así un derecho a un retiro por invalidez que permita enfrentar la contingencia de la enfermedad o que se genere derecho a pensión para los hijos menores, o discapactiados o cónyuge sobreviviente
“El tema es que si vos no vas con los papeles impecables, tener que volver a empezar todo de nuevo de acá , sacar turno a dos meses más y así ya son cuatro meses los que perdiste. Por cada mes que pierde una persona que está en condiciones de jubilarse se pierde retroactivo, más la incertidumbre que genera no poder jubilarse, principalmente si la persona no esta en actividad”, explicó. 
Hay mucha gente que no tiene las certificaciones de servicios de los aportes que realizó cuando trabajaba. Ese tipo de consulta se da muchísimo en el estudio de Julia Toyos. 
“Entonces, nosotros a veces tenemos que hacer todo un trabajo de investigación, tenemos que hacer de detectives para poder reconstruir una historia laboral y garantizar a las personas el derecho de acceder a su jubilación. Hay gente que viene a jubilarse solo con el DNI y me dice: Doctora, trabajé toda mi vida, tengo los 30 años”, relató. 
Entonces, a partir de ahí las personas que se quieren jubilar tienen que ir al archivo de la provincia, a los organismos públicos, a las organismos residuales de empresas en busca de la documentación. “Si la empresa está activa es más fácil, pero cuando no está se complica. Por eso es importante que las personas guarden los recibos de sueldo, porque con el recibo de sueldo, y los certificados de trabajo ya se pueden probar los años aunque no figuren en el sistema de Anses”, destacó.
Toyos contó que mucha gente se ha volcado a buscar asesoramiento jurídico porque “no queda otra”. Si la Anses funcionase bien no existirían los abogados que hagan derecho previsional. “Nosotros nos especializamos en eso y tratamos de facilitarle las cosas a la gente porque imaginate lo que significa un turno mal presentado lo que le implica al jubilado, no solo por la demora , sino también por un perjuicio que implica ver menoscabado su derecho a un beneficio”, aseguró. 
La Anses en Salta
En Salta, la gestión de los titulares que estuvieron a cargo del organismo nacional durante la pandemia terminó en escándalo. Marcos Vera y Susana Aramayo fueron desplazados por Fernanda Raverta y la Anses terminó intervenida por un equipo de técnicos del organismo central.
Después de un mes de intervención, la Anses comienza a regular su atención al público. En la actualidad se pueden conseguir turnos todos los días a diferencia de lo que ocurrió antes con la gestión anterior. 
“Todos los días habilitan un cupo de turnos que tiene una demora de dos meses. O sea que una personas que se quiere jubilar saca turno y tiene fecha para ser atendido e iniciar sus trámites jubilatorios para dentro de dos meses. Ese día se tiene que presentar en la Anses con todos sus formularios y documentación laboral y familiar en caso de ser necesario, e iniciar su jubilación de manera gratuita”, expresó la especialista.
Toyos aclaró que el inicio de trámites respecto a lo que fue el año pasado “está mejor” y agregó que se volvieron a activar los que trámites que se iniciaban por el sistema de atención virtual, mucho de los cuales no habían tenido movimiento desde el año pasado. 
Las atenciones virtuales, son todos aquellos trámites, incluidas algunas jubilaciones, que se pueden iniciar directamente de manera online, entrando al sistema de la Anses con su clave de seguridad social. 
 

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Con la inestabilidad económica, los magros haberes y una inflación galopante, convertirse en jubilado puede traer más una preocupación que un alivio. Muchos jubilados acuden a un estudio jurídico, no solo para una consulta previsional, sino también para averiguar cuánto cobrará cuando se jubile. Ese ingreso está entre un 40 y un 50 por ciento del sueldo en actividad. 
“Cuando les decimos cuánto va a ser su jubilación se deprimen, pero es necesario que se lo digamos. La persona tiene que proyectar su futuro y organizarse. Muchos siguen siendo el sostén de familia, tienen hijos estudiando o tienen hijos que están desocupados y están a su cargo. Hay gente a la que le hemos dicho que si no tiene un proyecto de vida a futuro y está bien en su trabajo ¿para que se va a jubilar?”, expresó la abogada previsionalista y especialista en sistemas de seguridad social, Julia Toyos. 
Por la pandemia por el coronavirus el año pasado se redujeron las jubilaciones. La Anses no abrió durante gran parte del año y los días que funcionó el personal de atención era mínimo. El año pasado, un total de 115.196 se jubilaron en el país. La cifra es inferior a la mitad del número promedio de beneficios otorgados en los tres años previos, que ronda los 237.120 casos.
En Argentina hay 4.3 millones de adultos mayores que cobran una jubilación mínima de 20.571 pesos. Con la ley de emergencia 27.541 en 2020 los jubilados de la mínima perdieron 977.52 pesos en su haber de diciembre de 2020, es decir que no se protegió a los ciudadanos de menores ingresos como se decía y era su fundamento. na canasta básica total, que mide el nivel de pobreza para una familia tipo, está en más de $64.000. Los números hablan por sí solos. 
En esos momentos es muy importante darles una contención y darles las herramientas porque la vida de jubilado continúa. No obstante, la vida sigue. 
“Creo que es la mejor parte, donde empiezan a cumplir todos sus sueños y proyectos que por ahí dejaron de lado al trabajar y postergaron, pero no es tarde, tiene que reinventarse. Hoy por hoy, la gente a los 60 y 65 años siguen siendo jóvenes y tiene aun mucho mas para dar a la sociedad desde otro lado”, expresó Toyos. 
“¿Explicame como vivís con ese sueldo cuando la canasta básica de un jubilado está arriba de los 64.000? Lo triste es que esto se va a agravar y la emergencia continuará en el tiempo por cuanto la nueva ley de movilidad 27609 no prevé esa perdida por lo cual la perdida se seguirá acrecentado”, expresó la abogada. 
Toyos afirmó que “algo esta muy mal en este país” porque cuando gente que trabajó más de 30 años, con o sin aportes, no puede subsistir dignamente y cobra mucho menos de lo que se puede “conseguir” sumando “beneficios asistenciales”. “Apenas alcanza para cubrir la canasta básica alimentaria promedio de un hogar según informe del Indec de marzo del 2021, es decir que para remedios, impuestos y esparcimiento no alcanza”, finalizó.
“A nuestro estudio concurren con la consulta gente que fueron a la Anses antes de cumplir la edad jubilatoria y le dijeron vuelva cuando tenga la edad. Sin embargo, cuando llegan a los 60 o 65 años y no tiene aportes suficientes no se pueden jubilar. Si bien con la crisis se complica, existen muchas opciones como el monotributo social para que la gente comience a aportar”, explicó la letrada. 
Tiene sus ventajas hacer aportes, ya que brinda obra social, y además ninguna personas está exenta de tener una incapacidad, morirse o tener un imprevisto y generar así un derecho a un retiro por invalidez que permita enfrentar la contingencia de la enfermedad o que se genere derecho a pensión para los hijos menores, o discapactiados o cónyuge sobreviviente
“El tema es que si vos no vas con los papeles impecables, tener que volver a empezar todo de nuevo de acá , sacar turno a dos meses más y así ya son cuatro meses los que perdiste. Por cada mes que pierde una persona que está en condiciones de jubilarse se pierde retroactivo, más la incertidumbre que genera no poder jubilarse, principalmente si la persona no esta en actividad”, explicó. 
Hay mucha gente que no tiene las certificaciones de servicios de los aportes que realizó cuando trabajaba. Ese tipo de consulta se da muchísimo en el estudio de Julia Toyos. 
“Entonces, nosotros a veces tenemos que hacer todo un trabajo de investigación, tenemos que hacer de detectives para poder reconstruir una historia laboral y garantizar a las personas el derecho de acceder a su jubilación. Hay gente que viene a jubilarse solo con el DNI y me dice: Doctora, trabajé toda mi vida, tengo los 30 años”, relató. 
Entonces, a partir de ahí las personas que se quieren jubilar tienen que ir al archivo de la provincia, a los organismos públicos, a las organismos residuales de empresas en busca de la documentación. “Si la empresa está activa es más fácil, pero cuando no está se complica. Por eso es importante que las personas guarden los recibos de sueldo, porque con el recibo de sueldo, y los certificados de trabajo ya se pueden probar los años aunque no figuren en el sistema de Anses”, destacó.
Toyos contó que mucha gente se ha volcado a buscar asesoramiento jurídico porque “no queda otra”. Si la Anses funcionase bien no existirían los abogados que hagan derecho previsional. “Nosotros nos especializamos en eso y tratamos de facilitarle las cosas a la gente porque imaginate lo que significa un turno mal presentado lo que le implica al jubilado, no solo por la demora , sino también por un perjuicio que implica ver menoscabado su derecho a un beneficio”, aseguró. 
La Anses en Salta
En Salta, la gestión de los titulares que estuvieron a cargo del organismo nacional durante la pandemia terminó en escándalo. Marcos Vera y Susana Aramayo fueron desplazados por Fernanda Raverta y la Anses terminó intervenida por un equipo de técnicos del organismo central.
Después de un mes de intervención, la Anses comienza a regular su atención al público. En la actualidad se pueden conseguir turnos todos los días a diferencia de lo que ocurrió antes con la gestión anterior. 
“Todos los días habilitan un cupo de turnos que tiene una demora de dos meses. O sea que una personas que se quiere jubilar saca turno y tiene fecha para ser atendido e iniciar sus trámites jubilatorios para dentro de dos meses. Ese día se tiene que presentar en la Anses con todos sus formularios y documentación laboral y familiar en caso de ser necesario, e iniciar su jubilación de manera gratuita”, expresó la especialista.
Toyos aclaró que el inicio de trámites respecto a lo que fue el año pasado “está mejor” y agregó que se volvieron a activar los que trámites que se iniciaban por el sistema de atención virtual, mucho de los cuales no habían tenido movimiento desde el año pasado. 
Las atenciones virtuales, son todos aquellos trámites, incluidas algunas jubilaciones, que se pueden iniciar directamente de manera online, entrando al sistema de la Anses con su clave de seguridad social. 
 

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