Ángel de Brito fue quien en LAM anunció que el duro momento que está atravesando Juana por la pérdida de su amiga. Y Pía Shaw contó que se trata de Victoria Cesperes, a quien llamaban “La Uru”. “Era su hermana del alma, así le decía ella. Estaba transitando una dura enfermedad. Era su amiga del alma de verdad, compartieron tanto juntas, eran amigas de la vida”, expresó Shaw.
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Ángel de Brito fue quien en LAM anunció que el duro momento que está atravesando Juana por la pérdida de su amiga. Y Pía Shaw contó que se trata de Victoria Cesperes, a quien llamaban “La Uru”. “Era su hermana del alma, así le decía ella. Estaba transitando una dura enfermedad. Era su amiga del alma de verdad, compartieron tanto juntas, eran amigas de la vida”, expresó Shaw.
Y siguió contando que “Chile fue el país que las unió y las acompañó mucho tiempo. Uru estaba pasando por un momento difícil con un tema de su papá, y Juana estuvo ahí, la acompañó en todo momento. La Uru no estaba pasando un buen momento de salud”.
La actriz había perdido a su papá hacía pocos años y a mediados de 2020 a su hermano. Nacho Viale compartió en su cuenta de Instagram una foto junto a la actriz. “Chau amiguita, un angelito sonriente nos cuida”, escribió el productor junto a la imagen.
Victoria había tenido cáncer de mama en 2011. Y lo había vivido de una manera muy traumática, separándose de su marido y dejando su casa de Uruguay para mudarse a Buenos Aires. Para ella la enfermedad fue un tabú durante cinco años. “En 2011 me detectaron cáncer de mama. Estaba casada e hice un quiebre muy grande. Se me movió tanto la estantería que recién ahora estoy bajando un montón de información y este año empecé a hablar de la enfermedad desde un lugar de luz y desdramatización”, le contó en 2017 al medio uruguayo Sábado Show. “Me separé de Diego Martino (músico) y me fui sola a Buenos Aires porque no entendía qué me pasaba y ahí estuve sin actuar durante un año y medio por primera vez en mi vida”, relató.
En la misma nota Victoria contó que se arrepintió de algunas decisiones drásticas que tomó por la enfermedad. “Me detectaron la enfermedad, me operaron en diciembre de 2011 y me mudé a Buenos Aires en enero de 2012. Me fui huyendo. Tomé decisiones muy drásticas. Me arrepiento de algunos comportamientos que tuve. Lastimé a algunas personas por haberme ido de forma tan abrupta pero era el camino que tenía que recorrer porque la enfermedad para mí fue muy aleccionadora. Fue un renacer real”, contó al medio citado.
La actriz relató que luego de la cirugía, que denominó “radical”, tomó la decisión de no hacerse quimioterapia. “Se me había sugerido, no era obligatorio, e hice todo un camino de investigación porque no creía en la quimioterapia”, contó.
La actriz también relató que le costó aceptar la enfermedad y que tardó un tiempo en comenzar terapia. “Tuve un proceso lento y sabio de aceptación que me llevó casi cinco años. Hago terapia hace un año y medio y es maravilloso. Viví tres años en Chile con una pareja y cuando me separé volví a Buenos Aires. No sabía enfrentar la soledad porque desde los 17 años siempre había estado en pareja. Sentí que era necesario estar sola para conocerme más a mí y ahí empecé terapia. Animarme a hablar sobre la enfermedad fue clave en mi vida para poder liberar, aceptar y encarar la misión de comunicar que es posible estar bien y tener cáncer”, relató.
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Como parte de su recuperación del cáncer, Victoria realizó terapias alternativas que le ayudaron a aceptar la enfermedad y encarar un proceso de curación. “Empecé a hacer terapias con cuencos tibetanos que armonizan la energía. Me acerqué a lecturas un poco más profundas sobre el autoconocimiento. Hace un tiempo estoy aprendiendo a meditar y arranqué yoga también. Era todo muy intuitivo. Hoy estoy en un estado de consciencia y profundización que me permite hablar y aceptar mi enfermedad”, contó en la misma entrevista de 2017.
Sobre su vínculo de profunda amistad con Juana Viale, Victoria relató que se conocieron en Buenos Aires “por una amiga que me hice en mi nueva vida allá”, dijo. “En Chile forjamos mucho más la relación porque estábamos las dos solas, sin familia, ella con sus hijos, y yo con mi novio. Cuando hicimos una clase magistral dijimos, “qué bueno trabajar juntas, hagamos algo”. Desde ese día que nos sentamos a tomar una cerveza en un bar de Santiago de Chile hasta hoy pasó de todo. Ella se mudó de vuelta a Buenos Aires primero, yo después. Está buenísimo trabajar con una amiga, hemos encontrado nuestra fórmula, a pesar de que no es nada fácil”, aseguró.