Durante la pandemia y la restricciones de circulación que se vivieron en 2020, muchas chicos vieron su vida alterada. La mayoría, no solo asistía al colegio sino que también hacían deportes, participaban de talleres de arte, tenía encuentros con sus amigos. De golpe y por varios meses, los chicos dejaron de verse, de compartir. Y esas horas pasaron, para muchos a ser horas muertas.
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Durante la pandemia y la restricciones de circulación que se vivieron en 2020, muchas chicos vieron su vida alterada. La mayoría, no solo asistía al colegio sino que también hacían deportes, participaban de talleres de arte, tenía encuentros con sus amigos. De golpe y por varios meses, los chicos dejaron de verse, de compartir. Y esas horas pasaron, para muchos a ser horas muertas.
En algunos casos, la actividad física en el patio de la casa, o el encuentro con el dibujo y la pintura fueron la salida a las horas sin actividad. Y comenzaron a surgir ideas, formatos y trazos, como fue el caso de Guille.
Esta pequeña que en un par de semana cumple 12 años, inició en medio de la pandemia un emprendimiento, casi por casualidad.
"El día del maestro resolví enviarles regalos a mis maestras. Mi mamá me compró los mates y yo los pinté", recordó Guillermina en su encuentro con El Tribuno. Fue esa docente, que al paso de unos días le encargó mates para unas amigas, y luego la familia también quiso su mate personalizado y las amigas. Y sin quererlo, nació La Guille Mates.
Conectada a las redes sociales, Guille armó su página en Instagram y comenzó a mostrar sus mates. Luego nacieron las tablas para la merienda, y los untadores para la miel y la manteca. Se sumaron las bandejas de picadas y ahora las cajas organizadoras. Todo con un toque único, el toque de "la Guille".
"Cada mate o bandeja son únicos. Veo el mate y se me ocurre que pintarle. Para algunos necesito hacer primero el dibujo con lápiz pero la mayoría es a mano alzada", contó la pequeña que recuerda que de muy chiquita - a los 5 años- tomó talleres de dibujo, pero ahora ya no.
Del rincón de la cocina, pasó a las galería y ahí armó su estantería, su mesa de venta. Todo el packaging esta a cargo de su mamá. Marta, no duda en seguirle el pago a Guille, acompañarla en su emprendimiento y además se ocupa del delivery.