La cuarta audiencia del juicio que se lleva a cabo hasta el 8 de julio contra el aún sacerdote Agustín Rosa Torino tendrá el testimonio de los otros dos denunciantes del religioso: una exmonja, Valeria Zarsa, y el exnovicio Angel Alustiza. Ambos ya arribaron a Salta para contar kos hechos denunciados hace 6 años.
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La cuarta audiencia del juicio que se lleva a cabo hasta el 8 de julio contra el aún sacerdote Agustín Rosa Torino tendrá el testimonio de los otros dos denunciantes del religioso: una exmonja, Valeria Zarsa, y el exnovicio Angel Alustiza. Ambos ya arribaron a Salta para contar kos hechos denunciados hace 6 años.
Hasta tanto, la jornada de hoy se inició con el testimonio de la madre de Yair Gyurkovitz uno de los exnovicos denunciantes, que contó que conoció la Congregación fundada por el cura mientras estaba en la terminal de ómnibus, yendo hacia Cafayate porque tenía a su bebé enfermo con pronóstico desfavorable. “Me invitó un hermano a la misa de sanación”, contó. Luego, ante una "posible vocación" de su hijo que por entonces tenía alrededor de 13 años, decidieron enviarlo a hacer "una experiencia religiosa" en Palermo, Cachi. "El regresó contento de esa experiencia y decidimos que se integrara a la comunidad", indicó la artesana. Luego de dos años en salta capital, contó, su hijo fue enviado al sur donde también habría sufrido abusos de otro miembro de la comunidad, Nicolás Parma. El 16 de junio, recordó, su hijo con la excusa del cumpleaños de su hermano volvió a Cafayate y aseguró que no quería volver a la comunidad. "Lo veíamos deprimido y pálido, no quería comer”, advirtió. Ante ello, su esposo intentó un diálogo con su hijo que le contó "algo de lo que pasó, no quería defraudarnos con nuestra ilusión de verlo cura. Luego mi esposo le leyó el diario íntimo a Yair donde leyó las atrocidades y hasta las ideas suicidas que tenía mi hijo", conto conmovida. Posteriormente, uno de los jueces, Lescano, le pidió ofuscado que sea más concreta con algunos detalles que la mujer testificó de manera genérica como los tocamientos contados por su hijo.
También declaró un exmiembro de la orden de Rosa Torino, instituto "Discípulos de Jesús de San Juan Bautista", que contó que supo que a Yair le “había pasado algo grave” dentro de la comunidad. El ahora docente comentó cómo era la formación en el Instituto que fundó Rosa: “Nos hacía plantar cosas al revés y nos decía que si crecía algo estábamos cerca de la santidad”.