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La variante Delta ya amenaza con una pandemia de "no vacunados"

Expertos insisten en la necesidad de apurar las segundas dosis porque con una no alcanzará. Médicos señalan que falta poco para la circulación comunitaria de esta variante más contagiosa. 
Miércoles, 28 de julio de 2021 02:27

Autoridades sanitarias anunciaron ayer que el intervalo mínimo de aplicación para las segundas dosis de Sinopharm se redujo de 28 a 21 días. La medida puede considerarse una respuesta razonable, aunque insuficiente, ante una advertencia con la que voces autorizadas insisten ante la presencia ya confirmada de la variante Delta en algunas provincias argentinas entre las que se cuenta Salta. 
Por ahora la variante más contagiosa y escurridiza del coronavirus no tiene confirmada circulación comunitaria en el país, pero infectólogos dudan de que el actual escenario se mantenga más allá de la segunda quincena de agosto.
“Argentina debe prepararse para una explosión de Delta”, reiteró Marta Cohen, una patóloga pediátrica argentina que es escuchada con atención por muchos mandatarios, ministros y asesores sanitarios. Ella reside en Inglaterra, donde fue condecorada con una orden al mérito por sus aportes científicos. Este no es un dato menor. Ella repite su alerta temprana desde uno de los países con vacunación más avanzada que creían tener al coronavirus dominado, pero que se vieron sorprendidos por un tsunami llamado Delta. Hoy en el Reino Unido la variante que se identificó por primera vez en India en octubre de 2020 está detrás del 90% de las infecciones de un meteórico rebrote. “Prepárense para la variante Delta, aceleren la vacunación, aceleren el testeo masivo y mantengan el distanciamiento social”, recomendó Cohen, tras aclarar que frente a Delta las segundas dosis marcan la diferencia en la evolución de las internaciones y la mortalidad, porque para esa variante una dosis no es eficiente.
En las últimas semanas, Antonio Salgado, reconocido pediatra e infectólogo, se expresó en el, mismo sentido que Cohen. “Diferir las segundas dosis fue una buena iniciativa para la variante Alfa, pero con Delta la decisión más razonable sería acortar los intervalos”, recalcó.
Desde junio, ante los reflejos anticipados que empezó a mostrar la variante Delta en los sistemas sanitarios de diversos países, Salgado marcó la necesidad de acortar de 28 a 21 días el intervalo para la aplicación de las segundas dosis de Sinopharm, tal como se confirmó oficialmente ayer. Sobre el mismo criterio, consideró fundamental que la aplicación de las segundas dosis de AstraZeneca y Sputnik V no se extendiera más allá de 30 días.
El especialista precisó con claridad los fundamentos científicos: “Un informe que The Lancet publicó el pasado 19 de febrero dio cuenta que con intervalos más prolongados la vacuna AstraZeneca daba algo más de protección. En base a aquel informe, el Ministerio de Salud de la Nación amplió a 8 semanas el intervalo que la vacuna AstraZeneca tenía establecido inicialmente en 4 semanas. “Esa fue una muy buena estrategia sanitaria para la variante Alfa (británica), pero no para la Delta, porque Argentina necesita avanzar con urgencia con las segundas dosis, ya que la primera apenas tiene una eficacia del 33% para la variante india, tanto con AstraZeneca como con Pfizer”, precisó, tras resaltar que con las otras vacunas aún no existen estudios publicados con suficiente respaldo científico. 
Salgado destacó que las dos dosis de AstraZeneca tienen demostrada ante Delta “una eficacia del 60% y un muy buen impacto frente a la enfermedad severa y crítica, como así también sobre la tasa de letalidad”.
En relación con la falta del segundo componente de Sputnik V, el especialista en pediatría e infectología subrayó que hay una crisis de suministro que trasciende a la Argentina. Aclarado esto, aseguró que “existen algunas alternativas muy claras y muy eficaces que se podrían aplicar”. Se refirió así a posibles intercambios de vacunas o lo que se conoce como refuerzo heterólogo primario. “Se podría aplicar como segunda dosis una vacuna de distinta plataforma vaccinal, o de la misma plataforma, con una respuesta inmunológica muy potente. Podría ser Sputnik con AstraZeneca o Sputnik con Sinopharm. Por ahora no hay en el país otros trabajos que estén en curso, pero seguramente se podrá también intercambiar Sputnik con vacunas con tecnología de ARN mensajero como Moderna o Pfizer”, puntualizó, e insistió en la necesidad de acelerar estudios y decisiones ante la inminente circulación de Delta.

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Autoridades sanitarias anunciaron ayer que el intervalo mínimo de aplicación para las segundas dosis de Sinopharm se redujo de 28 a 21 días. La medida puede considerarse una respuesta razonable, aunque insuficiente, ante una advertencia con la que voces autorizadas insisten ante la presencia ya confirmada de la variante Delta en algunas provincias argentinas entre las que se cuenta Salta. 
Por ahora la variante más contagiosa y escurridiza del coronavirus no tiene confirmada circulación comunitaria en el país, pero infectólogos dudan de que el actual escenario se mantenga más allá de la segunda quincena de agosto.
“Argentina debe prepararse para una explosión de Delta”, reiteró Marta Cohen, una patóloga pediátrica argentina que es escuchada con atención por muchos mandatarios, ministros y asesores sanitarios. Ella reside en Inglaterra, donde fue condecorada con una orden al mérito por sus aportes científicos. Este no es un dato menor. Ella repite su alerta temprana desde uno de los países con vacunación más avanzada que creían tener al coronavirus dominado, pero que se vieron sorprendidos por un tsunami llamado Delta. Hoy en el Reino Unido la variante que se identificó por primera vez en India en octubre de 2020 está detrás del 90% de las infecciones de un meteórico rebrote. “Prepárense para la variante Delta, aceleren la vacunación, aceleren el testeo masivo y mantengan el distanciamiento social”, recomendó Cohen, tras aclarar que frente a Delta las segundas dosis marcan la diferencia en la evolución de las internaciones y la mortalidad, porque para esa variante una dosis no es eficiente.
En las últimas semanas, Antonio Salgado, reconocido pediatra e infectólogo, se expresó en el, mismo sentido que Cohen. “Diferir las segundas dosis fue una buena iniciativa para la variante Alfa, pero con Delta la decisión más razonable sería acortar los intervalos”, recalcó.
Desde junio, ante los reflejos anticipados que empezó a mostrar la variante Delta en los sistemas sanitarios de diversos países, Salgado marcó la necesidad de acortar de 28 a 21 días el intervalo para la aplicación de las segundas dosis de Sinopharm, tal como se confirmó oficialmente ayer. Sobre el mismo criterio, consideró fundamental que la aplicación de las segundas dosis de AstraZeneca y Sputnik V no se extendiera más allá de 30 días.
El especialista precisó con claridad los fundamentos científicos: “Un informe que The Lancet publicó el pasado 19 de febrero dio cuenta que con intervalos más prolongados la vacuna AstraZeneca daba algo más de protección. En base a aquel informe, el Ministerio de Salud de la Nación amplió a 8 semanas el intervalo que la vacuna AstraZeneca tenía establecido inicialmente en 4 semanas. “Esa fue una muy buena estrategia sanitaria para la variante Alfa (británica), pero no para la Delta, porque Argentina necesita avanzar con urgencia con las segundas dosis, ya que la primera apenas tiene una eficacia del 33% para la variante india, tanto con AstraZeneca como con Pfizer”, precisó, tras resaltar que con las otras vacunas aún no existen estudios publicados con suficiente respaldo científico. 
Salgado destacó que las dos dosis de AstraZeneca tienen demostrada ante Delta “una eficacia del 60% y un muy buen impacto frente a la enfermedad severa y crítica, como así también sobre la tasa de letalidad”.
En relación con la falta del segundo componente de Sputnik V, el especialista en pediatría e infectología subrayó que hay una crisis de suministro que trasciende a la Argentina. Aclarado esto, aseguró que “existen algunas alternativas muy claras y muy eficaces que se podrían aplicar”. Se refirió así a posibles intercambios de vacunas o lo que se conoce como refuerzo heterólogo primario. “Se podría aplicar como segunda dosis una vacuna de distinta plataforma vaccinal, o de la misma plataforma, con una respuesta inmunológica muy potente. Podría ser Sputnik con AstraZeneca o Sputnik con Sinopharm. Por ahora no hay en el país otros trabajos que estén en curso, pero seguramente se podrá también intercambiar Sputnik con vacunas con tecnología de ARN mensajero como Moderna o Pfizer”, puntualizó, e insistió en la necesidad de acelerar estudios y decisiones ante la inminente circulación de Delta.

“Es fundamental la vacunación con esquema completo de los pacientes pediátricos de 12 a 18 años. Sería recomendable incluir en la vacunación a los hermanos de pacientes pediátricos con comorbilidades”.


Salgado explicó que los esquemas de vacunación completa revisten crucial urgencia porque la variante india tiene mutaciones genómicas que alteran el dominio de unión al receptor. Por esas mutaciones de capa inmune las vacunas convencionales pierden su eficacia neutralizante de cuatro a seis veces en comparación con su respuesta ante la variante originaria de Wuhan”, destacó.
Salgado reiteró que, ante la irrupción de Delta, “la estrategia de vacunación que apuntaba a aplicar tantas primeras dosis como fuera posible quedó obsoleta. Hoy urge aplicar tantas segunda dosis como fuera posible en el menor tiempo”, sostuvo. 
El facultativo recalcó que “las vacunas son reductoras de enfermedad y bajan notablemente las tasas de letalidad y de mortalidad, al evitar cuadros severos y críticos”.
 

   Antonio Salgado, pediatra e infectólogo.

Todas las vacunas salvan vidas

 Desde la primera hora de la pandemia las vacunas anti-COVID fueron blanco de noticias falsas (fake news) y opiniones infundadas sobre su eficacia y seguridad. En las redes no pocos usuarios que recibieron dosis de Sinopharm sin sentir efectos adversos pusieron en duda su efectividad, sin saber que las vacunas inactivadas son conocidas, justamente, por su bajo comportamiento reactogénico.
Antonio Salgado insistió con algunas aclaraciones científicamente respaldadas: “La mejor vacuna es la que le toca a uno y todas son buenas para evitar la enfermedad, tanto severa como crítica, y salvar vidas”, afirmó.
Sobre su seguridad, aclaró que “en el mundo ya se aplicaron más de 4 mil millones de dosis y los eventos adversos graves fueron muy pocos”.
 
 

 

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