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VIDEO “Memoria también es rescatar la vida cotidiana de las víctimas”

Berenice Luque recuerda a su hermana Amarú como “muy valiente, alegre y solidaria”. Ella fue una de las 11 fusiladas en la madrugada del 6 de julio de 1976 por el terrorismo de Estado. 
Lunes, 05 de julio de 2021 09:23
Berenice Luque, cuando estuvo en Salta. Foto: Archivo Martín Aisama.

María Amarú Luque nació el 6 de abril de 1950 en la ciudad de Rosario. Se inscribió en Psicología en el año 1968 culminando sus estudios en el año 1973. 
Amarú militaba en la organización Montoneros al igual que su compañero Rodolfo Pedro Usinger. Estuvo detenida en la Unidad Penitenciaria Nº 1 de la Provincia de Salta, de Villa de las Rosas, anotada a disposición del Poder Ejecutivo Nacional hasta el día 6 de julio de 1976.
Fue asesinada esa misma madrugada en la denominada “Masacre de Palomitas” ocurrida cuando un grupo de 11 presas y presos políticos fueron sacados durante un apagón intencional de Villa Las Rosas, trasladados en forma violenta y posteriormente asesinados a un costado de la ruta nacional Nº 34, en un paraje conocido como Palomitas (departamento General Güemes), a más 60 kilómetros de la ciudad de Salta. 

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María Amarú Luque nació el 6 de abril de 1950 en la ciudad de Rosario. Se inscribió en Psicología en el año 1968 culminando sus estudios en el año 1973. 
Amarú militaba en la organización Montoneros al igual que su compañero Rodolfo Pedro Usinger. Estuvo detenida en la Unidad Penitenciaria Nº 1 de la Provincia de Salta, de Villa de las Rosas, anotada a disposición del Poder Ejecutivo Nacional hasta el día 6 de julio de 1976.
Fue asesinada esa misma madrugada en la denominada “Masacre de Palomitas” ocurrida cuando un grupo de 11 presas y presos políticos fueron sacados durante un apagón intencional de Villa Las Rosas, trasladados en forma violenta y posteriormente asesinados a un costado de la ruta nacional Nº 34, en un paraje conocido como Palomitas (departamento General Güemes), a más 60 kilómetros de la ciudad de Salta. 

 

En la masacre fueron asesinados y asesinadas Evangelina Botta de Nicolai (estudiante de Psicología), Celia Raquel Leonard de Ávila, María del Carmen Alonso de Fernández, Georgina Graciela Droz, Benjamín Leonardo Ávila, Pablo Outes Saravia, José Ricardo Povolo, Roberto Luis Oglietti, Alberto Simón Zavransky, Rodolfo Pedro Usinger y María Amarú Luque de Usinger.

 


Los cuerpos de María Amarú y Pedro fueron inhumados en el cementerio de Yala (Jujuy).
“Amarú me lleva dos años y medio. Yo soy fonoaudióloga y ella es psicóloga, se había recibido muy joven y su vida pasaba por acompañar a los que más lo necesitaban”, dijo Berenice Luque, la hermana menor de Amarú, que habla en tiempo presente de su hermana asesinada pero que, cuando los recuerdos la llevan a momentos felices habla en pretérito.

Amarú Luque

Archivo Roberto Baschetti


“Era tremenda y no le tenía miedo a nada. Miraba una serie de Narciso Ibáñez Menta siendo muy niña y no le tenía miedo. Le fascinaba las películas y los cuentos de terror, tenía en su cuarto un murciélago en formol y yo le tenía pánico a los bichos. Hacía pelear a las langostas”, cuenta y se ríe Berenice. La memoria la lleva y la trae entre ese presente propio y el pasado.

 

La Mesa de DDHH de Salta convoca a homenajear a las 11 víctimas del peor crimen del terrorismo de Estado cometido en la provincia para mañana 6 de julio, a las 10.30, en el Mural de Palomitas ubicado en el Parque San Martín, sobre avenida Yrigoyen, de la ciudad de Salta.


“Tenía ese perfil arrollador y sin miedo. Y pienso que eso no le hizo bien porque no se cuidó. Había muchas señales, éramos muy jóvenes y pensábamos que nos llevábamos el mundo por delante. En Salta la cosa estaba pesada, pero bueno me parece que la juventud de aquella época avanzaba totalmente confiada. Los dirigentes mandaban a hacer acciones muy peligrosas. Estaba el concepto de que no se podía retroceder y yo no estoy tan de acuerdo con eso. En ese momento yo me replegué con mi exmarido. No estábamos de acuerdo con lo que estaba pasando. Amarú se fue a Salta en un momento muy difícil porque ya estaban operando la Triple A. No justifico nada, pero tampoco hubo ningún cuidado porque el enemigo estaba en el frente y no midieron las consecuencias. Cuidarte era parte de esa lucha”, recordó Berenice.

 

 

Las cartas de Amarú

Antes que la mataran escribió a su familia, dando cuenta de la vida en prisión. El diario La Capital de Rosario expone el textual en el aniversario 44 de la masacre, el año pasado; la Masacre de Palomitas siempre provocó conmoción a nivel nacional. “La tristeza aprieta por dentro pero no voy a caer en el desaliento por todo lo que hay que hacer afuera. Con las compañeras nos damos fuerza y ternura pero el tiempo se estira lejos de los nuestros. Los días acá adentro son juventudes perdidas”, dice la carta que le envía a la familia.
En ese informe periodístico Berenice también elige el recuerdo de los momentos felices. “Mi madre (Ana María Zeno) contaba que mi hermana llegaba a casa, iba a la despensa y se llevaba cosas para la gente de la villa. O le abría el placard y le decía: tenés cuatro suéters, me voy a llevar uno, ¿o los usás todos juntos?”, cuenta en el diario rosarino.

 

En el marco de las actividades por el aniversario de Palomitas, la Mesa de DDHH de Salta, decidió impulsar esta encuesta para saber qué saben los y las salteñas sobre la Masacre de Palomitas.  Invitan a responder y compartirla en  https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfd0vsIznpEYXothcoNkCBGCQYgZh8AOs2vkl6khU5RopE0BQ/viewform?usp=sf_link

 


“Amarú fue una luchadora desde que comenzó la secundaria, ella tuvo un constancia de años; es decir que no fue sólo un fuego que de repente se encendió. Era una persona sumamente solidaria que trabajaba en los barrios humildes en programas de alfabetización desde antes de todo. Hay una impronta de una personalidad solidaria en ella”, dijo en El Tribuno. Ese “antes de todo” es el terrorismo de Estado.
Ella vino sólo dos veces a Salta para los aniversarios. A 45 años aún anda en la búsqueda de palabras que expliquen toda esa mezcla de recuerdos, de historias y acontecimientos terribles.
“No sé si es la palabra correcta, creo que no, pero me acostumbré. Antes no quería ni hablar del tema, lo corría de mi memoria. En realidad creo que había una negación y esa negación hoy ya pasó. Ahora, cada 6 de julio, no es un día más. Lo tomo como parte de la historia de mi familia. Hoy no me trae lo terrible, me trae sus recuerdos buenos, me trae lo más lindo de su vida. Cada uno hace como puede”, dijo. 

 

Berenice, en su casa de Rosario. Foto: Gentileza: La Capital, de Rosario.

 

Agradecimientos a la Mesa de DDHH de Salta


Berenice tiene muy buenos recuerdos de las organizaciones de DDHH de Salta con quien tiene diálogo permanente.
“En Salta se están haciendo las cosas muy bien. Ellos todos los años refrescan la memoria y nunca bajaron los brazos. Tienen un trabajo de mucha constancia, de muchos años”, dijo. 
Sobre la memoria, mantiene un concepto que se viene manejando desde algún tiempo y que se considera como parte de una lucha cotidiana, que se pelea todos los días. La idea de humanizar a las víctimas comos estrategia de la memoria es el camino que están tomando las organizaciones de DDHH en todas partes.

 

La Mesa está integrada porl as agrupaciones Familiares de Detenidos-Desaparecidos por Razones Politicas y Gremiales, Asociación Coca Gallardo, Asociación Lucrecia Barquet, H.I.J.O.S. Salta en la Red Nacional. 


“Es muy interesante que podamos rescatar otra parte de la memoria que es la vida cotidiana de las personas, lo previo de cada persona. Qué es lo que hacía cada persona. Y yo creo que eso se logra cada 6 de julio. Estoy muy agradecida con las acciones que realizan desde hace 45 años las organizaciones de DDHH de Salta”, concluyó Berenice Luque.

 


 

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