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Declaró el exsacerdote Sergio Salas y fue advertido por los jueces por sus contradicciones

Cinco testigos comparecieron hoy ante el tribunal de la Sala IV, en el juicio seguido contra el exsacerdote Rubén Agustín Rosa Torino. El exsupervisor Sergio Salas fue uno los citados y dijo desconocer los motivos por los cuales los tres denunciantes en la causa abandonaron la comunidad religiosa. Se contradijo en varios oportunidades.
Martes, 06 de julio de 2021 13:54

Cinco testigos comparecieron hoy ante el tribunal de la Sala IV, en el juicio seguido contra el exsacerdote Rubén Agustín Rosa Torino, imputado por abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de dos víctimas, y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto en perjuicio de una tercera víctima.

Entre las personas citadas estuvo el exsacerdote Sergio Salas, cuyo nombre religioso dentro de la congregación Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista era el de Josué. El excura ingresó a la institución en 1994 y, al momento de su intervención, en 2015, tenía el cargo de superior provincial de la orden. Refirió que su rol consistía en controlar todas las casas de la rama masculina que tenía la comunidad en el país y ver cómo estaban los hermanos. Sin precisar un número exacto por no recordarlo, dijo que la congregación tenía alrededor de 15 sedes en la Patagonia, Santiago del Estero, Salta, Misiones y Jujuy. También tenían casas en México, Chile y España. El exsupervisor y quien fuera mano derecha del cura Rosa Torino tuvo contradicciones en su declaración y cierta inconsistencia. Los magistrados le advirtieron que podía caer en falso testimoni y podría ser imputado.

El testigo afirmó que conoció a los tres denunciantes en la causa. Con la exmonja V. Z. –sostuvo- tuvieron una relación cercana porque ambos preparaban los retiros espirituales. Dijo que en un momento notó que sus estados anímicos variaban y que la gente que asistía a esos encuentros se quejaba de sus malos tratos. Aseguró que le planteó el problema a la denunciante y a ella no le gustó. Esto sucedió en 2005 o 2006.

El exsuperior de la congregación dijo desconocer los motivos por los cuales los tres denunciantes en la causa (dos exnovicios y la exreligiosa) abandonaron la comunidad religiosa.

Salas aseguró que el trato de Rosa Torino hacia V. Z. era cordial y respetuoso. Al igual que hacia los hermanos ingresantes, novicios y sacerdotes. Afirmó que nunca vio un trato indecoroso de parte del acusado hacia ningún integrante de la comunidad.

También aseveró que, durante sus visitas a la casa que tenían en Santa Cruz, nunca fue advertido por ninguno de los jóvenes novicios acerca de estuvieran atravesando alguna situación conflictiva con los superiores de esa sede.

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Cinco testigos comparecieron hoy ante el tribunal de la Sala IV, en el juicio seguido contra el exsacerdote Rubén Agustín Rosa Torino, imputado por abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de dos víctimas, y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto en perjuicio de una tercera víctima.

Entre las personas citadas estuvo el exsacerdote Sergio Salas, cuyo nombre religioso dentro de la congregación Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista era el de Josué. El excura ingresó a la institución en 1994 y, al momento de su intervención, en 2015, tenía el cargo de superior provincial de la orden. Refirió que su rol consistía en controlar todas las casas de la rama masculina que tenía la comunidad en el país y ver cómo estaban los hermanos. Sin precisar un número exacto por no recordarlo, dijo que la congregación tenía alrededor de 15 sedes en la Patagonia, Santiago del Estero, Salta, Misiones y Jujuy. También tenían casas en México, Chile y España. El exsupervisor y quien fuera mano derecha del cura Rosa Torino tuvo contradicciones en su declaración y cierta inconsistencia. Los magistrados le advirtieron que podía caer en falso testimoni y podría ser imputado.

El testigo afirmó que conoció a los tres denunciantes en la causa. Con la exmonja V. Z. –sostuvo- tuvieron una relación cercana porque ambos preparaban los retiros espirituales. Dijo que en un momento notó que sus estados anímicos variaban y que la gente que asistía a esos encuentros se quejaba de sus malos tratos. Aseguró que le planteó el problema a la denunciante y a ella no le gustó. Esto sucedió en 2005 o 2006.

El exsuperior de la congregación dijo desconocer los motivos por los cuales los tres denunciantes en la causa (dos exnovicios y la exreligiosa) abandonaron la comunidad religiosa.

Salas aseguró que el trato de Rosa Torino hacia V. Z. era cordial y respetuoso. Al igual que hacia los hermanos ingresantes, novicios y sacerdotes. Afirmó que nunca vio un trato indecoroso de parte del acusado hacia ningún integrante de la comunidad.

También aseveró que, durante sus visitas a la casa que tenían en Santa Cruz, nunca fue advertido por ninguno de los jóvenes novicios acerca de estuvieran atravesando alguna situación conflictiva con los superiores de esa sede.

Durante la jornada declararon también un médico y una bioquímica que tenían contacto con los integrantes de la congregación y les prestaban sus servicios profesionales, y dos exmiembros de la comunidad religiosa.

El juicio está a cargo de los jueces de la Sala IV: Maximiliano Troyano (presidente), Norma Beatriz Vera y Roberto Faustino Lezcano (vocales).

El juicio proseguirá mañana, con la recepción de las últimas declaraciones testimoniales.

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