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Una mujer sin recursos padece polineuropatía y necesita ayuda

Requiere tratamiento, medicamentos, un baño en su casa, mercadería, elementos de limpieza e higiene personal, ya que no puede trabajar por su enfermedad.
Miércoles, 04 de agosto de 2021 02:22

Natalia Paola Ferreyra de 37 años de edad, padece desde hace tres años una enfermedad denominada polineuropatía dolorosa vasculitis y debilidad muscular.

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Natalia Paola Ferreyra de 37 años de edad, padece desde hace tres años una enfermedad denominada polineuropatía dolorosa vasculitis y debilidad muscular.

La polineuropatía es una disfunción simultánea de muchos nervios periféricos en todo el cuerpo, cuyos síntomas son disminución de la sensibilidad en cualquier zona del cuerpo, dificultad para deglutir o respirar.

Dificultad para utilizar los brazos, las manos, las piernas o los pies. También suelen padecer dificultad para caminar e intensos dolores, ardor, hormigueo, sensibilidad anormal en cualquier zona del cuerpo (llamado neuralgia).

Impedida de trabajar

La mujer al verse impedida de poder trabajar, necesita de manera urgente todo tipo de ayuda y por eso requirió la solidaridad pública.

En primera instancia necesita continuar con un tratamiento adecuado, con especialistas y los medicamentos y calmantes pertinentes para sus intensos dolores.

"Mi problema de salud, comenzó hace tres años atrás, pero desde hace un año y medio, la enfermedad que tengo, avanzó más", expresó a El Tribuno Natalia Ferreyra.

"Camino muy poco y solo puedo estar acostada porque me canso y me duele todo el cuerpo a causa de la polineuropatía vasculitis y la debilidad muscular. Por ello es que me tienen que internar una o dos veces al mes", relató la pobre mujer.

En cuanto a los remedios que usa, señaló la morfina, el cual es un medicamento potente, que se utiliza para tratar el dolor intenso, para mejorar la respiración y evitar la sensación de falta de aire y para ayudar a controlar la ansiedad. Además, se sabe que es un medicamento efectivo para proporcionar confort a los pacientes terminales.

"Para subsanar mis dolores, en el hospital de acá me dan inyectables de queterolac o diclofenac pero yo lo que uso es la morfina desde hace un año y medio", reconoció Ferreira angustiada.

"Hay días y semanas enteras que directamente no puedo dormir, sufro muchísimo los dolores que invaden mi cuerpo. El doctor Palavecino, que viene de Salta, me dijo que hay un tratamiento para mi enfermedad, pero como es muy caro yo no lo puedo hacer", se lamentó.

Sin obra social

Cabe señalar que Ferreyra, no posee ni siquiera obra social. "Tengo vías en mi cuello, en la columna y en los brazos. Por allí, cuando tengo, me inyecto la morfina o la nubaina cada seis horas, para poder aguantar el dolor, pero ya no tengo esta medicación", lamentó.

"Tengo las recetas acumuladas y cada vez que voy a la farmacia, me dicen que hay faltante y yo no tengo cómo comprar", agregó.

"Me presenté y dejé asentadas varias quejas en el hospital, en un canal de televisión de Salta y en el Ministerio de Salud, pero nadie me ayuda ni se hace cargo de mi situación. Siento que día a día estoy empeorando cada vez más", agregó indignada y visiblemente dolorida.

"Estoy tan mal que por ese motivo, ya me están preparando una silla de ruedas", dijo.

Múltiples pedidos y ninguna solución

Ni siquiera tiene un baño propio, vive en una especie de conventillo, para ir al baño debe acudir al de una vecina, lo que representa un riesgo.
Tampoco tiene heladera, mercadería para alimentarse ni elementos de cocina como ollas, platos o cubiertos.
Recordó que “antes, cuando estaba sana, podía trabajar, y sin ningún problema cuidaba hasta a dos ancianos por día, pero actualmente no me funcionan las piernas ni los brazos, me dijeron que debía tomar leche y vitaminas especiales, pero no tengo dinero”.
 “Necesito alimentarme bien, y ya no sé cómo hacer. He bajado 15 kilos en dos semanas, el doctor me dijo que es mucho. Tampoco tengo baño y para bañarme debo usar el de mi vecina y tengo que calentar agua. Por eso, a quien pueda ayudarme, necesito que me construyan uno adecuado a mis necesidades”, pidió.
“Para lavar la ropa también tengo que pedirle el lavarropas a otra vecina, pero a veces no me lo prestan y por como tengo mis manos, no puedo hacer nada. Todos los días lucho al levantarme, al acostarme, todo para mí es una lucha”, agregó llorando Ferreira. 
“Ni siquiera tengo heladera, todos los veranos también tengo que molestar a otra vecina. Encima los remedios que uso, deben colocarse en una heladera. Para cocinar tengo un anafe prestado”, concluyó. Para realizar las donaciones se debe llamar al 03876450081. 
 

 

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