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Elizabeth Zerpa, una maestra de grado, fue retratada mientras impartía clases con una bebé en sus brazos, generando mucha empatía en la comunidad local, aunque poco se sabía sobre las razones de esa actitud maternal. Elizabeth es maestra de la escuela primaria Papa Francisco, de El Bordo, pero además se desempeña como maestra del aula satélite N° 4 en el turno noche del Núcleo Educativo 7009 de la Educación para Jóvenes y Adultos, un núcleo que cuenta con 13 aulas satélites en todo el departamento Güemes. Al aula N° 4 asisten 15 alumnos con edades entre los 20 a 75 años, personas con edades muy distintas pero que tienen un mismo objetivo: terminar con su educación primaria.
El nivel primario para el adulto mayor se divide por ciclos, el ciclo de alfabetización está destinado para alumnos que cursan el primer, segundo y tercer grado, luego se encuentra el ciclo integración formal 1 y 2, los cuales corresponden al 4 y 5 grado, finalmente el ciclo formación por proyecto, un último nivel correspondiente a un 7mo grado. Todos ellos forman parte del aula N° 4, ya que se trata de una enseñanza tipo plurigrado. Estos alumnos no se llevan tareas para la casa, debido a que todos tienen obligaciones afuera. Todas las tareas comienzan y se terminan en clase.
"No sé quién sacó la foto pero debo decir que no soy la única que se hace cargo de la bebé durante las horas de clases, todos los alumnos colaboran con su mamá", manifestó Elizabeth.
Lucecita, como la llaman a la pequeña que asiste a clases con su mamá en un cochecito, forma parte del aula desde muy pequeña: "Su mamá ingresó estando embarazada, ella cursa el ciclo de alfabetización, en su niñez no tuvo la posibilidad de ir a la escuela, nació y creció en Iruya, tuvo una vida muy dura, ahora quiere superarse y estamos todos dispuestos a ayudarla a lograr su objetivo", informó la docente.
Cuando nació Luz, la madre, de 40 años, faltó un corto tiempo a clases, pero regresó y lo hizo con su hija en un coche. Como la pequeña de cinco meses de vida no se acostumbra a permanecer en el coche, siempre hay alguien que se ofrece para levantarla, hacerla dormir o llevarla afuera para que se calme. "Es parte de nuestra vida cotidiana en el aula, nos reconoce, se acostumbró a estar en los brazos, cuando todos están trabajando no tengo problemas en levantarla y seguir dando clases con ella en brazos".
Si el sacrifico para poder superarse de la madre persiste, el año que viene ya debería saber leer, escribir y realizar cuentas, una carencia que le impidió integrarse socialmente, debido a que dependía siempre de otra persona. "Como el nuestro es plurigrado, el ciclo formación formal 1, al cual ingresaría el próximo año, también lo cursará en esta aula, junto a sus actuales compañeros, algunos van a egresar, habrá otros ingresos, pero la mayoría permanecerá y eso es algo positivo, queremos ayudarla a cumplir con la primaria y espero que pueda ingresar a un BSPA para lograr el nivel secundario", finalizó la seño Ely.
Esta historia es una clara demostración de que a pesar de las dificultades, la solidaridad siempre está presente para que una persona pueda alcanzar sus sueños.