La iniciativa que se promovió desde el Concejo Deliberante sobre ampliar los asientos reservados en el transporte público quedó trunca por no haber tenido en cuenta el "detalle" de que esa materia es de injerencia de la AMT (Autoridad Metropolitana de Transporte). Esto, con motivo de una cesión que se firmó en el 2009 durante la gestión de Miguel Isa como intendente y de Juan Manuel Urtubey como gobernador.
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La iniciativa que se promovió desde el Concejo Deliberante sobre ampliar los asientos reservados en el transporte público quedó trunca por no haber tenido en cuenta el "detalle" de que esa materia es de injerencia de la AMT (Autoridad Metropolitana de Transporte). Esto, con motivo de una cesión que se firmó en el 2009 durante la gestión de Miguel Isa como intendente y de Juan Manuel Urtubey como gobernador.
Sin embargo, el proyecto que quiso modificar el artículo 44 de la ordenanza 11.608 para ampliar a 9 los asientos que obligatoriamente deben ser cedidos a personas con movilidad reducida o discapacitados, dejó sin respuesta los pedidos de los pasajeros que reclaman su ampliación. Los motivos, aseguran los pasajeros, son dos: la escasez de unidades y la "falta de valores" que se traducen en el poco respeto hacia las personas que precisan un asiento.
"Todo es una pena, no hay educación. Con los años que tengo pasé un segmento y creo que antes no era así, esto es una decadencia. No hay voluntad de servicio, es real, no se les da el asiento a embarazadas ni a ancianos ni a personas con paquetes ni con chicos en brazos", lamentó Rupa. El hombre, mientras hacía fila para cargar la tarjeta Saeta, ejemplificó que ayer por la mañana, al venir de Quijano a la ciudad se percató tarde que había una mujer "bastante mayor" que estaba parada, "yo no la vi, porque estaba al fondo y cuando me levanté ella ya se bajaba", explicó.
Otra mujer de la misma fila, Carolina, aseguró que eso pasa "sobre todo con los chicos que van a la escuela". Dijo que "uno les tiene que decir por favor dale el asiento", a lo que indicó que, en general, se molestan.
La mayoría de los pasajeros que esperaban el colectivo ayer por la mañana en la avenida San Martín coincidieron en que la mayoría de los que no ceden el asiento son jóvenes que "se hacen los dormidos", o los distraídos y miran por la ventanilla y que eso "antes no pasaba", en cambio, ahora, "se perdieron los valores", lamentaron al unísono.
Belén, una vendedora ambulante, aseguró que algunos se ponen los auriculares y se aíslan. Si bien la joven acude poco al colectivo por tener motocicleta, aseguró que es algo que se ve constantemente. "Debería nacer de ellos, pero tenés que estar rogándoles para que les den el asiento a una persona mayor" , señaló y aseguró que algunas veces decide intervenir, "pero te dicen que ellos pagan el colectivo para ir sentados", advirtió.
Otra mujer, además, contó que cuando el chofer pide que den el asiento, algunos "te toman el pelo, la otra vez una señora dijo: se acabaron los caballeros y el hombre le contestó que 'no lo que se acabaron son los asientos'".
Otras pasajeras, en cambio, deciden no intervenir para no pasar situaciones incómodas, como Ana María, una señora mayor que debe viajar hasta zona sur y aseguró que a veces hasta ella da el asiento. "Siempre miran por la ventanilla, otras viejitas sí piden el asiento. Pero yo no me animo y me quedo parada esperando, y ellos se hacen los distraídos, me acomodo y me quedo quietita", detalló.
Por zonas
Un inspector de Saeta aseguró que el desinterés por ceder el asiento puede notarse más en algunas zonas o en algunas líneas: "En la zona de Tres Cerritos, Santa Ana I o los interurbanos se ve menos".
Margarita, una mujer discapacitada, dijo que no consigue que le den el asiento. "La gente se sienta, no le da bolilla a nadie, están en su mundo, es falta del chofer que haga cumplir la ley de los primeros asientos", se quejó.
Otra pasajera aseguró que es por "la falta de educación en casa", y ejemplificó que "muchas veces se hacen los dormidos y hasta incluso está la misma madre y no hay forma, ocupan dos o 3 asientos y no hay forma de que se levanten del asiento".
El concejal Antonio Salim aseguró que en el Concejo se reciben pedidos incesantes de la gente que también exige un mejor servicio de las empresas e insistió en que se debe trabajar el tema porque "está hecho en base a intereses de las empresas y los usuarios están desamparados desde que la AMT maneja el sistema".
Una pasajera que esperaba el colectivo y que aún trabaja en el comercio, aseguró que suelen darle el asiento, pero se quejó de que muchos no son oportunos al elegir un horario para salir. "Lo que pasa es que la gente mayor sabe que hay empleados de comercios que trabajan toda la mañana parados y justo toman el colectivo cuando ellos salen, hay que ser considerados", dijo.