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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Dólares de todos colores

Sabado, 12 de noviembre de 2022 00:00

A pesar de que algunos rubros festejan el incremento de trabajadores formales o una eventual reactivación de la actividad económica, podemos observar otras variables como la reducción del gasto público, disminución de la cantidad de pesos en circulación, aumento de la tasa de interés, restricción de importaciones por falta de dólares, un cepo en crecimiento, una economía que no genera confianza y que se está desacelerando; todos condimentos de una recesión y a la espera de que se revierta esa tendencia.

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A pesar de que algunos rubros festejan el incremento de trabajadores formales o una eventual reactivación de la actividad económica, podemos observar otras variables como la reducción del gasto público, disminución de la cantidad de pesos en circulación, aumento de la tasa de interés, restricción de importaciones por falta de dólares, un cepo en crecimiento, una economía que no genera confianza y que se está desacelerando; todos condimentos de una recesión y a la espera de que se revierta esa tendencia.

En estos últimos meses empezó la etapa de menor oferta de divisas y políticas fiscales expansivas. Hoy se corre el riesgo de una devaluación significativa o de una corrida bancaria y esto hace que el Ministerio de Economía tome medidas, como los aumentos selectivos en la cotización de la divisa para determinadas actividades o sectores con los distintos tipos de dólares con el objetivo de recaudar e incrementar las reservas de divisas del Banco Central de la República Argentina

Podemos interpretar que son devaluaciones sin devaluar formalmente, es decir que existe un nuevo tipo de cambio nominal y se siguen sumando dólares sectoriales: hasta hoy vemos ya 16 modalidades diferentes y las actividades que aún no tienen esta preferencia, lo exigen. No es sustentable en el tiempo importar a un dólar a $165 y comprarlos a $200 o más (con los distintos tipos de cambio sectoriales) que se financian con emisión monetaria y pagando intereses altísimos.

Ya con la implementación del dólar soja, que permitió recaudar más de U$S8.000 millones en un mes, el drenaje fue inmediato y siguen siendo muy bajas las reservas del BCRA, sin descartar un nuevo dólar soja a valores estimados en $215, y ahora vemos entre otros la implementación del dólar Qatar, el dólar Coldplay (que permite el pago de servicios a artistas internacionales que actúan en el país) y, lo nuevo, la disposición que permite a los importadores comprar insumos en el exterior con sus propios billetes.

Esta medida permitirá que muchas empresas no cierren sus puertas, pero los costos serán calculados con el valor del dólar financiero, que como sabemos es el doble del oficial, con la incertidumbre de no conocer el valor de esta divisa cuando tengan que reponer sus insumos importados.

Los diagnósticos no son nada optimistas en un año en que la sequía, extendida en 160 millones de hectáreas (más de la mitad de nuestro territorio continental) afecta a la campaña agrícola, con un mercado internacional no tan favorable y la necesidad de esperar hasta el próximo año para el ingreso de divisas por la liquidación sojera. Muchos analistas creen que el ministro Sergio Massa podría enfrentar este verano, que no viene bien, una sequía financiera plagada de turbulencias, lo cual hace sospechar una corrección devaluatoria inevitable.

El dólar turista también es uno de los ejemplos de estas minidevaluaciones, ya que no solo reconoce el valor del dólar MEP para los turistas que paguen con tarjetas y los que cobren servicios en dólares, que no tengan la obligación de liquidar esas divisas al tipo de cambio oficial. Este régimen incluye los cobros por cualquier tipo de servicios turísticos en el país contratados por no residentes, incluyendo aquellos que recurrieron a agencias de viaje, transporte y turismo en el país

Con el nuevo dólar turista se estima incrementar el ingreso del BCRA en cerca de US$ 2.000 millones por año. Cerca de US$ 5 millones diarios eran comercializados en el mercado blue, que en muchos casos servía de contención en la cotización de esta divisa. Ahora con este nuevo dólar, que permite al turista obtener por sus dólares el valor del financiero, blanqueando el ingreso de divisas, se agrandaría el riesgo que el dólar blue no tenga un techo en su cotización, ampliando la brecha entre el oficial, una distorsión que le hará mucho daño a la economía.

Sabemos que tanto Sergio Massa, el viceministro Gabriel Rubinstein y el presidente del BCRA, Miguel Ángel Pesce, conocen este riesgo, pero le quieren dar prioridad al objetivo de reforzar las reservas sin apartarse de las metas con el FMI sin importar el costo.

Con las devaluaciones parciales en el mediano plazo se busca un atajo para bajar la brecha, poder ir desarmando el cepo y que los muchos dólares que se obtengan de los diferentes sectores sirvan como un preanuncio de la proximidad de un solo tipo de cambio. Este objetivo se podrá obtener cuando tengamos superávit fiscal y suficientes reservas en el Banco Central.

Será muy difícil lograr el superávit fiscal en este período, y menos en un año electoral, pero generar mayores reservas es uno de los requisitos para garantizar el control ante una eventual estampida inflacionaria, razón más que válida para entender la devaluación por goteo como la que se implementa, pese a las críticas. En un año electoral, con un gobierno débil y la situación social delicada por la caída del salario real, especialmente en sectores informales, a medida que se acerquen las elecciones las presiones desde lo político y social irán en aumento y será muy importante el rol que desempeñe la oposición.

 

 

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