Cada diciembre es otra sana costumbre salteña esperar por la inauguración de la muestra del Taller Azul, de la artista y docente Silvia Katz. Se sabe que las obras vienen acompañadas de un tomo editado con extremo cuidado, a todo color y con gran calidad. También que página tras página hay cientos de mundos, irónicos, frescos, tiernos, inverosímiles, que burbujean en el alma del lector como champaña recién servida.
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Cada diciembre es otra sana costumbre salteña esperar por la inauguración de la muestra del Taller Azul, de la artista y docente Silvia Katz. Se sabe que las obras vienen acompañadas de un tomo editado con extremo cuidado, a todo color y con gran calidad. También que página tras página hay cientos de mundos, irónicos, frescos, tiernos, inverosímiles, que burbujean en el alma del lector como champaña recién servida.
La apertura de la trigésimo cuarta exposición anual del Taller Azul y la presentación del libro "Caos, Cosas, Cosos y su increíble vida secreta" se realizarán mañana, a las 19, en el Museo Uriburu (Caseros 417). También el sábado 17, en el marco de la Noche de los Museos, a las 20 y a las 22, se proyectará en pantalla gigante -dispuesta en el patio de adelante del Museo- el video "Caos, Cosas, Cosos, los chicos en acción".
Los chicos del Taller Azul juegan a ponerse en la piel de cosas y cosos, se hacen entrevistas y… ¿saben qué descubrieron? Que las cosas tienen vida, que piensan, sueñan, se enojan, sufren y disfrutan. Jugando a hacerse entrevistas, y de preguntas viajeras entre grupos, nació el vigésimo sexto libro de este espacio de arte para "chicos con pajaritos en la cabeza", con un invitado especial: el artista plástico Luis Felipe "Yuyo" Noé, en el estelar papel del Caos. Él fue entrevistado en Buenos Aires por Silvia Katz, quien le llevó preguntas de los chicos en filmaciones.
Como anticipo reproducimos el texto de contratapa del libro: "Los chicos del Taller Azul jugaron a ponerse en la piel de cosas y cosos, se hicieron entrevistas y… ¿saben qué descubrieron? Que la bicicleta desea volar, el globo tener un monopatín, la máscara ser el arte; la alcancía quiere un mejor dueño y el paraguas, lluvia de chocolate; la casa sueña con el mar, ese mar que sabe el secreto de las sirenas; el frasco de vidrio fantasea con ser negro carbón, el diente sueña con ser flor, la flor sueña que camina. La escuela ansía vacaciones, mientras el viento devora las tareas.
La tijera quiere estar siempre filosa, a la cartuchera la culpan sin razón, la mochila no le hace caso a nadie, el cuaderno se porta mal y el lápiz negro pelea con el rojo gruñón; el libro detesta al celular, y el celular tiene hipo si se pierde. La goma de borrar está enamorada del borratinta y el tenedor tiene "algo" con la cuchara, que se aburre en yoga. La milanesa se relaja en baños de kétchup, la computadora prefiere comida chatarra, y la luna -de queso- se come a sí misma. El punto se alimenta de calorías poéticas, el tiempo traga siglos, horas y lustros, y la guitarra desayuna notas musicales. A la piedra le gusta el malambo, la trompeta es amiga del viento y a la estrella, su mamá le canta para dormir.
Le rascan las patas al cielo los rascacielos, al avión un rayo le raya la cara, al camión lo borran siete borradores, el semáforo se aburre en la esquina. El espejo se cansa de que se miren en él, la mesa no soporta a los humanos, el peluche hace travesuras y la zapatilla se escapa de la casa. La pelota se marea y el sombrero solo usa pelados.
A la uña no le gusta bañarse y la caja se baña con agua falsa. La oreja esconde los secretos en un búnker, quizás el mismo donde la suerte guarda sus "porciones". La máscara es tímida, el ojo le pide lágrimas al corazón, que le tiene miedito al cerebro. Y al amor le molesta la conciencia, pero nadie apaga su fuego, ni siquiera el matafuego.
Mientras tanto, hace años que el caos juega a las escondidas con Yuyo Noé".
Cabe destacar que la muestra se despliega en dos salas: una contiene los dibujos originales que fueron incluidos en el libro, el video y la obra de Noé que expone con los niños e integra el tomo como un "alumno" más. En la galería de atrás exponen los trabajos de los niños sobre el patrimonio del museo.