Luis Marinaro es socio gerente de la empresa Salvador Marinaro e Hijo, una de las principales productoras de aguas, soda y gaseosas de la provincia de Salta. Está próxima a cumplir 70 años. Se trata de una firma familiar actualmente dirigida por la tercera generación de la familia Marinaro. En diálogo con El Tribuno, Luis Marinaro hizo un balance sobre este 2022 y habló sobre sus proyectos y la innovación.
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Luis Marinaro es socio gerente de la empresa Salvador Marinaro e Hijo, una de las principales productoras de aguas, soda y gaseosas de la provincia de Salta. Está próxima a cumplir 70 años. Se trata de una firma familiar actualmente dirigida por la tercera generación de la familia Marinaro. En diálogo con El Tribuno, Luis Marinaro hizo un balance sobre este 2022 y habló sobre sus proyectos y la innovación.
¿Cómo están innovando en el mercado?
Este año, por suerte, gracias al trabajo, como siempre, pudimos concretar varios proyectos novedosos como el lanzamiento de un agua tónica en el mercado que lleva como marca Salvador. También una línea de bebida energizante en alianza con una empresa de Estados Unidos: Monarch Beverages. La marca del producto es Reaktor en sus dos versiones: con azúcar plena y edulcorada. Próximamente vendrán otros productos que ya se van a ir enterando en alianza también con esta empresa americana, entre otros proyectos por supuesto.
¿Cómo esta avanzando su empresa que lleva muchos años?
Estamos nosotros en la dirección y somos la tercera generación de la familia. Esta empresa la comenzó mi abuelo, la siguió mi padre y ahora estamos los hermanos. La empresa cumplirá 70 años el año que viene. Este año cumplimos 69, ya que fue fundada en el año 1953 así que tenemos mucho compromiso, optimismo y empuje para sostener ese legado familiar.
¿La empresa es lo que usted siempre soñó?
Si, aunque cuesta mucho la verdad en este país llevarla y arrimarla hacia lo que uno siempre sueña.
¿Cuáles son las dificultades?
Pasa el tiempo y uno ve que sigue un poquito empantanado en cuanto a los proyectos o hacia esos ideales si se pone a comparar con la realidad. Las dificultades son las de toda industria que tiene que producir en el interior del país. Una de ellas es la distancia con los centros donde se obtienen los insumos para producir. Lidiar con el costo del flete y después a la hora de vender el producto final tener que trasladarlo del interior hacia los centros de consumo más importantes son una lucha. El federalismo todavía es una expresión de deseo lamentablemente en la Argentina.
¿Cuál es el plus que tienen sus productos?
El plus creo yo, por supuesto, la bandera de la calidad y obtener un producto final a un precio muy competitivo. Nuestros productos compiten y son competitivos gracias a su valor, precio, muy por debajo de las marcas que lideran el mercado.
¿Qué lo llevó a idear bebidas sin azúcar que son el boom de consumo ahora?
Fuimos unos de los precursores. En realidad lo hicimos por un tema quizá de costos pero hoy en día están siendo valorados más por un tema del cuidado de la salud, del cuerpo. Desde los años 90 estamos con el tema de nuestra gaseosa de la línea Ice que son cero azúcar.
¿Cómo ve la tendencia de la gente a consumir bebidas más saludables?
Veo un aumento del consumo de todo lo que sea saludable en general y también lo relacionado cuidado del medio ambiente con el tema de los envases más amigables así que tratamos de adaptarnos rápido a esas tendencias.
¿Cuáles son las proyecciones a futuro?
Mejorar la cobertura geográfica, o sea, dejar de ser solo una empresa local para por lo menos convertirnos en algo un poquito más regional hablando primeramente de NOA, NEA y centro del país. Ahí tenemos la limitación del costo del flete pero por lo menos debiéramos, en el mediano plazo, aspirar a ser una empresa regional y por qué no también pensar en exportar a los países limítrofes.
¿Cuál es su balance sobre el 2022?
Este año fue difícil. La recuperación económica pospandemia no se ha concretado del todo aún. Es muy incipiente y lo que mas nos ha castigado fue la inflación por el tema de los costos. Si bien en volumen, en unidades producidas y vendidas estuvimos relativamente bien, un poquito por arriba del año anterior, la suba de los costos producto de esta inflación, de alrededor del 100 por ciento anual afecta mucho. Es decir, vos por ahí vendes más pero no sabes si realmente ganaste más dinero, si la utilidad fue mayor o no porque si te suben los costos tan rápido a veces no podes trasladarlos a los precios de venta. A veces vender más unidades te perjudica porque si vos vendes una botella a perdida o con rentabilidad negativa, cada vez que vendes una botella más, estas produciendo una perdida mayor. Esa ecuación económica es muy delicada, difícil y se trató de saberla y mantenerla.
¿Qué otras dificultades tuvieron que afrontar este año?
Sufrimos también las restricciones a las importaciones. Por ejemplo, a nosotros nos acaban de comunicar la restricción, la imposibilidad de importar una maquinaria usada encima. La realidad es que a nosotros se nos hace difícil comprar equipamiento y maquinaria nueva entonces accedemos al mercado de maquinas usadas. Actualmente el gobierno nacional nos rechazó la compra de una máquina etiquetadora de botellas. Eso te complica bastante. También padecimos las restricciones a la importación de insumos.
Tuvimos un problema con un fabricante de tapas destinadas a una bebida energizante que no nos pudo proveer las tapitas plásticas porque el no tiene insumos que son importados. Si bien nosotros compramos insumos acá y el 90 por ciento de nuestros insumos son locales, el fabricante si o si tiene algún insumo importado entonces es una cadena de restricciones a las importaciones.
¿Cuáles son los productos que elaboran y cuáles son los más demandados?
Nosotros tenemos dos unidades de negocios bien definidas: una es la de consumo masivo con la gaseosa marca Marinaro en envase descartable que va por un canal de venta distinto y otra es el producto retornable que en alianza con Ivess va a la casa de familia con el reparto tradicional puerta a puerta. En la línea de gaseosas tenemos diferentes calibres: medio litro, litro y medio, dos litros y cuarto y tres litros con una multiplicidad de sabores de los cuales el más vendido siempre es el granadina. Es un clásico nuestro, con un sabor único que no lo tiene la competencia. Es muy demandado en el norte por su dulzor.
¿Tiene algún secreto de elaboración ese sabor?
La formulación es en conjunto con el laboratorio que lo desarrolla al sabor y es único. A este sabor le siguen en orden de producción de venta el de manzana y la limonada, otro clásico. En la otra línea de Ivess tenemos los botellones de agua retornables de 20 litros, de 12 litros y de 8 litros y después tenemos la línea tradicional de soda en sifón que va por el canal domiciliario.
¿Que le diría a la sociedad salteña?
Siempre tengo el optimismo como bandera. Hay que tratar de ser positivo y afrontar día a día esta dura lucha que en mi caso significa fabricar o producir algo en este país, más en el interior profundo. No hay que bajar los brazos, hay que seguir compitiendo y estar atentos a las tendencias, adaptarse a los cambios y situaciones. Llevamos muchos años haciendo esto. No es fácil pero hay que seguirla peleando siempre.
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