En pocos días más estarán nuevamente pobladas las aulas de niñas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos. Se va a concretar, después de dos años, la tan anhelada "presencialidad"
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En pocos días más estarán nuevamente pobladas las aulas de niñas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos. Se va a concretar, después de dos años, la tan anhelada "presencialidad"
¿Qué características tendrá un ciclo lectivo que comienza atravesado por una pandemia que todavía no llegó a su fin?
Sabemos del impacto emocional sufrido por todas y todos ellos en la etapa de aislamiento y que ese mismo estado se trasladará a la escuela. Ante estas situaciones y otras.... ¿cómo actuamos?, ¿qué hacemos?....
No hay respuestas simples a situaciones complejas, pero, ¿por qué no empezar por aquello que podemos instalar, que es el camino de las técnicas de resolución de conflictos ... desde la mediación educativa?
La importancia de los programas de mediación en contextos educativos parte de la base de que este tipo de intervenciones promueven en las personas el desarrollo de habilidades sociales, comunicación, actitudes tolerantes, interés por mejorar el clima de interacción en el aula. Ayudan a interpretar los sesgos cognitivos facilitando la solución de conflictos, etc. Por tanto, la mediación puede ser considerada como una herramienta para la mejora de la convivencia, así como para estimular el desarrollo socio-moral de las y los estudiantes.
Otro de los aspectos importantes dentro del ámbito de la mediación escolar es que la comunidad educativa en pleno recibe formación, y esta formación se centra en: identificar el problema, reconocer los intereses propios y ajenos, visualizar las metas, usar la comunicación que conduzca a la resolución efectiva y cooperativa del problema, desarrollar un pensamiento crítico, reflexivo y creativo, tomar decisiones en pro del beneficio común, promover el compromiso, el ejercicio de la libertad democrática, la justicia, la igualdad, la diversidad, el respeto por las ideas, favorecer la solidaridad y la colaboración con los iguales.
He aquí la importancia de formar a los miembros de la comunidad educativa en este modelo.
A los maestros y profesores no se les enseña en su carrera de formación, resolución de conflictos, mediación educativa, y a menudo no saben cómo afrontar los conflictos que se dan en el aula o en la escuela. Estas situaciones conflictivas suelen ser, entre otras: la discriminación, la violencia entre individuos y grupos, el maltrato a los y las docentes, las dificultades de relación entre docentes, los obstáculos en la comunicación con los directivos, los diversos problemas entre los padres, las dificultades en el vínculo de los docentes y directivos con los padres, etc.
La formación en mediación educativa es una potente herramienta para facilitar los recursos necesarios en los miembros de la comunidad educativa. Esta formación a las y los docentes les permite estar más preparados y dispuestos para aprovechar las incontables oportunidades que el aula y la escuela brindan para introducir una mirada distinta al conflicto para poder pensarlo como una oportunidad del crecimiento personal y colectivo.
Kathryn Girard y Susan Koch sostienen que "si la teoría y la práctica de la resolución de conflictos han de convertirse en parte integral de los sistemas educativos, lo harán a través de la capacitación efectiva de los docentes..." (Resolución de conflictos en las escuelas. manual para educadores. Ed. Granica)
Debemos tener en cuenta, como dice Eduardo Corbo Zabatel, que los sistemas de resolución de conflictos, más que una forma de resolver los conflictos... es una forma de gestión de la vida social y por lo tanto es una transformación cultural.."
La Unesco nos dejó hace algunos años esta frase tan adecuada para el cierre: "puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz".
Qué mejor entonces que brindar a niñas, niños y jóvenes la oportunidad de constituirse en futuros baluartes de la paz como propone la Unesco.