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21 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Dos testimonios y la misma acusación: abrazaba por detrás a los exseminaritas y los tocaba

Uno de los testigos de la tercera jornada declaró un abuso que no llegó a denunciar, mientras que otro aseguró haber visto cómo el sacerdote se abalanzaba a los jóvenes aspirantes de la Iglesia. También se mencionó la visita permanente del exobispo en las habitaciones.
Miércoles, 23 de febrero de 2022 18:12

"Me apoyó sus genitales por detrás, yo reaccioné mal, él se enojó y me empujó”. La declaración de K. M., otros de los exseminaristas, apuntó a confirmar el proceder que tenía Gustavo Zanchetta, el ex obispo de Orán, en el tercer día del juicio oral y público por abuso sexual contra el religioso. En el mismo sentido, el Tribunal escuchó de otro testigo cómo era el accionar del sarcerdote.

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"Me apoyó sus genitales por detrás, yo reaccioné mal, él se enojó y me empujó”. La declaración de K. M., otros de los exseminaristas, apuntó a confirmar el proceder que tenía Gustavo Zanchetta, el ex obispo de Orán, en el tercer día del juicio oral y público por abuso sexual contra el religioso. En el mismo sentido, el Tribunal escuchó de otro testigo cómo era el accionar del sarcerdote.

K.M aseguró tener miedo a que lo echen: “Decía que era amigo el Papa, que si él quería no me dejaban entrar nunca más a ningún seminario”. Ante su molestia, por el “primer y el último episodio”, aseguró que Zanchetta lo acusó de ser “huérfano emocional” y que usó información para manipularlo: “Yo hablaba mucho con él y sabía que con mi papá tenemos una relación de pocos abrazos. Decía que nunca recibí verdadero afecto de mi padre y que yo reaccionaba de ese modo ante cualquier persona q me hiciera una caricia o me diera un abrazo”, repasó vía virtual durante la tercera audiencia.

Zanchetta está imputado por abuso sexual simple agravado por ser ministro de culto religioso reconocido por denuncias de dos exseminaristas M.C. y G.G., quienes ya declararon en la primera jornada y contaron, entre otras cosas, haber sido abrazados desde atrás, momento en que habrían sucedido los tocamientos.

El exseminarista que se presentó en la nueva ronda de testimoniales fue consultado sobre por qué no denunció el grave hecho, a lo que argumentó: “porque viví un hecho más fuerte con otro sacerdote, tuve miedo en ese momento, tuve desesperación porque la iglesia me dejó solo”, aseveró en referencia a la denuncia que hizo hace dos años contra Fernando Paez. Luego de eso fue trasladado a La Unión. “A mi me corren de un día para el otro en el seminario con la gestión del obispo actual, le pedí ayuda por lo que me pasaba con el otro sacerdote y me encontré solo”, insistió.

Por otro lado, explicó la existencia de dos cartas de su autoría que se contradecían entre si y aseguró que fue por “amenazas”. La primera carta, indicó que fue a pedido del cura Martín Alarcón: “me pidió que dejara constancia por qué dejaba el seminario”. La otra misiva fue dirigida al obispo de Misiones Andrés Stavnovnik, en la que aseguraba haber sido presionado para escribir contra Zanchetta. Consultado, el joven admitió haber escrito la última carta bajo presión: “Cuando salí del seminario me puse de novio con una chica de 16 y yo tenía 21años. Me dijeron que irían a hablar con sus padres para que me denunciaran”, aseveró el joven.

Otro de los testimonios en contra del sacerdote fue del joven Nicolás Rodríguez, quien aseguró haber sido testigo directo de los abusos denunciados. 

“Salíamos de la misa y vino el obispo y lo abrazó a G. desde atrás y le metió el dedo en la boca”, indicó y contó que luego el joven contó “con vergüenza” que en uno de esos abrazos el exobispo “le tocó los genitales”.

También indicó haber sido testigo de abrazos hacia el segundo denunciante de la causa: “Otro día vi que lo abrazó a M., que se salió gritando con un movimiento pélvico hacia delante y gritó: ¡eso!. Para mi que lo apoyó”, indicó ante el Tribunal.

El exseminarista detalló además que entre los jóvenes se decía que “el obispo los alumbraba por las noches”.

Son varios testimonios los que aseguran que Zanchetta merodeaba las habitaciones de los jóvenes. En este sentido declaró Mario Burgos y aseguró que durante un viaje a Los Toldos, el sacerdote entró a su cabaña. “Era muy temprano, abrió la puerta y vi que ingresó una persona y se puso a los pies de mi cama. Eso me llamó la atención” indicó en referencia al episodio que creyó que era “un sueño porque estaba entredormido”, hasta que escuchó a su compañero G.: “Me comentó lo que le había pasado, que monseñor entró a su habitación y lo había tocado”.

Quién también lo ubicó entre las habitaciones fue un administrativo del obispado, Luis Díaz, al asegurar que ante la ausencia del obispo para una audiencia lo buscó insistentemente por varios lados hasta que dio con él en una habitación pequeña del seminario con cuatro jóvenes.

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